EDICIÓN IMPRESA – Persona detrás del personaje: Teresa Romairone
Antes de su viaje a Polonia, nos encontramos con Teresa Romairone quien, junto a Dante Cittadini componen esta dupla explosiva juvenil con frondoso historial de competencias ganadas en su trayecto por la náutica de competición. En un impasse en el desarme del barco ya que estaban casi listos para viajar, nos contó cómo llegaron al lugar en el que están posicionados y cuáles son sus expectativas. Y, mientrs esta revista iba a imprenta ya tuvimos el resultado de Gydnia, Polonia en el que lograron el 8º lugar.
Tere acompaña a su coequiper desde hace ya varios años en Nacra 15 primero y Nacra 17 en la actualidad. Sentarse frente a ella genera un entusiasmo increíble por lo que transmite, fluyen sus palabras con una precisión y seguridad que evidentemente traslada a su actividad a bordo por los resultados obtenidos.
Pero más allá de esta introducción, Tere a sus 21 años es pura alegría por el camino que va retomando después de la inactividad internacional de más de un año debido a la pandemia. Nada los detuvo en este camino, su entrenamiento no tuvo descanso y, pese a no poder medirse con competidores fuera de nuestro país, su fuerte performance va a quedar al descubierto cuando se enfrenten a las flotas juveniles, allá en Europa.
Barcos: Gracias por dedicarnos este tiempo a pesar del apuro que tienen. Contanos adonde están viajando y porqué.
Tere Romairone: Estamos desarmando el barco que queda acá para ver qué elementos llevamos a Polonia, donde tendremos otro, que nos prestan Santi (Lange) y Ceci (Carranza). Vamos a correr el Campeonato Mundial Juvenil Sub 24 de Nacra. Empieza el 5 de julio, nosotros viajamos el 21 de junio para poder tener un buen tiempo antes.
Barcos: En la entrevista que tuvimos con Dante, hace ya más de dos meses, el panorama era sombrío, en cuanto a participar de eventos internacionales.
TR: El hecho de poder participar lo pudimos cerrar recién hace 10 días. Era imposible que llevemos nuestro barco porque entre que sale de acá y llega allá, pueden pasar más de 45 días. Por suerte tenemos una buena combinación con Santi y Ceci, como acá no tienen barco, nosotros les prestamos en nuestro y como nosotros no tenemos barco allá, ellos nos prestan el suyo.
Barcos: La pregunta de rigor, ¿cómo se dio que empezaras a navegar?
TR: Se dio medio de casualidad. Nosotros vivimos afuera un tiempo y cuando volvimos, tanto papá como mamá trabajaban y necesitaban una colonia de verano para mi hermano de 11 y yo de 9 años. Al lado de casa, en el Club de Veleros Barlovento un primo de papá le comentó que el club organizaba una colonia de Optimist. ¡Yo no me había subido jamás a un barco! No tenía idea pero nos enganchamos y nos hicimos un montón de amigos. Cuando llegaron las clases de nuevo, de la colonia que era más juegos vino la escuela y vino la siguiente categoría en la que tenía que ir sábados y domingos. Yo practicaba hockey en el colegio y no tenía interés en dejar, así que hacía las dos cosas hasta que me dijeron que tenía que elegir: una cosa o la otra. Elegí hockey hasta que vi que mi hermano seguía navegando y quise seguirlo. Dejé todo lo demás y me aboqué a la náutica para nunca parar.
Barcos: ¿El espíritu competitivo ya se había desarrollado en vos?
TR: Al principio siento que no tanto, lo veía como algo que me divertía y me daba un montón de amigos. Recién a los 13/14 me empezó a importar más el resultado porque empecé a correr regatas. Pero hasta los 15 aproximadamente, no me iba muy bien a pesar de haber ido a un Sudamericano en Perú y quedar entre los 20 primeros. Pero después, cuando pasé de navegar en Optimist para pasar al 420 y 29er, tanto como timonel como tripulante me motivé mucho más porque los barcos eran mucho más extremos, más atléticos y divertidos. Me entusiasmaba la idea de poder clasificar para un mundial, un sudamericano, hasta que apareció la oportunidad de los Juegos Olímpicos de la Juventud y me metí de lleno en el tema.
Barcos: ¿En qué se basó la elección de barco después de tu campaña en Optimist?
TR: Cuando terminas con Optimist no tenes muchas opciones, tenes Laser, 420 o 29er. En ese momento yo quería subir al barco con una amiga y existía el mito de que dos chicas chiquitas se iban a matar, te ibas a golpear, era muy difícil. Ahora eso cambió y hay muchas más tripulaciones que pasan directo.
