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EDICIÓN IMPRESA – FRAM, EL BARCO QUE CONQUISTÓ EL ÁRTICO

Habiendo visitado el Museo Fram el pasado mayo, sentí una profunda obligación de resumir y compartir la historia de un navegante junto a un gran barco, el “FRAM”

Fridtjof Nansen desafió incansablemente el océano Ártico para probar su teoría: la corriente este-oeste por debajo de ese mar congelado.

Un museo en tierra para un barco de condiciones constructivas indestructible. Infinidad de cuadros, fotos, videos que nos hacían sentir navegando en una tormenta. Allí estaba el FRAM, impecable mientras la tecnología nos envolvía en olas de una cerrada tormenta en el mar, emulando alguna de las tantas que esa goleta especial, que hoy llamaríamos barco polar construido en Noruega, se erguía, impactante frente a nosotros. El museo Fram es uno de los más importantes y reconocido en el mundo, en especial en nuestro ambiente, pues conserva un barco que marcó un record que, mirado en tiempo y espacio fue único. Navegación, supervivencia y tecnología de época se mantienen vivas dentro de ese museo. La historia es demasiado extensa para resumirla en estas breves líneas pero merece una oportunidad y eso intentaré. Les puedo asegurar que haciendo el recorrido dentro del barco, en su cubierta, viendo las costumbres y los elementos que contaban a bordo para supervivencia y hasta sentir en forma real el “frío” que se sentía en una tormenta de viento sobre el hielo polar ártico, hacen de este recorrido una increíble experiencia, nos hace pensar y comprender que quienes tienen ideas claras y las impulsa con pasión puede lograr la empresa más increíble imaginable. Considero, si me lo permiten, buen estimulante para estos tiempos tan revueltos en que vivimos, leer un poco de historia, o tal vez algo como este relato, y sumergirnos en aquellos hechos que protagonizaron quienes nos precedieron, que tuvieron ideales hasta utópicos pero que pudieron lograrlo, con sacrificios extremos, sabiendo que la vida no está hecha para perdurar sino para desplegar proyectos de mayor dignidad, crecer y entregar la posta a quienes nos sucederán.
También me hizo pensar la gran diferencia cultural que tenemos, al proteger también al patrimonio que tenemos. Ver el FRAM casi como recién construido, resguardado en un museo a dos aguas sólo para protegerlo ya de los fríos inviernos y ver nuestra heroica “Corbeta Uruguay”, una “FRAM” del Antártico, melancólicamente recostada en Puerto Madero sin gran mantenimiento y con un futuro no tan venturoso nos hace pensar el porqué de nuestro eterno desencuentro con la historia. Los invito entonces a compartir este “aperitivo” antes de conocer el FRAM y su odisea.

Todo comienza así
Durante miles de años, el Alto Ártico estuvo poblado sólo por pequeños grupos étnicos errantes de inuit (nombre genérico a los grupos humanos que habitan el Ártico) quienes han soportado ese clima hostil desde siempre, con gran experiencia para sobrevivir en el hielo. Viven en las tundras del norte de Canadá, Alaska y en Groenlandia. El hielo había bloqueado el camino para los exploradores embarcados. La exploración gradual por tierra de Siberia y la región más septentrional del continente americano y la búsqueda por parte de los barcos de nuevas rutas comerciales y posibles riquezas más al norte se cobraron infinidad de vidas y produjeron increíbles historias de sufrimiento a través del tiempo.
Más de 1000 hombres murieron sólo en la búsqueda del Paso del Noroeste y decenas de barcos naufragaron. La famosa última expedición de Sir John Franklin en 1845 resultó en la pérdida de dos barcos y 129 hombres. Las áreas en blanco en los primeros mapas estaban llenas de monstruos imaginarios, rutas terrestres y de navegación inexistentes pero, exploradores y científicos y las expediciones de caza de ballenas, llenaron gradualmente muchos vacíos. Los estudios de los mapas a lo largo de los siglos nos muestran como el conocimiento del mundo se expandió lentamente, pero a los finales de la década de 1880 todavía había muchos interrogantes en los mapas de las regiones árticas.

