Diego Gago es el artífice y cara visible de Cinco Kayaks. A sus 37 años, ha participado de Campeonatos Mundiales de Kayak Polo, deporte en el que representa a nuestro país en eventos mundiales. Es coach ontológico, emprendedor nato, deportista y padre de dos hijos. De perfil sumamente bajo, compartimos con él en el Club Náutico Avellaneda, San Isidro, la historia de este emprendimiento que surgió en el 2019, tuvo un impasse debido a la cuarentena del 2020 y resurgió como el ave fénix de las cenizas con tantos proyectos que apabullan. Es que su temperamento no lo deja quieto, las ideas surgen de su cabeza y las materializa de una forma apasionante.
Pero vayamos a los hechos.
Barcos: Diego, contanos qué es Cinco
Diego Gago: Cinco, ya que todas las actividades que realizamos están relacionadas a kayak, es el desarrollo de este deporte en un ambiente donde se conjugan el agua y el aire libre, el entorno, la previa y post. Este emprendimiento va en función de poder disfrutar de la experiencia de estar en un kayak y todo lo que ello conlleva. Nuestra actividad más fuerte que es kayak polo, que existe solamente en esta parte de la costa aunque sí en Capital, Avellaneda, Mar del Plata, Escobar, pero en zona norte se concentra en este lugar.
Además tenemos escuelitas integradas con chicos con autismo y una guardería.
El kayak polo es como la piedra angular.
Barcos: ¿Cómo fue el inicio de Cinco?
DG: Estoy en canotaje desde los 8 años. Empecé a remar y competir de muy chico y alrededor del 2007 empecé a dedicarme a enseñar. Como vivo en San Isidro y acá no existía, empecé a buscar de replicar lo que hacíamos en Escobar. Si bien me toca ser la cara visible de este emprendimiento, detrás hay un grupo de gente trabajando para lo mismo. Una socia, Bela, que se ocupa de la parte administrativa y montones de cosas más, chicas que están con la escuela, los instructores que están con travesías, entrenadores de polo, profesores con los chicos autistas, es un equipo que se va agrandando y está buenísimo porque es algo que nació como una idea de poder realmente mostrar todo lo que sabía, a algo mucho más grande como lo que está pasando ahora.
Barcos: Y llegaste al Yacht Club Avellaneda ¿Desde qué año corre la concesión?
DG: Ingresamos al club el 16 de diciembre de 2019, previo a la pandemia. Estuvimos dos meses y se cortó todo por la cuarentena, hasta agosto 2020 y, con todos los protocolos y muchas ganas retomamos actividades. Recién a partir del pasado diciembre se empezó a trabajar y funcionar la temporada.
Barcos: Vamos por partes, empezando por la escuela
DG: El chico que ingresa tiene todos los elementos a su disposición. Lo único que tiene que traer son su ropa y sus consumos individuales. En principio, no tienen que comprar nada, sólo venir y experimentar, acá tiene todo. Se sube al kayak y ya aprende estabilidad, a manejarse en el agua y, a medida que van avanzando, aprenden a hacer el rol, a abandonar y recuperar el bote, es simplemente jugar para ellos. Trabajamos para que aprendan a superar sus miedos, potenciar sus posibilidades y aptitudes. Acá encuentran su espacio, hacemos mucho hincapié en la parte humana. Tanto para niños como para adultos realizamos iniciación mediante el kayak polo. Luego pueden sumarse a los equipos de competición.
Además tenemos actividades de travesía, cursos en los que se obtiene un diploma y si quiere puede certificarse por la American Canoe Association. Después le siguen las salidas, que son más relajadas donde se corrigen algunas cosas, la tendencia es disfrutar. Toda salida, ya sea particular o en grupo va acompañada de un instructor por cuestiones de seguridad.
Hay un orden que es el recomendable: hacer el curso y luego las salidas, pero ello no implica que una persona quiera hacer la salida primero, a ver si le gusta y después decida.
Barcos: La división de los grupos, ¿es por edad?
DG: Sí, en kayak polo se dividen por edades y acorde al trabajo a realizar. Los equipos competitivos comienzan a partir de los 15 años. Vamos trabajando en los proyectos dependiendo de la evolución de cada grupo.
Barcos: El hecho de la suspensión de clases en los colegios durante la cuarentena, ¿fue un factor que ayudó a que los chicos y mayores se volcasen a esta actividad sana en el agua?
