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Pablo Despontin

¿Conocen a Pablo Despontin? Si lo conocen, saben bien de quien se trata y si no lo conocen, bueno, se pierden un tipazo, sí, un tipazo tan querido por todos y valorado como pocos. 

Este personaje de 50 años logró un mix perfecto entre familia, empresa  y yachting. Siempre prendido para correr regatas o simplemente navegar con gente que le gusta, tiene que divertirse porque si no es así, elige no hacerlo. En su trabajo se reconoce como obsesivo, fanático del orden y de la limpieza que siempre lo llevaron a buen puerto, y se hace cargo de su habilidad de  “hacer cosas”, definirlas y resolverlas. Su vida transcurre entre su casa, Las Marinas y regatas tanto nacionales como internacionales y, según sus palabras, dice que le sobra tiempo…

Barcos: Empezando por el principio, como corresponde, ¿cuándo y dónde naciste?

Pablo Despontin: Nací el 29 de mayo del ’69, justo el día del “Cordobazo”, el día que explotó Córdoba,  y en Córdoba.

B: Contanos cómo fueron tus comienzos en la navegación, ¿viene de familia?

PD: Con mi hermano Ezequiel, estamos corriendo en J70, pero cuando éramos chicos corríamos en todo lo que flotara. También tengo tres hermanas mujeres, de las cuales una vive en EE.UU., otra en Buenos Aires y la tercera, en Córdoba donde también vive mi hermano. Pero la historia es que papá competía en planeadores y, cuando éramos chicos mi abuela le dijo: “Agustín, tendrías que hacer un deporte en el que puedas integrar a tus hijos” y así fue que empezamos a navegar. Teníamos el barco en Córdoba. En Carlos Paz empezamos a navegar en Optimist, después vino el furor del windsurf y navegué del ’82 al ’86 a la vez que corría en Snipe, junto a Ezequiel; navegábamos mucho y participamos de campeonatos mundiales, veníamos mucho a Buenos Aires, mamá es de Buenos Aires, de familia de navegantes, así que la náutica vino por los dos lados.

B: ¿Por qué viniste a vivir a Buenos Aires?

PD: A los 17 me puse de novio con Carolina (con quien estoy casado y tenemos tres hijos, Mateo de 24, Santiago, de 22 que es quien más me acompaña en la náutica y empezó a trabajar a principios de mes, va a la facultad y es muy “pila”, así que ahora está limitada su participación en regatas, y Sofía, la menor que estudia medicina), que vivía en Buenos Aires  y yo vivía en Córdoba. A los 20 lo decidí, me acuerdo que mis viejos estaban de viaje y cuando volvieron les conté que me había mudado. Tenía todo organizado, vivía con mi abuela Lala y en el 93 nos casamos y acá estamos.

B: ¿En qué clase corres? ¿Cuál fue tu última regata? 

PD: Acabamos de correr en Punta del  Este la Rolex Cup en J70 con mi hermano al timón, mi hijo Santiago, la proa, Torkel, en la mayor y táctica, yo de trimer y el hijo de un amigo nuestro de la infancia, como éramos muy livianos lo sumamos. El J70 es más kilos que cantidad de tripulantes. Lo ideal son 4 personas que sumen 350 k, paga el más pesado.

También corro en Clásicos, por uno de mis socios, Germán Frers que siempre tuvo veleros clásicos. Corrimos bastante en el Mediterráneo, dos, tres  hasta cuatro veces por año, no siempre en el mismo barco, fue el Sony, el Folly y ahora el FJord III, propiedad de Scott Perry. Armamos tripulaciones y vamos alternando con un grupo de casi 50 navegantes amigos. Para el 2020 tenemos previsto ir a Grecia, a Palma de Mallorca, la Semana de las Islas Baleares  y a Menorca, la Copa del Rey. También la Copa del Rey de J70 en su primer año de incorporado. Pusieron un cupo de 35 barcos, muy poco ya que en el mundo existen alrededor de 1500 en una clase que se está desarrollando fuerte a nivel mundial. Va a ser pocos días después del mundial que se llevará a cabo en Marina del Rey, EE.UU a fines de julio. Se nos complica, a pesar de haber clasificado pero no nos dan los tiempos. Hace dos años que armamos equipo de J/70 con Guille y Cole Parada y Sebastian Halpern corriendo un poco allá y acá compartiendo los barcos. 

