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Arroyo Fulminante

Con motivo de la creación de la “ESCUADRA DE SARMIENTO” (LEY DE ARMAMENTO NAVAL de 1872), en el año 1873, nuestra Marina de Guerra, comisionó al ingeniero estadounidense Hunter Davidson, para dirigir la construcción de un barco para almacenamiento de torpedos y minas de profundidad, a los astilleros YARROW & HENDLEY, de Inglaterra. El barco que se denominó FULMINANTE, tenía una eslora de 55 mts., una manga de 9 mts. y un puntal de 5 mts, con un calado de 2.28 mts., y un desplazamiento de 620 toneladas. Estaba propulsado por una caldera doble COMPOUND, que impulsaba una hélice de dos palas con la que llegaba a los 10 nudos de velocidad.

Entró en servicio, bajo el mando del mismo Davidson con una tripulación de 10 oficiales y 49 tripulantes, en el año 1875, inicialmente para realizar el relevamiento hidrográfico del Canal del Infierno, entre la isla de Martín García y la costa Uruguaya del Río de la Plata, posteriormente hizo el tendido del cable submarino entre Martín García y la ciudad de Buenos Aires, haciendo también relevamientos en el río Uruguay y el río Paraná, para luego pasar a su función específica, que era almacenamiento de torpedo y minas, en el Apostadero Naval, en la costa del Río Luján en Tigre, frente a la desembocadura del río Tigre, donde hoy se encuentra el Tigre Sailing Club, casualmente sobre el arroyo que lleva el nombre del barco, y que se continúa en el arroyo Gambado hasta conectarse con el río Sarmiento.

El 4 de octubre de 1877, mientras se manipulaban explosivos, estalla un incendio en la proa del mismo, y a las 12.00 se produjo una explosión de un torpedo que se encontraba en la bodega, dejando un saldo de 12 muertos, el 2º comandante, que se encontraba a cargo del buque, Mason Damon, consideró incontrolable el incendio y calculo que pronto llegaría a la santabárbara, y ante la imposibilidad de abrir las válvulas de inundación para hundir el barco, ya que el mismo se encontraba varado por la pronunciada bajante del rio, ordenó la evacuación del mismo.

El barco tenía en su popa un asta con la Bandera Argentina en tela de lanilla, la que corría riesgo de quemarse con el incendio, hasta que un vecino, don Juan Gamba, a las 16,45 arriesgando su vida, se arrimó con un bote de remo y arrancó el asta con la bandera, volviendo sano y salvo a la costa, entre los vítores de los vecinos, que se habían reunido en la orilla del Luján, para ver el incendio. Esa bandera, de 1,75 mts. por 1,32 mts,  hoy se encuentra en el Museo Naval de la Nación.

A las 17.00 horas se produjo la explosión de la santabárbara, que destrozó el casco, lanzando la cubierta del mismo a gran distancia y dejando el barco partido en dos. Según las palabras de Miguel Viancarlos, que era el delegado del Resguardo de Tigre, “la explosión se escuchó desde muy lejos, generando la confusión y el espanto en esta población durante el día de hoy, así como el pánico a los tripulantes de los buques fondeados cerca del vapor perdido, y los fragmentos de este, se encontraron a una distancia de más de diez cuadras, cayendo grandes masas de fierros en casas del Tigre y provocando, el estruendo, la rotura de vidrios en los edificios de la vecina San Fernando”. Hay que destacar que se encontraban fondeados, sobre el río Luján, esperando ser reparados en el Apostadero Naval (en las inmediaciones donde hoy se encuentra el Museo Naval de Tigre) las cañoneras Pilcomayo, Pavón y Constitución, el buque Los Andes y el vapor Pavón.

Por: Germán Barbot – Museo de la Náutica

barcos@barcosmagazine.com

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