DG: No, el hecho de que fuera todo virtual hizo que se demorase mucho más la concurrencia, a las familias les costaba mucho, no tanto los chicos. Ahora, con la llegada del calor y las regulaciones que van distendiendo, pienso que esto va cambiando. Los adultos nos manejamos en forma mÁs independiente, no hay tanta historia. Con los niños hay mayor cuidado en el entorno familiar. A pesar de ser una actividad 100% al aire libre, nuestra política es que cada uno es responsable.
Barcos: ¿Cómo es el trabajo que realizan con los chicos autistas?
DG: Trabajamos en conjunto con “Aprendiendo a jugar” que son profesionales que se dedican a chicos autistas y brindamos el espacio para que los chicos lleguen al agua, aprendan a remar jugando, actividades centradas en el kayak. Es el único espacio en zona norte. Eduardo Sotelo, coordinador de esta actividad nos comentaba lo difícil que es encontrarlos así como profesionales específicos.
Hay chicos que tardan semanas y semanas en tocar el agua y otros que llegan y quieren “ya” hacerlo y son de todas edades, desde 3 años hasta 17. Ahora tenemos talleres, que son como clases individuales o de grupos chicos y en verano está proyectado hacer la colonia. Estoy aprendiendo un montón, el punto más importante es lograr que esos chicos, llegado el momento que los profesores consideren, se puedan integrar a las escuelas, en un entorno con igualdad de condiciones, sin importar cuál es la situación de cada uno en la vida. Desde la parte humana, nos ayudan a trabajar en la escuela con los chicos que entiendan que todo esto es parte de la vida, que es integrada y que nadie es mejor que otro. Es el proyecto, es un desafío y voy descubriendo que hay un montón para hacer, el río no es igual a una pileta. Es una experiencia súper enriquecedora.
Barcos: ¿Cuál es el equipamiento que se les provee cuando vienen a Cinco?
DG: Tenemos equipamientos para recibir de manera individual y grupal. Lo que tiene el kayakismo es que hay muchas disciplinas que son diferentes: que vos andes en un kayak de travesía no quiere decir que puedas subirte a un kayak polo, o si vas en un kayak polo que te puedas subir en k1 u otro de velocidad. No está asegurado que puedas desarrollar otra disciplina en el kayak, las técnicas básicas y de seguridad son iguales pero terminan siendo muy diferentes, no es lo mismo ir al mar o los ríos rápidos del sur, o el río de la Plata por los tipos que son, los climas cambian muchísimo, cosa que no pasa con otras actividades. Acá cambian las embarcaciones, las reglas del juego de acuerdo a las condiciones del lugar. Nosotros nos dedicamos a travesía, polo y no tenemos más disciplinas en este momento. Y hay un montón más como slalom, aguas tranquilas, cascadas de ríos rápidos, de mar. Nuestros dos instructores de travesías son expertos en mar también, Gaby en kayak surf, por ejemplo compitió a nivel mundial. La idea es abrir el panorama y realizar travesías al mar o a un río o lago en el sur, e incluso acá, cuando todo esto se ordene un poco.
Barcos: Nos queda la guardería, ¿hay personas que tienen su kayak y lo dejan acá?
DG: Sí, también tenemos guardería. Está la posibilidad de ser socio del club, guardar el kayak y tener libertad de acción, atento al reglamento.
Barcos: Y ahora sí, entremos en la piedra angular, el kayak polo. ¿Dónde se desarrolla?
DG: Existe la laguna al lado del Club Barrancas, vamos a entrenar ahí. Tenemos la cancha casi totalmente armada, tanto como para nosotros como para el día de mañana la puedan usar otros que armen otra escuela; un día de viento no se podría jugar en el río, es para un lugar de aguas calmas, pileta o laguna.
Barcos: ¿El kayak polo es un deporte de equipo, no es cierto?
DG: Es la única actividad dentro del kayakismo que es en equipo que consta de 5 contra 5. Para que se den una idea es parecido que el water polo pero arriba de un kayak. El arco está a dos metros de altura, vale agarrar la pelota con la mano y con la pala para meter el gol. La cancha tiene 35 x 23m, es muy chica así que la dinámica es como la del basket, ya que vas y venis. Son partidos cortos de 20’, hay contacto, mucha acción. Por la dinámica que tiene, no hay personajes destacados, hay que trabajar en equipo. Es una novedad y también lo es como escuela, sobre todo en los niños que aprenden a remar mediante un juego y se convierte en algo mucho más amable, se aprende mucho más rápido. En vez de ser una enseñanza dirigida, el hecho de tener una pelota en el medio hace que toda la técnica se incorpore de una forma muy natural y es diversión asegurada. Hay una explicación teórica previa pero después se vuelve muy natural, adquiriendo los conocimientos de seguridad en el agua, de conciencia, ecología, ambiente, del entorno en el que vivimos y convivir con otras escuelas. Es una manera de formar a los chicos.