Barcos: ¿Por qué el 420 y el 29er?
TR: Ya a los 13 años mi familia pasó al Yacht Club Argentino y para mí empezó una etapa más competitiva. Ahí fue que me subí al 420 con Clara Vignati y navegamos poco menos de un año. Después pasé al 29er, primero al timón y después como tripulante. Como quería clasificar para el Mundial Juvenil, tenía que navegar con una chica sub 18, como yo. Para correr esos campeonatos, la tripulación debe ser del mismo sexo. Hay otros campeonatos donde puede ser mixto, como el abierto.
Para mí el 29er es más extremo que el 420, es skiff y tiene el spinnaker distinto, es más rápido y la táctica es diferente. Lo veo como un barco más del futuro, aún teniendo la cantidad de años que tiene. Me encanta la velocidad y me copaba mucho más la acción del tripulante que lleva la mayor y está encargado de la velocidad del barco. Tenía muchos amigos que navegaban el 29er y tuve la oportunidad de subirme con mi amiga y poder clasificar para el Mundial Juvenil y mandarnos ese desafío.
Barcos: En tu carrera, ¿sentiste alguna vez diferencia de trato o rendimiento por ser mujer?
TR: Cuando empecé con Optimist, éramos muchas menos las mujeres que navegábamos, capaz que de 100 barcos, 20 eran mujeres. Para Optimist no necesitas mucha fuerza, sos chico y no sentís la diferencia física y nunca nos trataron como que podíamos rendir menos. Ahora ves que hay mucha cantidad de chicas que tienen buenos resultados pero puede ser porque las flotas son más numerosas. En mis comienzos, que una chica fuera seleccionada para un Mundial era todo un acontecimiento y quedar top 5… En este momento son muchas las mujeres que van a un Mundial, hay un gran cambio. Ahora, en las otras categorías como 420 o 29er ya entra en juego mucho más lo físico y en condiciones de calma nos veíamos favorecidas por el peso con respecto a los chicos. Los días de viento, tenés que hacer mucha más fuerza y tener más peso y nos pasaban por encima varias veces. Entra esa cuota física y se corre todos contra todos, capaz ahí había mayor diferencia. También es verdad que hay tripulaciones femeninas que pueden contrarrestar lo físico y van a la par con los varones.
Barcos: ¿Lograste alguna clasificación en 29er?
TR: Sí, fuimos al Sudamericano en Brasil, que fue abierto en el 2017. Ese mismo año fuimos al Mundial Juvenil en China. Ahí nos fue bastante mal, habíamos entrenado todo ese año, salíamos solas todos los días desde el YCA San Fernando, después del colegio y los fines de semana con el entrenador del club. Estábamos bastante preparadas pero tuvimos varios percances en el campeonato.
Barcos: Contanos cómo se dio que fueran elegidos para competir en Nacra 15, un barco en el que corre una tripulación mixta y sub 18
TR: Desde que estábamos terminando nuestra temporada de Optimist estaba la idea de armar un pool de chicos para navegar en Nacra 15 que había comprado el ENARD para que, a través de la Federación Argentina de Yachting nos entrenaran para correr. Fuimos probados a partir del 2016 a ver quienes podíamos llegar a andar bien. Entonces yo decidí terminar mi proyecto con Inés Billoch yendo al Mundial Juvenil de 29er en China, con la idea de abocarme al proyecto Nacra 15, al volver. Entramos en el proceso de selección, quedamos 4 chicas y 4 chicos y los barcos no habían llegado todavía al país y en esa selección quedamos Dante y yo con la otra tripulación fue la de Agustina Castro Fau con Massimo Contessi, por decisión de los entrenadores. Nos fuimos a Barcelona a entrenar un mes y correr el Mundial Juvenil abierto en abril 2018, donde se determinó que el equipo que mejor quedara era el que iba a disputar los JJ.OO. Juveniles 2018 en Buenos Aires en octubre de ese año. Tuvimos la suerte de ser nosotros aunque teníamos muy buena dinámica de equipo. Eso nos permitía subir el nivel de los dos.
Barcos: Vos decis que ese año, 2017 terminabas el colegio. ¿Tenías pensado seguir alguna carrera? ¿Te lo permitía el tiempo?
