Declarada Patrimonio de la Humanidad, Berat es una de las ciudades más antiguas y bellas del país de los Balcanes.
La imagen es poderosa: decenas de casas escalonadas en las laderas asomadas al río Osum. Son viviendas vernáculas de los Balcanes, de color blanco, tejados marrones y ventanas que buscan aprovechar la luz del día, una arquitectura que ha dado a Berat el apellido de la Ciudad de las mil ventanas o de los mil ojos.
Dividida por el río Osum, a ambos lados de la ciudad las calles todavía conservan su trazado medieval y explican una historia que se remonta a finales del siglo VI a.C como asentamiento ilirio. A lo largo de los siglos, en ellas convivieron cristianos, sunitas y bektashi, convirtiendo Berat en uno de los pocos lugares de Europa donde se mantuvo la tolerancia entre las diferentes comunidades religiosas y étnicas.
En el siglo III a.C., Berat se transformó en una ciudad castillo conocida como Antipatrea, tribu derrotada por los romanos un siglo más tarde, pasando a ser una frontera inestable del Imperio bizantino con la caída del Imperio romano. Los eslavos y otras tribus invadieron la península Balcánica y, en consecuencia, también Berat. Tras un tiempo a manos de los búlgaros y los serbios, el Imperio otomano la conquistó en el siglo XV, dejando su huella con monumentos como la Mezquita Roja en el interior del castillo o la Mezquita del Rey, entre muchos otros.
Gracias a estas reminiscencias bizantinas y otomanas, Berat fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 2008 junto a la ciudad de Gjirokastra.Según los criterios de la Unesco, ambas urbes son «testimonios excepcionales de la diversidad de las sociedades urbanas de los Balcanes y de modos de vida ancestrales hoy casi desaparecidos», así como «de diversos tipos de monumentos y viviendas urbanas vernáculas durante el periodo otomano clásico, en continuidad con las diversas culturas medievales que lo precedieron, y en un estado de coexistencia pacífica con una importante minoría cristiana, especialmente en Berat».
BARRIO A BARRIO
Ejemplo de ello son, precisamente, las casas del barrio musulmán de Mangalem, asomadas al río y ofreciendo la postal por excelencia de la ciudad albanesa. Por lo general, las casas tradicionales tienen dos plantas, y en la superior se ubican varias ventanas y tallas de madera. Pertenecían a mercaderes, quienes podían controlar las mercancías que llegaban por el río.
Alrededor, destacala Mezquita del Rey,el templo islámico más antiguo de la ciudad erigido en el siglo XV por el sultán Bayazid II, yel Halveti Tekke, monumento de 1789 que servía como lugar de reunión de los miembros de la hermandad sufí.
Dos puentes medievales conectan con el barrio de Gorica,el único que se encuentra en el margen derecho del río Osumi. El puente Gorica, construido en madera en 1780 y reconstruido con piedra en la década de 1920, cuenta con siete arcos y se extiende a lo largo de 129 metros. Al otro lado de la orilla, se encuentra el Puente de Velabishti, construido por el fundador del Patriarcado de Berat, Ismail Velabishti en 1750. En Gorica destacala iglesia ortodoxa San Teodori,construida a mediados del siglo XIX, yel Monasterio de San Spyridon.
UN CASTILLO Y MUCHAS IGLESIAS
Enfrente, se vislumbra el castillo en la colina del barrio de Kala. Fiel a su trazado original ilirio del siglo IV a.C., también cuenta con la huella de romanos, bizantinos y otomanos. Alrededor del siglo XIII, en su interior se erigieron una veintena de iglesias, una mezquita y un poblado que le configuraron sus grandes dimensiones a casi doscientos metros de altura. En la actualidad, sigue siendo el tercer barrio histórico de Berat, donde viven vecinos, se puede comer en restaurantes y comprar artesanías.
Otra de las visitas imprescindibles de Berat, son el Museo Etnográfico, ubicado en un edificio Çardak del siglo XVIII, y el Museo Iconográfico Nacional Onufri, donde conocer la obra del pintor del siglo XVI, quien creó la escuela que decoraría gran parte de las iglesias de Berat con sus técnicas y la introducción del color rojo en los frescos.