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Los secretos de la ola perfecta

“Desde los inicios del esquí acuático hasta el actual y vigente wakesurf han tenido un denominador común: una lancha, cuyas condiciones y prestaciones han mutado con el tiempo y la disciplina para la cual sería utilizada. Justamente, ese proceso evolutivo de las embarcaciones tiene muchos secretos e historia, que develaremos de la mano de 

un profesional que habita, desde chico, en esas huestes. Junto a Alfredo Gorecki,  

conoceremos el lado desconocido de las embarcaciones utilizadas en los deportes acuáticos que más relevancia tienen a nivel mundial y zonal”. 

Texto: Gustavo Revel / Fotos: Gustavo Revel / Gentileza ARG Boats

Alfredo Gorecki tiene 53 años, cuatro hijos y una increíble trayectoria náutica. Técnico mecánico y navegante desde que nació. Lo lleva en la sangre, ya que su abuelo, don Pedro Soriano, ilustre motonauta tigrense que obtuvo un record mundial de velocidad en la época dorada, con su mojarra a 198.42 km/h, tenía un astillero donde Alfredo vivía en forma permanente desde sus primeros pasos. A pesar del entusiasmo que don Pedro transmitía a su nieto, los padres de Alfredo no querían que corriera regatas a motor. Por esa obediente  razón, Alfredo se dedicó al esquí acuático, tal vez para tener algo de adrenalina, no a bordo de una embarcación sino siendo remolcado por ella. Alfredo hacía en sus primeros pasos slalom y figuras, pero en los 90, comenzó con una nueva disciplina: el wakeboard. Pronto tomó entusiasmo gracias al impulso que la nueva especialidad iba cobrando a nivel internacional y local, motivo por el cual comenzó a equipar y reparar embarcaciones propias y de sus amigos, acorde a las  tendencias y a los nuevos dispositivos que se iban perfeccionando para lograr la ola perfecta. Su paso por esta especialidad no fue desapercibido: tres veces campeón argentino de Master, campeón argentino de Veterans (mayores de 40), participación en el mundial de Milán, entre otras medallas y reconocimientos.  En 2001, las cosas tomaron otra dimensión en la vida de Alfredo, pues debido a la gran devaluación que sufrió nuestro país, surgió la posibilidad concreta de fabricar lanchas de wake, sabiendo del reducido nicho de mercado pero consciente que su propia experiencia podía canalizarse en un producto de calidad indiscutida. Por esos años,  Alfredo sufre una fractura importante en su pierna, y el médico fue taxativo: final de la competición profesional, basta de esfuerzos al límite. Sin dudarlo, Alfredo vendió su embarcación y tomando la base de una embarcación americana de wake, comenzó a construir el primer modelo de lancha argentina… y así empieza nuestra charla.

Barcos: Sabemos que aún seguís haciendo wake, siempre te vemos junto a tus hijos y amigos…

Alfredo Goreki: Si, sólo para despuntar el vicio y estar con la familia… hago wakesurf, a mi edad ya no quiero más golpes, el ws es divertido y menos agresivo para un mayor en retiro (risas). Es hacer surf detrás de la lancha, sin manillar.

B: ¿Las lanchas para realizar wake son las mismas que para wakesurf?

AG: Literalmente te diría que sí, pero en lo profesional, cambian mucho en su diseño de carena y distribución de pesos. Hoy te diría que fabrico una lancha para wake y tres para wakesurf, todo evoluciona a medida que se generan nuevos límites, nuevas tendencias, nuevas disciplinas. Las lanchas se van adaptando al requerimiento deportivo profesional.

B: Hablemos de evolución; te iniciaste con el esquí. Contanos cómo eran esas primeras lanchas a fines de los 70, o básicamente qué tenía que tener para lograr la mejor perfomance.

AG: Tenían un fondo especial, medio plano, lanchas muy bajas, con línea de eje; tres quillas delante del motor, debajo de la barra. Eran lanchas para no hacer ola –al revés del wake-, con mucha potencia para hacer slalom, pues para esa especialidad vos necesitas 58 kilómetros de velocidad en la pista, por eso eran equipos de 260 a 300 hp, V8, potencia necesaria para lograr esa velocidad con un esquiador en la cancha y sortear las distintas boyas. Luego a mediados de los 90, empezó la fiebre del wake y los modelos cambiaron, en esencia, el requerimiento cambió.

B: Justamente, de la no formación de ola a la ola perfecta…

AG: En principio, se mantuvo el mismo fondo pues las lanchas de esquí también, además de slalom, se utilizaban para hacer figuras, a una velocidad de treinta y pico de kilómetros –menos de cuarenta- y a esa velocidad hacía una buena ola, que permitía hacer los trucos y piruetas. Por eso, se utilizó en principio los mismos fondos y se le agregó lastre para mejorar esa ola. Al inicio se ponían bolsas de hypalon, que se llenaban con agua y así empezaron a surgir las lanchas de wake; después, se pudo mejorar, de acuerdo a la experiencia de los riders que si el punto de tiro era más alto, me refiero el manillar (a 2, 2.1 metros de altura)  tirando desde la barra, la forma de tomar la ola permitía al participante mejorar el salto de ola y volar más alto, y estar más tiempo en el aire para hacer los trucos.

