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Javier Julio

¡Es un placer para nosotros poder entrevistar a este ¨rock star¨  del esquí acuático! ¡Bienvenido Javi a Barcos Magazine!

por Sofy Grimau

¡Bienvenidos a la edición de octubre y a este segmento exclusivamente dedicado a los deportes acuáticos! En esta oportunidad nos enfocaremos en la disciplina Esquí Náutico. Y al hacerlo me surge naturalmente un nombre con mucha trascendencia “Javier Julio”. A la hora de presentarlo, en lugar de evocar todos sus títulos (que son innumerables) me nace decir: deportista de elite mundial, orgullo argentino e inspirador de jóvenes, atletas y aficionados. 

Javier nació el 16 de agosto de 1977 y antes de retirarse como deportista de alto rendimiento competitivo ha obtenido en el ranking mundial los siguientes resultados:

-OVERALL: Número 1 del Ranking Mundial de la IWWF (International Waterski & Wakeboard Federation) durante 3 años consecutivos.

-FIGURAS: Estuvo dentro de los 8 mejores del Ranking Mundial durante la mayor parte de su carrera. 

-En el año 2009 fue nombrado como mejor esquiador del mundo por la IWWF.

Sin duda un ejemplo alentador como atleta. Pero también ha sido el entrenador técnico del Equipo Argentino de Esquí Náutico, puesto con el cual ha logrado destacables resultados de igual modo. 

Sofy Grimau: ¿Cómo surgió tu pasión por este deporte tan particular y a qué edad comenzaste a practicarlo?

Javier Julio: Mis padres (Oscar y Alicia), eran fanáticos del Delta Argentino, tenían su lanchita y vivían los fines de semana en el río. Esquiaban como cualquier dominguero (como los llamaba yo) sin tener noción alguna de que el esquí podía ser un deporte serio y menos aún competitivo. Así fue como cuando yo tenía 5 años, un día vieron la conocida Escuela de Esquí del Río San Antonio de Jorge Renosto y me llevaron a mí y a mi hermano (Mario) para que aprendiéramos. En aquel momento fue cuando todo comenzó a full. A las 8 años participé del primer Campeonato Argentino y ahí me di cuenta que quería esquiar todos los días y que mi vida se tratara de eso. 

SG: En un pequeño resumen, ¿cómo fue tu vida de adolescente y joven siendo deportista de alto rendimiento con semejante nivel? 

JJ: Ufffffff… buena pregunta. Difícil e interesante a la vez, más aun viendo desde la adultez como viven los jóvenes de hoy en día. Honestamente no fue sencillo, fue difícil y desafiante. Fue, en algún punto, una juventud dura pero al mismo tiempo espectacular. Tenía desde muy chiquito mis objetivos súper claros, y para llegar a ellos, que eran muy ambiciosos, debía llevar a cabo una vida distinta a la de mis amigos del colegio. Amigos que desde siempre respetaron y apoyaron mi decisión de vida. Esta vida se trataba de ir al colegio, entrenar, estudiar, gimnasio, alimentación específica y así repetir el ciclo una y otra vez. Y la pregunta del millón sería: ¿Y los amigos, las salidas y las fiestas? Como dije antes, tuve un grupo de amigos increíble, siempre me apoyaron y ayudaron a que pueda hacer mi deporte. En las típicas salidas de noche, me juntaba con ellos a cenar, y cuando ellos se iban al boliche los sábados, yo me iba a dormir ya que el domingo a las 8am debía estar en el río entrenando. Algunas veces iba al boliche, pero al otro día iba a entrenar igual. Viajaba mucho, por lo que también faltaba al colegio. Pero ahí estaban ellos manteniéndome al tanto de las materias y ayudándome a recuperarlas cuando volvía. Volvía de un viaje y antes de decirme hola, me preguntaban: ¿Y Julito?, ¿Cómo te fue?, ¿Ganaste?. Siempre, siempre estuvieron presentes. Creo que lo que quise lograr en aquellos años fue un equilibrio entre la vida del adolescente común  y la del atleta de alto rendimiento y así fue. Puede sonar una tortura mi relato, pero nada que ver. Fui yo solo el que quiso que así fuera mi adolescencia y así la viví al mango, totalmente feliz, sin reproches y si tuviera que volver a elegir, sin duda repetiría la historia.

SG: Contanos un poco cómo es esto de entrenarse en un mismo deporte para 3 disciplinas distintas (salto, figuras, slalom). ¿En cuál te sentías más cómodo compitiendo y a cuál le dedicabas más tiempo? 

JJ: El Esquí Náutico se divide en esas tres disciplinas. Es decisión de cada uno hacer las tres, dos, o ser especialista en una sola. En mi caso, opté por lo más desafiante que fue querer ser el esquiador más completo posible y hacer al mango las tres disciplinas. Esto significa que un overolista (3 disciplinas) necesita dividir sus horarios de entrenamientos en 3 partes iguales. Siendo así más complejo destacarse en una especialidad al 100%, debido a que el tiempo que utiliza un especialista (de una sola disciplina) en sus entrenamientos es mucho mayor.  

