El sábado 15 de julio, a sus jóvenes y vividos 83 años partió Miguel Soto hacia su nueva singladura

Luchador incansable, generoso, hombre de bien super querido y respetado deja un gran legado en el mundo de la náutica.

Miguel tenía tres hijos: Sebastián, Fernando y Elizabeth y tres nietos: Jazmín (3 años), Teo (6 años) y Vincent (11 años).

Bajo su gerencia estuvieron las instalaciones de Parque Náutico San Fernando, Puerto Chico y Marina Punta Chica durante 15 años.

También fue Comodoro del Club de Veleros Barlovento durante dos períodos: 1990- 1993 y 1995-1998 donde tuvo la oportunidad de organizar exitosamente el Campeonato Mundial de Cadet 20001/2002.

Asimismo, durante muchos años tuvo un almacén naval en Punta Chica y se desempeñó como bróker náutico. “Papá siempre buscaba la mejor opción para el comprador y transmitía una pasión contagiosa para que sus clientes disfruten el río de la misma manera que él;” dijo Fernando, su hijo mayor. Disfrutaba de correr regatas, casi todos los fines de semanas y durante 15 años corrió en la categoría Limbo 21 en nuestro país. También participó en regatas de Handicap convencional, IMS, FIC, ORC, a Punta del Este, Mar del Plata, Florianópolis y Río de Janeiro. En Perú participó del Sudamericano de J24. Y, en España también corrió la Copa del Rey, en Palma de Mallorca donde no sólo la disputó a bordo, sino que fue corresponsal.

Elizabeth, su hija que vino a despedirse desde EE.UU., país donde reside nos dejó su comentario:

“Mi papá dio la vida por la náutica y su pasión siempre estuvo a flor de piel. Escucharlo contar sus anécdotas de regatas, se sentía como que estaba viviendo ese momento otra vez. Y recordarlo contando las historias de la náutica, es solo poner una sonrisa en su cara. Mi viejo fue un hombre de bien, correcto, generoso, trabajador y luchador. Si hay algo que heredamos con mis hermanos de él, es la conducta en el trabajo y nunca bajar los brazos”.