B: ¿En qué año aproximadamente comienzan a venir las lanchas con torre y tanques de lastre integrados?

AG: Entre 1999 y 2000. Antes venía un mástil, como el de esquí pero algo más alto; luego vinieron las torres y los tanques de lastre, y un punto importante: “V” drive y motor en popa, más peso atrás, más ola;  los tiempos fueron cambiando y las lanchas se hicieron más grandes, más altas y empezaron a trabajar en las carenas, es decir, se empezaron a diagramar líneas de fondo especiales para que en condiciones puntuales lograban olas perfectas; se agregaron cuñas, cortes transversales,  planos  de fondo con diferente nivel (proa y popa);  los tanques integrados empezaron siendo dos en popa, uno por banda, luego tres (se sumó uno más a proa). Todo esto obligó a aumentar las potencias, ya que al ser embarcaciones mucho más grandes, todo se incrementó en desplazamiento.

B: ¿Cuándo empieza la fiebre del wakesurf?

AG: En 2015, y allí hay otro nuevo cambio. Se incorpora el sistema de flaps, fijos y/o hidraúlicos; de este último existen tres modelos, uno en el centro, sobre crujía –que baja-, y uno por banda, sobre espejo, bien cerca de final de cantonera.  La marca  Malibú, de Estados Unidos, agrega unos flaps especiales que se ajustan sobre las bandas, en el tercio popel de cada lado, y Mastercraft, la otra líder americana, ostenta los flaps en crujía y espejo, pero los mismos poseen unos deflectores tipo cuchillas que permiten que se genere una ola pronunciada. 

B: Pero ese tipo de flaps no cumple la función de hundirlas de popa…

AG: Es correcto, pero además de escorar la lancha, la hace derivar, es decir, al bajar el flap del lado de babor, vos vas a surfear del lado de estribor. El asiento de la embarcacióny la deriva de la lancha produce una ola lisa y alta, ideal para surfear; la velocidad ideal en esta condición es de diez millas, aproximadas.

B: El wake se está practicando con el sistema de cable, en el mundo y aquí también; ¿perjudicó un poco las ventas y el uso de las lanchas de esta especialidad?

AG: Sí, en realidad mucha gente que hace wake migró para ese sistema; es más fácil, más económico, no tenés que mantener una lancha, ni pagar combustible… es algo distinto pues no se trata de navegar sobre olas y saltar, sino que se utilizan rampas para volar y hacer los trucos, es más fácil y no hace falta tanta técnica. Pero para el surf la lancha es la única al momento que genera una ola ideal, y la mayoría de las lanchas que fabricamos son para wakesurf.

B: ¿Hay diferencia entre las tablas que se utilizan para wake y wakesurf?

AG: Sí, la de wakeboard es una tabla parecida a la de snowboard, de nieve, pero más ancha, y va con botas fijas, como la de nieve; la de wakesurf es una tabla de surf, más cortita, con o sin quillas. Es muy divertido e integra mucho a la gente de la lancha, pues vas cerca de la lancha, escuchando música, la gente se va hablando. Se sale igual que el wakeboard, con un manillar, y al lograr el equilibrio, tiras el manillar arriba de la lancha y empezas a surfear la ola.

B: ¿Cuál es la distancia que tiene que tener el de wake o el surfeador a la lancha, por un tema de seguridad?

AG: En wakeboard va entre 18 y 20 metros; en realidad, no es por seguridad sino por el motivo de buscar la ola adecuada, que a veces está más o menos lejos de la lancha: con una lancha cargada con 1000 litros de agua en lastre, podés lograr unos 50/60 cm de ola. Debe ser una ola compacta, que no tenga espuma, es decir lisa y sin aire, pues sino la tabla se hunde; en surf, con la misma carga en kilos pero distribuidos de otra forma.

B: ¿Cómo es eso?

AG: Para hacer wakeboard la lancha se carga pareja, incrementa calado en forma adrizada, todos los tanques y la gente bien distribuida; pero al hacer para wakesurf se usa doble sistema de lastre, es decir, los tres tanques de agua fijos en el casco, más tres bolsas adicionales de 300 litros cada una, y se debe cargar más del lado que quieras andar. Siendo principiante, podés surfear de los dos lados y el lastre debe quedar parejo, adrizando el casco; sólo cambiando el ángulo de incidencia del flap tenés, en cinco segundos la ola de un lado ó la ola de otro. Ahora, si querés la mejor ola sólo de un lado, debes reforzar la carga en ese mismo sector. Para lograr la ola deseada, de unos 1, 1.2 metros de pozo, y un largo de ola de 6 o 7 metros, más o menos como la eslora de la lancha, pudiendo ir y venir en ese largo, y tomando velocidad para saltar. Vos surfearas en ese rango. Debe ser una ola muy lisa. Posteriormente, cada deportista te avisará si desea más o menos flap, siendo mayor o menor ola, regulándose todo a voluntad. Si querés estirar la ola más larga, debes bajar el flap del medio; en ese caso perdés altura de ola pero ganás distancia a recorrer.

