Cada febrero, Miami renueva su glamour para realizar una de las muestras más imponentes del planeta, donde toda la actividad náutica recreativa refleja a una industria, local y foránea en constante desarrollo. Miles de entusiastas asistieron a esta reunión de honor, con importantes cambios en lo organizativo y, por supuesto, con embarcaciones para todos los gustos y requerimientos. Nuestro informe.
Texto: Gustavo Revel – Fotos: Pierson Grant PR / Martín D´Elía / J. Christopher Photography / Informa U.S. Boat Shows.
Desde siempre Miami cautiva al mundo náutico: sus costas, su mar, temperatura y accidentes geográficos de una costa privilegiada hace de la náutica deportiva un verdadero placer. Pero el gran avance de la ciudad, la cantidad de embarcaciones expuestas y otras cuestiones – básicas tal vez, como el estacionamiento – hicieron, desde hace dos años, que sus organizadores trasladaran ambas muestras a un nuevo emplazamiento, más amplio, por fuera del circuito netamente turístico, a fin de poder lograr un mejor ambiente, más relajado y poder disfrutar mejor esa pasión común de los visitantes: la náutica deportiva.
Este año, hubo otro cambio de sitio: el Miami Yacht Show -yates y súper yates de lujo- se trasladó a un sitio estratégico: el Downtown Miami en One Herald Plaza. Entre las calles Mac Arthur y Venetian, en Biscayne Bay incluyendo Sea Isle Marina, la muestra quedó más cerca de Super Yacht Miami en Island Gardens de Watson Island, satélite del show que albergaba a los súper yates más grandes y espectaculares en exhibición. En definitiva, Miami Yacht Show sumó un espacio de exhibición de 67,000 pies cuadrados (20,400 m2) y casi 500 impresionantes yates, mega yates y brokers de los más distinguidos astilleros del planeta. El resultado fue contundente: 7.23 por ciento más concurrencia que el año anterior. El Miami Yacht Show es copropiedad de Informa y el International Yacht Brokers Association. Según un estudio hecho por Thomas Murray & Associates en 2016, el show de yates anual genera un estimado de U$S486 millones en salida económica. Después de 30 años en Collins Avenue en Miami Beach, la nueva área de exhibición de 60 hectáreas en Downtown Miami complementó la exhibición de cientos de yates con tiendas de lujo temporales, salones y bares para huéspedes, autos exóticos, aviones privados y eventos especiales. Con más de 3,500 espacios para estacionar a pocos pasos del show y acceso fácil desde Brightline y el Metromover, la nueva ubicación hizo que llegar al show sea más conveniente que nunca antes. Todo un verdadero lujo. En materia de diseño, este año se ha visto reforzado el empleo de superficies de casco y carroza vidriadas, en algunos casos excesivas, aunque con elegancia y seguridad –especialmente en cascos-, ya que la normativa al respecto está para cumplirse. Las proas lanzadas van mutando a proas más rectas, con cantoneras muy marcadas en proa y una gran variedad de partes móviles en cubierta y popa, las que ofician de balcón o planchadas, ampliando los sectores transitables y de estar. Obviamente, en los megayates, los diseñadores dan rienda suelta a la imaginación y todo es posible. Pero centralicémonos en las marcas tradicionales y en los modelos de serie. Los fly vuelven a cobrar singular vida luego que las open de envergadura ganaran mercado. También hay un cambio muy importante en las embarcaciones inicio de gama -35 pies promedio- de las marcas líderes han cambiado los motores dentro fuera por fuera de borda, un cambio radical en diseño, performance y sistemas constructivos.
Por otra parte, el Miami International Boat Show es organizado por la NMMA (National Marine Manufacturer Association) en su ya nuevo emplazamiento en Miami Marine Stadium Park and Basin, en Viginia Key, brilló por su cada vez más mejorada organización, y donde se expuso el potencial de la náutica deportiva a motor en todo su esplendor: yates, lanchas, motos de agua, motores y la infinita cantidad de productos innovadores y servicios de las marcas consagradas y de quienes inician su actividad productiva en esta área. Las nueve marinas propuestas en Marine Park Stadium, intercomunicadas entre si, albergaron infinidad de modelos de embarcaciones, además de las que se encontraban en tierra. Hubo 66 nuevas embarcaciones distribuidas en 26 categorías, y ciento de novedades que en breve, alguna de ellas, estarán por nuestras aguas. Algunas perlitas de las muchas vistas fueron la unión entre Volvo Penta y su división 7 Marine, demuestra el inicio de un cambio gradual de la firma sueca hacia los sistemas de propulsión externos. Sea Doo logró una buena aceptación de su Fish Pro 155, una moto de agua acondicionada para la pesca en el paraíso de los pescadores. En cuanto a fuera de borda, todas las firmas presentaron su arsenal de potencias disponibles; Mercury, el símbolo americano, fue quien mayor cantidad de popas conquistó en la muestra. Yamaha, por su parte, se hizo fuerte con el 425 hp, como también Suzuki con el 325 y 350 hp. La carrera por mayor cantidad de hp y menos peso y tamaño parece no tener límites por estos tiempos. Yanmar, presentó un fuera de borda compacto, diesel, novedad importante para la tradicional marca de los motores internos indestructibles. Por supuesto, no faltaron las tradicionales center console y las ultrapotenciadas, que los americanos nos tienen acostumbrados. Respecto de las líneas en general, los cortes rectos siguen a la moda, mucha ventana y luz interior, planchadas y popas retráctiles, popas muy bajas y afinadas, además de equipamiento full en cada versión vista. Para disfrutar, que no falte nada. Muy buena concurrencia, organización y excelentes negocios en un lugar no tan lejano, pero muy distinto al nuestro. Demasiado.
