A bordo del Magnum 63 Fury con Tommaso Spadolini, reacondicionado para navegar entre leyenda e innovación.
En el segmento más exclusivo del sector náutico existen dos tendencias muy distintas, pero también complementarias: por un lado, surgen proyectos cada vez más futuristas y, por el otro, se recuperan algunos iconos que merecen ser restaurados y volvieron a su antiguo esplendor, posiblemente con una inyección de nuevas tecnologías.
Esto es lo que llevó a un armador italiano, que también posee otros barcos, a descubrir un espléndido barco, un Magnum 63, en el fondo de un almacén donde había estado almacenado durante más de diez años. Fue el último de la serie, producido por el astillero estadounidense en 1992.
Además de los barcos, el nuevo propietario también es un apasionado de los coches antiguos, y cuando pidieron a Tommaso Spadolini que lo reacondicionara, insistieron en pintarlo con el los colores del legendario Ford GT40, que en los años 60 desafió a Ferrari en las desafiantes 24 Horas de Le Mans y ganó.
– El inmortal diseño de Pininfarina mantenido en cubierta
– Bajo cubierta, una distribución revolucionada con dos grandes camarotes
– El armador, apasionado también de los coches antiguos, quería los mismos colores del Ford GT40 de los años 60
– Nuevo motor: el barco está propulsado por dos Unidades MTU 12V2000 (2.000 CV cada una), con una velocidad máxima de 55 nudos
– Las obras fueron realizadas por el astillero CARM – Lavagna (Génova)