B: Viajas mucho…

PD: Sí, el año pasado viajé 7 veces y una de esas fue a China un campeonato de Beneteau 40.7. Scott tenía invitaciones todos los años para ir y esa vez decidimos ir. Este campeonato, la China Cup es muy interesante y divertido. Hay un chino que tiene cerca de 30 Beneteau 40.7 que compró nuevos y todos iguales para hacer este evento. 

B: El J70 parece que viene fuerte, ¿es así?

PD: El J70 es relativamente nuevo. Acá se armó fuerte hace dos años y en el mundo hace 6 o 7. Nosotros empezamos hace 4 años, fuimos a Uruguay, conseguimos un barco, después lo mismo en Chile. Fuimos de los primeros que empezamos acá junto con Van Avermaete. En un momento nos compramos un barco que teníamos en Miami pero no resultó ya que no se podía viajar las veces que hubiese sido necesario. Lo llevamos a Chile y tampoco íbamos mucho, aunque fuimos a correr varias veces y nos dimos cuenta que necesitábamos tener el nuestro acá. Después de un mundial que participamos en Porto Cervo nos trajimos un barco nuevo, y lo corremos hace tres años. En el mundo lo fabrican tres empresas y J-Boats es una de ellas. Las otras dos están en EE.UU. y Francia de donde es el nuestro. En ese momento Authier no había empezado o estaba en el inicio de su construcción y nosotros lo queríamos “ya”. Somos tres los dueños, Ezequiel, Sebastián  Halpern (es mendocino, navegó siempre y viene del Dakar, es muy buen conductor jajajajaja) y yo. 

B: ¿Cuántos hay ya en nuestro país y qué campeonatos están previstos para 2020?

PD: La flota local llega a 35 barcos. Hay 6 fechas, Campeonato Argentino, organizado por el Club Náutico Olivos, San Isidro Labrador, CNSI, Cerrato, YCO, Semana de Buenos Aires, YCA,  Campeonato Sudamericano que este año es en Río de Janeiro y va a ser difícil participar porque es mucho viaje y la flota de Brasil es chica, lo que implica que habrá pocos barcos. El año pasado fue en Punta del Este y éramos 32; en la Rolex éramos 22, entre ellos dos italianos que Guille conoce muy bien y los habíamos invitado en el Mundial pasado. Eso está muy bueno porque trae nivel al evento y nos levanta el nuestro. 

B: ¿Tenés alguna preferencia a la hora de correr, en cuanto a clase?

PD: La verdad es que no, corro porque la paso bien. Siempre fui amateur porque vivo de otra cosa y lo hago porque me divierto, porque el grupo de gente es agradable y no lo tomo como un trabajo, tanto en Clásicos como en J70. Ah, justamente en el fin de semana de carnaval me estoy yendo a correr en J24 a Potrerillos, Mendoza que es un lugar espectacular, muy buen lugar de regatas por el viento que llega a las 12.30 y se va a las 18.00, sopla del mismo lugar de 15 a 22 nudos todos los días, las boyas están fijas, el agua es cristalina y el paisaje es muy lindo en la cordillera. El Mundial de J24 se va a correr ahí este año y este campeonato es el selectivo. El barco es de allá y corremos con el dueño, Sebastián (Halpern) y mi hijo Santiago.

B: ¿Cómo combinas tu tiempo entre familia, trabajo y regatas?

PD: Cuesta un poco, pero los chicos ya son grandes y mi mujer cada tanto en algún viaje me acompaña, sino en el medio armamos un viaje los dos para estar juntos. Y laboralmente soy bastante organizado, si estoy afuera estoy muy conectado, tengo muy buena gente que trabaja conmigo y eso también ayuda a estar más relajado.

B: Pasamos a otra pasión, como corresponde. ¿Cómo empezó  Las Marinas? 

