Texto: Gustavo Revel

El alto costo de los combustibles desalientan la navegación a motor. Todos los propietarios buscan alternativas más económicas de diversión, esperan días más cálidos o programan travesías más cortas. Van aquí algunos tips para mejorar el consumo, y algunas consideraciones extra a la hora de elegir el equipo nuevo.

A diferencia del transporte terrestre, el consumo de una embarcación no sólo dependerá del tipo de motor o de embarcación, sino de una gran variedad de ítems que, sumados o en forma aleatoria, terminan en una ecuación de consumo importante. Pero no todo está perdido, hay muchas variables a mejorar para obtener menor consumo y mejor performance en cada equipo que sale a navegar, sea con motor dentro fuera o fuera de borda, específicamente en este caso.

LA CULTURA DE LAS REGATAS

Partamos de un principio absolutamente real. El 70% de las embarcaciones de nuestro país está sobrepotenciada. Y me refiero específicamente a los fuera de borda. Su análisis remite a múltiples causas. Por ejemplo, las carenas mejoradas y los fondos rendidores que los astilleros producen, nacen en la cultura de las lanchas de regata y al ingreso de motores de alta gama, con precios a veces apenas más caros que una potencia standard. Este fenómeno se incrementa en los puertos del interior del país y en las ciudades de la Mesopotamia, donde las características del río abierto incita a la velocidad, dejando de lado factores tan simples como la no existencia de surtidores en el río, limitando las horas de navegación o llevando tanques adicionales para recargar en donde se queden sin gasolina. O algo tan simple como tener potencias importantes para un depósito de combustible que permita navegar algo más de una hora. Es frecuente encontrar embarcaciones que ostentan en su popa un 250 hp de nueva generación, cuando su potencia de diseño llega a los 150 hp: 100 hp más en un mismo equipo muchas veces no es la opción más certera. Ni segura. La reglamentación de nuestra Autoridad de bandera ha sido demasiado laxa en los últimos 20 años. Hasta hace bastante poco tiempo, el incremento de potencia en los espejos respecto de las máximas admisibles era absoluta responsabilidad del propietario. Hoy las cosas empiezan a ser algo más argumentadas, con respaldo técnico al menos en el factor seguridad.

MÁXIMA VEOCIDAD

Imaginemos tener un auto de altísima gama que, gracias a un poderoso motor desarrolla altas velocidades. El propietario sólo podrá aplicar máxima velocidad sólo si las condiciones de la carretera se lo permiten. En el río, los límites de velocidad son bastante acotados, y siempre está vigente el vale todo. Un consejo útil es el de respetar las potencia máximas de diseño propuestas por el astillero. No superarlas y navegar con gentileza y precaución. También las velocidades y consumos serán los mejores propuestos siempre por el astillero.

TIPOS DE VELOCIDAD

Decimos que la “velocidad máxima” de una embarcación representa el límite máximo de marcha a una velocidad determinada. Es además la única velocidad perfectamente definible, pues otras expresiones como  “velocidad media”, “tres cuartos de marcha”, “a bajo régimen”, al “ralentí”, o “velocidad  de planeo” son términos siempre poco precisos.

Cada motor entrega cierta potencia, que en cada caso se transforma en velocidad. Una curva de potencia es una lectura obligada para poder entender el motor y lograr los consumos básicos. En estas pruebas se reflejan las pruebas de fábrica, donde cada hp entregado  se corresponde a un consumo específico, parámetro válido para iniciar el cálculo de comparación de nuestro consumo.

La “velocidad máxima” muchas veces no refleja con exactitud el mayor consumo. Muchas veces el mayor consumo se obtiene en el instante en que el barco comienza a moverse (gastando muchas rpm hasta alcanzar el planeo) y luego se estabiliza –barco y consumo-.  Los motores cuentan con un importante avance tecnológico hoy, aunque no es aconsejable que éstos funcionen a pleno desde el inicio de la navegación. Cada timonel debe buscar en su embarcación la “máxima velocidad constante”, es decir, la velocidad de navegación ideal  que será menor que la velocidad máxima, y a menos rpm. La “máxima velocidad constante” puede tomarse, en algunos casos, como “velocidad crucero”. En los motores fuera de borda, la velocidad de navegación  ideal oscila entre el 15 y 20% menos que la máxima, en tanto que en los dentro fuera será entre 200 y 400 rpm menos que las máximas rpm admisibles de cada motor, dependiendo por supuesto de la marca de los mismos.

La llamada “velocidad económica” no es la mínima velocidad obtenida para un  mínimo consumo, ya que la mínima velocidad incrementa el consumo por el efecto del arrastre (consumo parasitario). La resistencia (ergo consumo) aumenta proporcionalmente al cuadrado de la velocidad.

La “velocidad económica” es, entonces, la mejor marca obtenida, en forma constante, a un menor consumo. La “velocidad máxima constante” (de crucero y económica) dependerá no sólo del motor, sino también del casco y de la condición de carga.