Barcos: ¿Cuáles son las características básicas del juego?
DG: El conteo es ordinario, son goles. Cada juego dura dos tiempos de 10 minutos. En caso de empate hay situaciones en el reglamento que se pueden adaptar a cada país. No hay posiciones, cualquiera juega en cualquier lado, para cada uno de los 5 tiene su rol dentro de la cancha, 3 suplentes. Cualquiera puede ser arquero (está en el arco con la pala levantada, ya que el mismo está a 2m), puede o no haberlo (si está bajo el arco, ya hay un defensor menos), hay defensores y atacantes.
En la Liga Nacional se juegan 4 partidos por fin de semana, 2 un día y 2 otro. Parece poco pero, como es un juego sujeto a muchos cambios, es muy dinámico y te juro que terminas cansado.
El trabajo del físico es importante, pero no dependes de él. No es una condición ser más alto o más bajo, ni gordo ni flaco. A veces son beneficios para lograr un juego más dinámico. Podés tener diferentes biotipos y complementarlos. Lógicamente si al que juega bien lo llevas a condiciones físicas mejores, va a rendir más.
Barcos: Por su alto dinamismo, ¿es fácil lesionarse?
DG: No, por estadísticas en varios deportes hay menos que en el football y va ligado a la cantidad de personas que componen un equipo y su volumen. Hay muchas reglas que anticipan. Los kayak tienen puntera de goma, los chalecos, más allá de una cuestión de flotabilidad están pensados para proteger a los costados. Siempre se juega con casco con reja. Es un deporte muy completo. Yo no me lesioné nunca en los 15 años que llevo en la práctica.
Barcos: ¿Cuál es la proyección del kayak polo a nivel mundial?
DG: Es un deporte que está creciendo mucho a nivel mundial. En el 2019 estuve en China, citado por una empresa que fabrica y arma una super liga y llama a jugadores de todo el mundo para conformarla. Arma equipos con el fin de meterlos en los Juegos Olímpicos en cualquier momento. Hay mucha inversión para llegar a que esta inclusión sea posible. Fui de team manager, en octubre y en noviembre, otras personas fueron de jugadores. Arman 6 equipos como ellos quieren con su material, sus botes, sus palas… Si el deporte llega al lugar donde los chinos se proponen, ellos serán los pioneros, los top. El negocio está ahí. Tienen todo el proyecto armado año tras años en su cabeza a cinco años. Y si no funciona en ese lapso de tiempo, se corta y empiezan otro. Tienen otra cabeza, otra economía, otra historia diferente a la nuestra. En América está creciendo a nivel deporte, Africa está en una situación similar, Europa está a otro nivel, Liga A, B y C, liga de mujeres, de varones, regional, europeo, en Australia e Inglaterra tienen programas con colegios y universidades, lo mismo en Nueva Zelanda. Y los JJ.OO. trabaja mucho con la cantidad de gente que va y este es un deporte de equipos donde tienen que ir 8 equipos de varones y 8 de mujeres como en los World Games, 10/12 personas por equipo más integrantes. Serían más de 200 personas y eso empieza a complicar la historia.
Barcos: ¿Tienen algún apoyo económico de algún sector?
DG: Logramos conseguir apoyo para tener espacios de entrenamiento o aperturas de lugares, pero no desde lo económico. El apoyo está por otro lado, la parte económica, los que competimos la cubrimos nosotros y vivimos de otra cosa. Hay dos categorías para los mundiales, sub-21 y mayores. Logramos llevar 4 equipos al mundial, 2 de mujeres y 2 de varones, cada uno económicamente a pulmón. Tenemos apoyo de la Federación Argentina de Canotaje que nos prestaron el predio que está en Ezeiza donde hay un bunker armado. Sigue siendo un deporte amateur.
Barcos: Como cierre de esta lindísima charla en la que se aprendió un montón, ¿cuál es tu mensaje?
DG: Lo más importante, para mí es lo que genera este deporte. Después del juego tenés un montón de entornos sociales, edades y realidades diferentes que se comparten. Creo que de todos los deportes, esto es lo más lindo.
Después, jugar y ganar es la motivación.
Todas las vivencias en este ambiente me enseñaron los valores que trato de transmitir acá en Cinco: el deporte es un medio, no es un fin.