PD: Las Marinas empezó hace 24 años. Un día, Ferdi, mi primer socio (García Guevara, que en ese momento estaba en Puerto Chico y ya era socio con Diego Miguens, que también se incorporó a Las Marinas) me llama y me dice “Pablo, tengo que hacer unas marinas para Eidico”, que también nació en esa época. Bueno, ese fue el comienzo en una quinta que nos prestaron. Antes yo había fabricado barcos (Optimist) con Santi Lange, y era hábil con todo trabajo manual y con “hacer”, estudié, busqué información y así fue como hicimos las primeras marinas para este barrio. Fueron surgiendo otras cosas, hacer un muelle de madera en alguna laguna, que en ese momento fue un boom en los barrios como Eidico, Nordelta, etc. Y ahora, nos llaman de muchos lados, ya sea por asesoramiento o construcción de muelles y marinas. En todos estos años estuvimos también en Yaciretá, Bahamas, Uruguay, el sur; donde nos llamen, allá vamos.

B: ¿Cómo es la estructura de una marina? ¿Utilizan diferentes materiales según el lugar?

PD: Cuando empezamos, lo que hicimos fue una estructura de hierro, forrada con madera y debajo llevaba unos cajones de plástico que contenían poliestireno expandido. Eso fue lo básico. A los pocos años empezamos a investigar y trajimos por intermedio de José Frers la licencia de una marina sueca que se llama SF Marina. Estas son de hormigón, mucho más pesada, muy estructurada en cuanto a medidas ya que sólo tiene dos y es muy buena para clubes y proyectos grandes, pero no sirve para domicilio, justamente por el límite de medidas. Hoy tenemos las de hormigón y las de madera. En cuanto a estas últimas hay diversidad de materiales, hasta sintéticos, hay varias opciones, con estructura de madera (más económica, más liviana y funciona muy bien)  y de hierro galvanizado (más pesada, más dura y bastante más cara). Las de madera también requieren mayor mantenimiento, se cambian tablas cuando es necesario y tienen vida útil, entre 15 y 20 años, un buen tiempo. Las de hormigón tienen mantenimiento, pero es menor y su vida útil ronda los 50 años.  

B: ¿Y cómo llegaron a este desarrollo impresionante que está a la vista?

PD: Seguimos con la incorporación de Germán (Frers) como socio, que nos aporta junto con Diego contactos, conocimiento y experiencia en otras cosas. No están en el día a día. De los cuatro, yo soy el que está full time acá, cuando estoy jajajaja. 

B: También está Las Marinas Muebles…

PD: Las Marinas fue mutando, empeza- 

mos con las marinas, después nos pidieron muelles, después la pérgola, estacadas… Y cuando me pidieron un muelle, me pidieron una mesa, un camastro y así empezamos, de a poquito a hacer muebles. Me armé una carpintería con carpinteros especializados y hace 10 años nos lanzamos de lleno con muebles de diseño, yendo a exposiciones nacionales e internacionales para investigar, ver materiales, tendencias, exponemos localmente, como en Casa Foa o Estilo Pilar. También hicimos stands. Todo lo fabricamos acá con mano de obra propia (salvo los tapizados y algún tipo de pintura, trabajos que tercerizamos) y todo se vende acá, nunca se nos ocurrió tener local a la calle. Por eso reestructuramos el galpón para que tenga espacios colgantes y showroom. 

B: ¿Cuánta gente trabaja en Las Marinas Muelles y Las Marinas Muebles? ¿El manejo de las dos divisiones es exclusivamente tuyo?

PD: Tenemos un staff de 40 personas entre las dos áreas. El sector de muelles y marinas lo manejo yo y hace unos años incorporé a Nacho (Ignacio Ciarma) que nos viene ayudando muchísimo y a quien voy delegando día a día cada vez más.  En lo que es muebles, lo maneja Jacinta (Bardach) que fue quien los vio nacer.

B: ¿Entrenamiento físico?

PD: 0. Soy muy vago.

B: ¿Cuidado en la alimentación?

PD: Soy malísimo, acabo de comer medialunas en el desayuno, me cuido nada, no soy fanático por la comida. Como mal jajaja.

B: ¿Cuáles son tus proyectos?

PD: Me apasiona lo que hago, tanto en lo laboral como con mi familia y la náutica, así que es seguir creciendo en ello. Por ejemplo, ¡hoy vine a las 5.30!, me gusta recorrer, ver todo… Los sábados y domingos, si estoy en Buenos Aires también vengo, camino, miro si está todo bien. También quiero seguir navegando con amigos, disfrutarlo, tanto en J70 como Clásicos. Vivimos en un país en el que hay que reinventarse todos los días y eso me sale bien. Soy obsesivo y eso, la mayoría de las veces me favorece, no me juega en contra.

barcos@barcosmagazine.com

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