A la que más tiempo dediqué toda mi vida hasta el día de mi retiro es a la que considero más difícil, FIGURAS. Lo loco es que al margen de que la considero la más difícil, es en la que más a gusto me sentía a la hora de competir. Yo siempre me destaqué en el Overall, medalla que se obtiene en un torneo como resultado de la sumatoria de las 3 disciplinas. Pero la disciplina figuras, aisladamente me dio muchas alegrías también, como campeonatos Latinoamericanos, Panamericanos, un podio Mundial y lo más gratificante fue un Oro en los juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, competencia en la que también logré el Oro en Overall.

SG: ¿Cómo hace actualmente un deportista de tu talla para poder rendir bien en las 3 disciplinas? ¿Tiene un entrenador para cada una de ellas? ¿Entrena full time?

JJ: Generalmente es el mismo, pero existen casos donde hay entrenadores que saben más de una disciplina que de otra o tienen más feeling con una que con otra. En mi caso, yo tuve a mi entrenador que es americano, una de las grandes leyendas del deporte, (Cory Pickos) quién me entrenó siempre en figuras. En slalom, especialidad que amo, me entrenó Tino Mazzola, absolutamente responsable de los resultados que he obtenido como slalomista. Y en salto, especialidad a la cual le tenía mucho respeto y cuidado, mayormente con Cory también.

Sí, el entrenamiento era full time, esa es la clave, pero siempre siguiendo una planificación y respetando los tiempos de trabajo. Cuando tocaba entrenar, se entrenaba a fondo, pero cuando se debía descansar, se descansaba también al 100%. Ya que el descanso a nivel profesional, también es parte del entrenamiento. 

SG: Sabemos que la cantidad de títulos obtenidos a lo largo de tu carrera son incontables, pero si tuvieras que destacar los 3 más importantes, ¿cuáles serían y por qué? 

JJ: 1- CAMPEON MUNDIAL DE OVERALL 2009. Sí, éste es definitivamente el logro más importante. Aquel logro que soñé desde que era muy chiquito. Miraba videos de ESPN en la tele de mi casa y pensaba, algún día yo quiero estar ahí. Y con todo aquello que involucra ser Campeón Mundial. En aquel campeonato, tuve la suerte de que estuvieran ahí presentes mis amigos del deporte (Martín Lopez, Agustín Patricio, Iván Ahumada), mi segundo padre, Edgardo Martín y su mujer Julieta y por último y más importante aún, la presencia de mi mujer Mercedes, mi hijo Joaquín y mi 2do hijo, Juan en la panza de mi mujer.  

2- DOBLE ORO PANAMERICANO (Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011).

¡Recuerdo que este evento me voló la cabeza! Porque después de la felicidad del Mundial 2009 pensé que nada se volvería a parecer a esa sensación. Pero sí, ese torneo fue único también, especial. Todo Juego Panamericano tiene un gusto diferente. Es como una Olimpíada para los esquiadores. Es un juego… se vive en la Villa Olímpica, se comparte con otros deportes, y la competencia en sí misma es muy distinta ya que el lugar está repleto de gente, periodistas por todos lados, autoridades del país, etc. Todo ese entorno lo hace muy especial y conseguir el oro en aquella situación me puso muy feliz. 

3- MUNDIAL JUVENIL, 1994 (Campeón Mundial Juvenil en Overall y figuras; 3er puesto en Slalom). Esta fue la competencia para la que trabajé y me entrené desde los 8 años hasta los 17. Todo aquello que comenté anteriormente sobre mi forma de vivir la adolescencia y la juventud, fue en gran parte para lograr este objetivo. Quería coronar mi categoría Juvenil siendo Campeón Mundial. Fue muy especial también porque fui con mi amigo y compañero de Equipo de aquella época, Juan Martín y mi hermano Mario que me acompañó como entrenador. Este evento resultó muy emotivo para mí porque mi hermano fue mi entrenador durante muchos años (desde los 12 hasta los 17), y era él mi guía en aquella época juvenil que culminaba ese año. Los dos sabíamos que luego del mundial él dejaría de ser mi entrenador, ¡por lo que consideramos ese campeonato una despedida de lujo!  

SG: ¿Qué te llevó a tomar la decisión de convertirte en el entrenador del Equipo Argentino y cómo fue tu paso por el equipo y sus logros?