TR: Cuando terminé el colegio me cuestioné qué hacer porque si en abril no clasificaba para los JJ.OO., perdía medio año de facultad. Me había anotado en la UBA para diseño industrial. En marzo ya pude ver el ritmo de entrenamiento que teníamos, tres semanas sí y una no, mañana y tarde, los cinco días de la semana y sábados medio turno. Con ese ritmo era imposible pensar en la facultad y valoré más el proyecto de navegar. Era un año muy intenso y corto. Terminé clasificando, seguimos entrenando un montón también con la otra tripulación, cuando ellos podían. Me aboqué completamente a navegar.
Barcos: Volviendo a la competencia, fueron al Mundial y después ¿qué hicieron hasta los JJ.OO. para lograr esa performance?
TR: Después del Mundial nos fuimos los 4 en auto a correr la Dutch Youth Regatta, ganamos y nos motivó un montón, nos dimos cuenta de que éramos buenos con viento. Volvimos a Buenos Aires hasta el Mundial Juvenil en Texas, donde viajamos a mitad de año sólo nosotros dos con el equipo juvenil de otras clases 29er, 420, Laser. ¡Ganamos también ese Mundial! Fue increíble, me acordaba del Mundial anterior en China, en 29er que nos había ido tan mal… no podía siquiera imaginar lo que se sentía ganar. Fuimos super entrenados y nos tocaron condiciones favorables de viento todos los días, con ola parecida a la del río. Después fuimos al Europeo en el Lago di Como, en agosto, el último campeonato anterior a los Juegos. Estuvo muy peleado hasta la última regata, veníamos bien, segundos, terceros… La última regata, no se qué pasó pero al primero, que nos venía sacando cerca de 10 puntos, le fue muy mal, a nosotros muy bien, y al segundo, llegando al final se tumbó y ¡terminamos ganando! Fue por un punto y todo en la última regata. Fue muy gracioso porque, al no ser europeos no tenían un premio preparado para nosotros, no nos iban a dar nada… y terminamos llevando la Copa Challenger que devolvimos después de un año. Y después los Juegos.
Barcos: Con toda esa seguidilla, ¿cómo encararon los Juegos?
TR: Veníamos cebados, sabíamos que podíamos pero a la vez, después de la seguidilla de triunfos tener que correr en “nuestra casa” que nos exigía hacer las cosas bien porque se esperaba mucho de nosotros, podía pasar que las condiciones no se dieran… Es muy común que en el río no se den siempre las condiciones de viento. Pero, por suerte corrimos muy tranquilos, hicimos las cosas bien y ¡volvimos a ganar! Fue increíble.
Barcos: Si tuvieras que elegir un triunfo de todos los logrados, ¿elegirías éste?
TR: Sí, fue algo que no me lo hubiese podido imaginar, ya de por si correr un campeonato tan importante en el río es muy emocionante. Por ejemplo, estábamos corriendo y veía que el que largaba en la lancha era Huguito, que es el marinero del club desde los 13 años. Había un ambiente super, todos contentos, todos acompañando y festejando. A pesar de vivir cerca, teníamos que vivir en la Villa Olímpica y venía en el bondi pensando que estaba viviendo allá, que no era mi casa, pero sí era mi casa, era rarísimo. Y estábamos.
Barcos: Y llegó el momento en el que había que pasar a otro barco al cumplir los 18…
TR: Queríamos algo nuevo en un barco donde pudiéramos seguir juntos y no pensamos en otra alternativa que el Nacra 17. Lo veíamos navegando, foileando y queríamos estar ahí arriba. Nos habían invitado a correr un campeonato que se llama la Red Bull Foiling Generation UK que corrías en un Flying Phantom que es más grande que el Nacra 17 y más rápido. Terminaron los JJ.OO. y fuimos a correr ahí y volvimos, más que nunca necesitando el Nacra 17, que también era una locura pensar en tenerlo. Dos años atrás no me hubiese imaginado esa posibilidad. Es “el barco”.
El ENARD nos incluyó en un programa TAR (transición alto rendimiento) que nos da cierto apoyo por año. En el 2019 conseguimos justo un chico que corría regatas y vendía un Nacra 17 y quería comprar un Nacra 15. Justamente estaba en Barcelona, se dio todo porque habían quedado dos Nacra 15 en Europa, justamente en Barcelona, que habían comprado para correr allá. Hicimos el nexo entre el ENARD y él y como diferencia de plata entre un 15 y el 17, ofrecimos todo el apoyo que nos daban en el año. Todo ese año quedamos esperando que terminara ese trámite y llegara el barco acá. Y en septiembre 2019, casi un año después después de los JJ.OO. llegó nuestro Nacra.