Los cascos planos son más veloces y necesitan menos potencia de motorización. Los fondo en “V” tradicionales navegan muy bien en aguas agitadas, aunque necesitan más potencia real en popa. Los fondos en “U”, de desplazamiento son más lentos y pueden navegar con menos potencia, pero su consumo es importante. Por último, los fondos planos son los más rendidores pero bastante duros para navegar en condiciones intermedias.

EL AHORRO DE COMBUSTIBLE

Luego de estas definiciones expuestas, necesarias  para entender el tema, poco se detalló de cómo mejorar el consumo.

La tecnología imperante ha mejorado la ecuación hp/litro. En fuera de borda, los motores cuatro tiempos disminuyeron en un 50% la economía de los viejos dos tiempos carburados. Es más, los modernos dos tiempos hoy poseen inyección directa multipunto, en reemplazo de los “golosos” carburadores, con eficiencia del 100%, igualando o mejorando, en algunos casos, al consumo de los cuatro tiempos. Toda la nueva tecnología ha mejorado sustancialmente la aceleración y una baja emisión de gases, cumpliendo con rigurosa normativa internacional de polución.

En los paneles de mando de la mayoría de los motores de mercado existe una computadora que acusa, entre otras muchas funciones, el consumo del motor en tiempo real. Esta es una herramienta eficaz para calcular una buena performance o navegación de largo aliento. Como la mayoría de los nautas conocen la cantidad de combustible que su tanque admite mediante el instrumento instalado, propongo un ejercicio práctico para conocer el consumo en intentar mejorarlo.

EJERCICIO

Si no posee un instrumento que acuse el consumo en forma directa, tómese una tarde en la semana para realizar estas pruebas. Necesitará una tabla de anotaciones, el GPS y combustible. La embarcación deberá tener el fondo limpio, elementos de seguridad completos y podrá ir acompañado de uno o más tripulantes. Equipare los pesos que lleva habitualmente a bordo en sus navegaciones habituales (bolsos, por ejemplo) para simular una condición de peso frecuente. Estibe en los espacios asignados toda la carga: lo más pesado a popa, en forma simétrica, y lo más cerca de crujía posible. Verifique siempre la capacidad real del tanque, consultando con el astillero o mediante la carga full del mismo a partir de la condición vacío. Al realizar esta acción, verifique que las conexiones no pierdan. Con tanque lleno anote esos litros, el peso transportado en kilos –describiéndolos-, la condición del río y el viento (busque aguas abrigadas). Realice un recorrido de al menos media a una  hora y retorne al mismo surtidor. Mediante el GPS busque la velocidad máxima y regístrela. Luego navegue a velocidad crucero y mantenga la marcha en forma constante durante el trayecto. Recuerde que cada interrupción de la marcha (para respetar una embarcación a remo u otra precaución) incrementará el consumo en forma lógica; en la semana hay menos tráfico y la prueba será bastante exacta. Anote las rpm del motor, pues servirá para los cálculos. Finalizada la prueba, llene el tanque y observe los números. Tal vez se sorprenda con lo poco –o mucho- que su embarcación consume.

ANALISIS DE LOS RESULTADOS

A máxima velocidad: ¿Cuántas revoluciones alcanzó? Si no llegó a las máximas rpm que acusa el fabricante (+- 200 rpm) tiene la posibilidad de mejorar el paso de la hélice. Muchas veces se le asigna poca importancia a la elección de la misma. Otras veces se instalan pasos que brindan muy buena salida (ideales para práctica de esquí o wake) y se deja de lado la velocidad. El consumo será mayor al realizar este tipo de actividad que a velocidad máxima, por ejemplo. Allí debe analizarse cuál es la mejor ecuación de consumo-velocidad de servicio (wake, por ejemplo), sabiendo cuál es el mejor rendimiento. Analice también cómo se adrizó la embarcación en la prueba, recuerde que las escoras o una condición de asiento excesiva incrementa el consumo. Por otra parte, el trimado del motor será condición vital para un consumo razonable. La acción de trimado es la que, mediante una bomba hidráulica, el motor puede cambiar su ángulo de incidencia respecto al plano de agua, manteniendo siempre la verticalidad y haciendo eficiente la función de la hélice. Sistema sencillo que la mayoría de los motores posee hoy en día,  clave para optimizar el consumo.

Algunos detalles como un buen servicio de mantenimiento en su motor, hélices en condiciones, no carga excesiva a bordo, correcta distribución de los pesos, fondo limpio, distribución correcta de las personas a bordo, programar la navegación por el camino más corto, entender el curso de agua del río buscando zonas de profundidades con poca corriente, cortando camino en forma inteligente, llevando siempre combustible adicional, filtros limpios, venteos seguros  y un buen control estadístico de los consumos, son algunos consejos simples  para mejorar la performance y consumo a bordo. Por supuesto, una ayuda profesional nunca está de más, al menos, por una vez.