FRIDTJOF NANSEN – EL PRIMER CRUCE DE GROENLANDIA (1888)
El verdadero pionero de este relato será desde ahora el señor Nansen. Nacido en 1861 en lo que hoy es Oslo (Noruega). Una persona típica del Renacimiento, con amplios intereses y logros. Fue un impulsor del esquí para el ocio y el deporte y fue un científico innovador en varias disciplinas.
Estudió zoología en el Museo de Bergen, uniéndose a un viaje frente a Groenlandia en 1882 como parte de sus estudios. Durante este viaje notó sobre el mar madera a la deriva y tierra en el hielo marino, que más tarde asociaría con la teoría de una corriente este-oeste a través del océano ártico. También aportó una tesis doctoral en 1888 que fue la estructura del sistema nerviosos central mostrada a través de estudios de formas inferiores de vida animal marina.


Nansen se inspiró en su viaje a Groenlandia para investigar el interior desconocido. Su plan era cruzar la capa de hielo desde la costa este deshabitada hacia el oeste bajo el lema “¡La costa oeste o la muerte”! La expedición junto a otros cinco comenzó mal, cuando un corto viaje a la costa los dejó atrapados en el hielo y los llevó 380 km hacia el sur. Cuando finalmente llegaron a la orilla, tuvieron que remar hacia el norte contra la corriente para encontrar un lugar adecuado para cruzar. El cruce de seis semanas terminó en una invernada no planificada en Godthaab/Nuuk (capital de Groenlandia). Durante ese invierno, Nansen aprendió todo lo que pudo sobre la adaptación de los inuit a la vida en el ártico, ya que el próximo barco llegaría en la primavera siguiente para buscarlos. En todo este invierno, el estrecho contacto de Nansen con la vida inuit en Nuuk y sus alrededores, aprendió que ese estilo de vida y su adaptación a las condiciones extremas del ártico debía defenderse. Le pareció particularmente deprimente reconocer que la influencia europea destruiría la cultura Inuit y, de esa manera, los convertiría en ciudadanos de segunda clase.
Al igual que sus colegas de viaje Eivind Astrup y Roald Amundsen (atención a estos nombres) absorbió la mayor cantidad de conocimientos posibles de los inuit: como se vestían para soportar el frío, como atrapar y, no menos importante, como comer todas las partes de un animal, como hacer y usar kayaks, construir casas de invierno de piedra y césped, etc. Nansen también hizo todo lo posible para comprender y describir los puntos de vista sociales y religiosos de los inuit, y emitió un duro juicio sobre los intentos que los misioneros europeos y otros habían hecho sobre los inuit groseramente llamados gente de la “edad de piedra”. Sus herramientas y costumbres eran superiores para las condiciones naturales en las que vivían y no necesitaban mejoras europeas. El resultado más importante de la invernada fue la comprensión que Nansen obtuvo de la cultura inuit. Eso lo llevo a apoyar su causa en escritos y conferencias, en oposición a la experiencia antropológica y religiosa de la época. Nansen resumió la experiencia de aquel invierno de esta forma: “Hemos encontrado a una gente altamente dotada del lado de la naturaleza, que vivía bien y, a pesar de sus defectos tenían un alto nivel moral. Pero a través de nuestro trabajo cultural, nuestra misión y nuestros productos, tanto sus condiciones materiales, su moral y su orden de la sociedad han sido provocados en una triste decadencia, y toda la gente parece destinada a ser condenada”.

LA PRIMERA EXPEDICION FRAM (1893-1896) SE PONE EN MARCHA
En otoño de 1884, Nansen vio un artículo del profesor de meteorología Henrik Mohn sobre piezas del barco de expedición estadounidense naufragado, el “Jeannette”, que tal vez debe haber sido transportado por una corriente a través del océano Ártico. Nansen conectó esta teoría con otros hallazgos como la madera a la deriva siberiana y la tierra que había visto en el hielo frente a la costa este de Groenlandia en 1882. Llegó a la conclusión de que un barco fuertemente construido podría probar la teoría de la deriva con el hielo de este a oeste era real. Quería que varios científicos lo acompañen pero ninguno iría a este experimento peligroso de 3-5 años de duración. Nansen preparó la expedición extremadamente bien, consultando con científicos, con expertos en nutrición, con cazadores y pescadores de la zona Ártica, probando y modificando el equipo. La teoría de Nansen de una corriente a través del océano Ártico se presentó a la Royal Geographical Society el 14 de noviembre de 1892. La respuesta fue mixta. Algunos expertos Árticos lo apoyaron mientras que otros lo llamaron suicida. Se dudaba que un barco pudiera sobrevivir a la presión del hielo.

Ese barco existió. Fue el FRAM. Continuará.

Texto: Gustavo Revel – Fuente: Museo Fram
Fotos: Museo Fram / Gustavo Revel

barcos@barcosmagazine.com

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