Barcos: Y el 2020 estuvo casi perdido…
TR: Sí, en el 2020 queríamos ir al Europeo o al Mundial Juvenil y se nos cancelaron las dos competencias. De marzo a junio no pudimos navegar. A partir de ahí pudimos entrenar acá hasta diciembre. Se hizo super largo, pasó un año y medio entrenando acá solos, sin poder medirnos con otros, sin poder correr afuera, muy trabados.
Por eso, el hecho de poder correr este Mundial en Polonia es muy importante para nosotros.
Barcos: ¿Quién toma la decisión de qué campeonato correr?
TR: Eso se habla con los entrenadores y el ENARD. Hay que ver qué presupuesto se dispone y a partir de eso ver qué campeonato nos conviene elegir. Capaz hay de más prestigio, pero de menos nivel. Por ejemplo, este Mundial Juvenil es nuestro primer campeonato en Nacra 17, no vamos en búsqueda de ningún resultado pero lo bueno es que es toda gente juvenil y vamos a estar más con pares. A este evento vamos sin entrenador, otra aventura. También van los hermanos Contessi, Luca y Machi pero en 49er.
Barcos: ¿Cómo es el día de Tere?
TR: Por lo general, en la semana curso durante la mañana, de 9 a 12.30. Almuerzo y venimos para el club (CNSI). Navegamos de martes a viernes, depende de cómo está el día y después gimnasio, tarde/noche en Perú Beach. Antes entrenaba en el CENARD, pero durante el 2020 no se pudo hacer.
Barcos: ¿Cómo se compone el equipo?
TR: Está Nico Aragonés, nuestro entrenador, Andy Rehbein y tenemos una nutricionista de San Pedro, Melina Laiz y Dante tiene también un entrenador físico en San Pedro
Barcos: Todo este combo de entrenamiento, regatas, etc., ¿te permite tener una vida social dinámica?
TR: A mí me gusta divertirme, lo busco, obviamente tenemos semanas de descanso. También necesitamos tener una actividad y trabajar como entrenadores también. Durante el verano trabajé como entrenadora de Optimist en el Sudeste, algo que me encanta. Buscamos deportes que complementen o navegar en otros barcos, en barcos grandes también. Puede ser muy cansador a la cabeza, es fundamental tener otras actividades complementarias.
Barcos: ¿Te cuidas con la comida?
TR: Sí, es algo que tengo incorporado porque en casa siempre se comió sano. Es un hábito y también lo suplemento con algunos polvos porque estoy intentando subir de peso. Con toda la actividad que tengo y vivir apurada, es difícil el tiempo para comer.
Barcos: Si vos quisieras cambiar el lugar con Dante ¿podrías hacerlo? ¿O vos estás en el lugar en el que querés estar?
TR: Timonear el barco, lo puedo hacer, a veces intercambiamos. He subido a navegar chicos para probar el barco. Pero hace muchos años que estoy navegando de tripulante y específicamente es más mi rol porque entrené en eso. Pero también me divierte timonear, está bueno cambiar un poco la cabeza y te pone en el lugar del otro.
Barcos: En un barco en el que se navega de a dos, ¿quién toma las decisiones?
TR: Depende qué decisiones y en qué circunstancias. Las tácticas que se aplican en cada momento las decide Dante, cuándo virar, por ejemplo. Y otras, cómo poner el barco lo vamos hablando y si no estamos de acuerdo, uno cede porque somos un equipo. Se da naturalmente, pensamos parecido y confiamos uno en el otro, hace mucho tiempo que navegamos juntos.
Barcos: ¿Y después de Polonia, cómo sigue el derrotero?
TR: En octubre está el Trofeo Princesa Sofía, en Palma de Mallorca y ése es nuestro objetivo. Después de Polonia me quedo en Europa porque tengo familia y trabajo. Y en 2023 son los Panamericanos en Chile.
Barcos: ¿Y los Juegos 2024?
TR: Ojalá podamos, hay otro equipo argentino con mucha experiencia (en este barco se requiere experiencia) que es el de Mateo Majdalani & Euge Bosco que están super preparados. Pero nos tenemos confianza.
Barcos: Y ahora, una reflexión
TR: Aparte del ENARD, recibimos apoyo de South American Rigging y de Cabos Marlow. En este último tiempo estamos buscando empresas o sponsors que se quieran aliar a nosotros que estamos en un muy buen camino y vamos sorteando los obstáculos que van apareciendo. Podemos aportar nuestros valores de tolerancia, creatividad y resiliencia. Sería muy bueno tener más apoyo para un mejor desarrollo.
Barcos: ¡Gracias Tere y muchos éxitos!