Pre-Vendee Globe, una vuelta por el Ártico

La regata, considerada la etapa prólogo de la Vendée Globe, permitirá a la flota medir sus fuerzas en una amplia gama de condiciones, similares a las que se enfrentarán en la vuelta al mundo a vela en solitario.

Un total de 20 embarcaciones de la clase IMOCA Open 60, de 18,30 metros de eslora, tomaron parte en la salida el sábado 4 de julio a las 15.30 (hora española) de la Vendée-Arctique-Les Sables d’Olonne, la primera prueba oceánica que se disputa tras la pandemia de la covid-19, que servirá para la calificación de algunos de los competidores para la mítica Vendée Globe 2020.

Con un viento del suroeste de entre 15-20 nudos y el cielo parcialmente cubierto, los monocascos pusieron rumbo a la boya del Instituto Pasteur, ubicada a unas ocho millas al sur, que dejaron a estribor antes de establecer rumbo norte directo a Islandia. La gran sorpresa desde el inicio fue Armel Tripon, a bordo del L’Occitane en Provence, uno de los favoritos más cotizados para encabezar la calificación general de la Vendée Globe. Otros candidatos de peso son Kevin Escoffier a bordo del PRB, Jérémie Beyou, al mando del Charal, junto con el Apivia timoneado por Charlie Dalin.

The PRB Yacht sailed by Kevin Escoffier during the 2019 Transatlantic race. (Copyright: Yann Riou/polaRYSE)

Al montar la primera marca del recorrido Tripon marcaba el camino, aventajando a Beyou, con Thomas Ruyant en LinkedOut en el tercer lugar, Dalin cuarto y Escoffier quinto.

El viento rotó a la derecha y se mantuvo entre 17-20 nudos, entrando por el través. La mañana siguiente aumentó la presión a 24 nudos y se armaron olas de hasta cuatro metros lo que fue considerado por los organizadores como una condición manejable para la flota. Al caer la noche del segundo día el Arkea Paprec, de Sebastian Simon, reportó la rotura del perfil subacuático de estribor lo que motivo su recalada en Port-La-Foret.

La flota, formada por embarcaciones de cinco nacionalidades, tuvo que afrontar un recorrido triangular inédito de 3.600 millas (alrededor de 6.600 km). Desde Les Sables d’Olonne, en la costa atlántica francesa, ascendieron hasta la latitud 65º grados norte, al oeste de Islandia para descender hasta los 38 grados sur, al norte de las Azores y regresar al puerto de salida. En total, entre 10 y 12 días de navegación en solitario. Con una distancia similar a la que supone un cruce del océano Atlántico, la nueva prueba -considerada la etapa prólogo de la mítica Vendée Globe,- que mantiene para el próximo 8 de noviembre la partida de su novena edición― servirá para que los patrones pongan a prueba sus veleros, muchos de estos recién salidos de los astilleros y permitirá a la flota medir sus fuerzas en una amplia gama de condiciones, similares a las que se enfrentarán dentro de cuatro meses en la vuelta al mundo a vela en solitario y sin escalas ni asistencia.

Esta regata tenía por finalidad dar la posibilidad de “calificar” a aquellos navegantes que no tenían la exigida experiencia en solitario y en este tipo de embarcación.

El ganador fue el francés Jeremie Beyou a bordo del Charal.

The Vendée Arctic course. (Source: Courtesy of Vendée Globe). Only test before the circumnavigation

Un poco de historia

Las ocho ediciones anteriores concentraron 167 competidores, pero sólo 69 de ellos cruzaron la línea de llegada, lo que muestra lo difícil que resulta la prueba.

La lista de los ganadores comienza con Titouan Lamazou en el 90; Alain Gautier en 93; Christophe  Auguin en 97; Vincent Riou en 2005; Francois Gabart en 2013; Armel LeCleac’h en 2017. Sólo un patrón ganó dos veces, Michel Desjoyeaux en 2001 y 2009.