B: ¿Existe un manual de técnicas para el manejo de lancha y formación de olas, o es todo amateur?

AG: Queda en la mano del timonel, pero, por ejemplo, las lanchas del exterior vienen seteadas en el instrumental, y por ejemplo, te dicen apriete acá y podés surfear en cualquiera de las dos bandas, sin problemas; pero cuando venís acá, la ponés a gusto tuyo, corrigiendo ese estándar. Es un Perfect Pass de oleaje, recordando que este equipo sirve para guardar la velocidad promedio que cada deportista solicita, y se va subiendo o bajando la velocidad de la lancha en décimas de kilómetro por hora, hasta encontrar la velocidad ideal y se guarda. En cuanto a surf, las lanchas americanas vienen con un sistema de chequeo y diferentes posicionamientos. Generalmente es una pantalla  plana donde te dice “para surf”  y el programa se instala todo y la lancha se acomoda y genera una ola standard, que luego podrás modificar a voluntad y luego grabar la ola a nombre del rider.

B: ¿Cuál es el mejor lugar para la práctica de este deporte?

AG: Sin dudas, el Paraná Miní, donde está permitido; allí hay profundidad, los equipos rinden y se puede hacer todo. Tenés que tener al menos 3 metros de profundidad para que el equipo rinda a pleno y se genere buena ola. Pero es muy lejos, aunque está habilitado por Prefectura. Lagos o lagunas, los mismos principios de profundidad. Poner a punto una lancha para wakesurf es mucho más difícil que una de wake.

B: ¿Qué es el wakeskate?

AG: Es un skate, como del tamaño de la tabla con rueda de los chicos, algo más corta, y sin botas. La rutina es la misma que un skeater: saltan la tabla, se mantienen arriba surfeando un poco, etc. Es de los años 2000 y algo, acá no prosperó. Aquí pegó el wake y el wakesurf.

B: De las lanchas especiales importadas, las marcas vip, ¿cuál fue a tu criterio la lancha que más evolucionó en términos generales?

AG: Para mi, la Ski Nautique y la MasterCraft son las que se llevan todo el crédito, aunque la ola mejor para la práctica es de la G23 de Ski Nautique, el modelo más grande que tienen. MasterCraft y Malibú se siguen desarrollando y son literalmente perfectas.

B: ¿Hay muchos torneos en Argentina?

AG: No, en Argentina hay muy pocos torneos. Hay muchos torneos de cable, alguno de lanchas de wake y surf. Pero se perdieron de a poco por los torneos de cable, más económicos y más fáciles de organizar. Antes se compraban entre tres amigos una lancha nueva para la práctica de este deporte. Hoy no se pueden pagar los impuestos básicos. En el San Antonio, por ejemplo, es imposible hacerlo debido al gran tráfico reinante. El San Antonio es muy angosto, en fin. Respecto de las escuelas, se han ido perdiendo.

B: ¿Qué se viene en los próximos salones náuticos de Düsseldorf y Miami, qué opinión te merece?

AG: Se trabaja en los fondos y en los flaps, pero los fondos están increíbles. Tienen forma de diamante, hay mucho desarrollo en los canales de experiencia.

B: Por último, ¿qué le aconsejarías a alguien que quiera  comprar una embarcación para esta actividad?

AG: Con lanchas normales vas a poder hacer wakeboard pero no wakesurf. El tema de la pata dentro fuera es peligroso, pues como vas cerca de la popa te puede agarrar la hélice. La ola tampoco se logra fácil, aunque ahora hay unos aparatos que es un tipo de flap que se pega en la banda con dos ventosas y hace un efecto parecido al flap hidráulico, haciendo derivar la lancha y generando una ola plana, además de escorarse con peso. Con los fuera de borda, además del peligro de la hélice expuesta, es difícil encontrar el punto justo de la velocidad, pues se dispara; los cuatro tiempos son más dóciles pero los dos tiempos no, salen muy rápido. Además, en ambos casos ves una ola bien formada pero como los gases del escape salen por el cubo de la hélice, la ola es blanda. Yo recomendaría conseguir una lancha vieja de esquí, con línea de eje, agregarle peso –los bolsos con agua, por ejemplo- y para empezar con eso está bien. Una vez que hayan logrado saber si gusta la actividad, ir por un equipo mayor.

B: Novedades de tu astillero para este año.

AG: Estamos con un proyecto en marcha de una lancha más grande, con 450 hp, con relación 2 a 1 de “V” drive. Será una buena sorpresa.

B: Muchas gracias Afredo, muy interesante lo charlado.

AG: Gustavo, gracias a vos por la nota y su difusión.

barcos@barcosmagazine.com

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