JJ: Desde el 2004 empecé a trabajar como entrenador en otros países (Perú, México y Colombia). Trabajé mucho y obtuve buenos resultados en aquella época. Pero lo principal seguía siendo mi carrera como deportista. La verdad es que los últimos años de alto rendimiento fueron duros, ya que el cuerpo, pasados los 35 años no es el mismo y la mente tampoco. Pero cuando le puse fecha a mi retiro, a su vez tenía bien claro que quería dejar mi huella como entrenador de Esquí y tenía el sueño de hacerlo en la Argentina. Para y por mi país, mi bandera, aquella que tanto me acompañó durante todos mis años de competencia. Fue acá donde elaboré mi retiro de la alta competencia y la entrada como DTN (Director Técnico Nacional) con el ENARD (Ente de Alto Rendimiento Deportivo), de la mano de la coordinadora Paula Gergo. Fue ella quien me guió y entrenó en este nuevo mundo. Justo en ese momento venía la camada del Equipo Argentino integrado por juveniles con mucho futuro y el ENARD me propuso hacerme cargo de ellos y entrenarlos. No era una tarea fácil ya que en aquel momento por ser una camada sub14, no obtenían el 100% del apoyo de las entidades deportivas. Pero una vez más me la jugué, el ENARD y los chicos confiaron en mí y así comenzó mi responsabilidad como entrenador oficial del Equipo Argentino. Trabajamos durísimo durante 4 años sin descanso, y valió la pena. Algunos de los integrantes que hoy tienen alrededor de 18 años pasaron de ser campeones nacionales a ser campeones latinoamericanos, luego panamericanos y  hasta logramos un Subcampeonato Mundial de la mano de Tobías Giorgis, quién además remató el año pasado con el bronce del Overall en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Pero pensé que eso de ser entrenador era mucho más fácil que lo de ser deportista y me equivoqué. Es difícil cuando el resultado en la cancha no depende exclusivamente de uno mismo. Me costó asimilar eso de que cuando el atleta está compitiendo, en ese momento se trata todo de él y no hay nada más que yo pueda hacer en ese momento específico. En fin… fue una responsabilidad increíble y ese Equipo que tuve el placer de entrenar durante 4 años volvió a hacerme sentir esa sensación tan particular y emocionante de cuando suena el himno argentino en el podio. Hicimos un gran Equipo

SG: ¿Cómo era un día en la vida de Javier en pleno auge competitivo?

JJ: Dependía de la época del año. En pleno auge vivía de verano en verano. Apenas se iba el calorcito de Argentina, me iba a USA a vivir 6 meses a la escuela de mi entrenador. Ahí mi vida era muy simple de explicar: esquiaba, después seguía esquiando y después de eso, volvía a esquiar jaja. Cuando estaba en Argentina, entrenaba en el agua 4 días a la semana, dos de gimnasio y uno de descanso. Con el correr de los años y las responsabilidades de la vida, las cosas fueron cambiando. A todo esto se le sumaba cuidar la relación con mi mujer, ser padre y todo lo que esto significa. Esa fue una época increíble porque no sé cómo, pero podía hacer todo y seguir entrenando como loco. Bueno en realidad sí sé cómo lo lograba… Mercedes fue y es una GRAN compañera en mi vida. Siempre me apoyó y se sumó a esta locura del deportista de alto rendimiento. Siempre que pudo, junto a los chicos, me acompañaba alrededor del mundo para que yo pudiera seguir entrenando y compitiendo.

SG: Imagino que actualmente seguís tirándote al agua a esquiar de vez en cuando… ¿Cómo te tomás esas sesiones de esquí sin un objetivo competitivo?

JJ: Sí, claro que sigo esquiando, pero mucho menos. Después de estar todo el día en la lancha trabajando, el cansancio a veces no me permite esquiar. De todas maneras disfruto de terminar un gran día de clases de esquí con una buena cervecita en la mano, mirando el lago y pensando cómo van progresando los alumnos. Ahora, cada vez que esquío es puro placer, una sensación completamente distinta… No me importa la marca, sólo disfrutar de mi pasión… La verdad es que el disfrute es absoluto en cada sesión. 

SG: ¿Cómo es tu vida hoy como deportista y entrenador retirado, sigue girando en torno al esquí dando clases y demás? ¿En qué cosas encontrás la motivación? 

JJ: Esta es otra gran pregunta… Hoy en día estoy pasando por un momento especial, algo difícil pero de todas maneras siempre motivado y con nuevos proyectos por delante. Hace dos meses renuncié como entrenador del Equipo Argentino, una de las situaciones más duras de mi vida te diría… Hubo cuestiones que me resultaron insostenibles políticamente hablando, y principalmente por el bien de mi familia, tuve que tomar esta decisión. Sigue siendo muy duro para mí ya que hicimos un terrible equipo con los chicos. Pero sé que cada uno de ellos entiende mi situación y casi todos han apoyado mi decisión. La situación me resulta un espejo más de la vida, una muestra de porqué el mundo está en guerra. Yo quise cambiar el mundo y no pude, puede que haya sido mi error… De todas maneras, ya tengo nuevos proyectos, de hecho, de acá a fin de año estaré entrenando a varios alumnos en Colombia y por otro lado tengo otro gran proyecto que prefiero mantener en secreto por el momento. 

SG: ¿Qué le dirías a los aficionados, amantes y atletas del esquí náutico argentino?

JJ: Principalmente que sigan sus sueños, que nada es imposible. Que siempre y cuando uno sea responsable, educado, comprometido y persistente, se llega. Que piensen en uno mismo, que se acepten como son, con sus virtudes y defectos y que en función de eso trabajen para ser mejor día a día. Que sepan escuchar a quién se les acerca con experiencia en la cuestión y que lo sepan aprovechar. Por último, que disfruten del camino que recorren para lograr sus objetivos… No es una misión fácil para el atleta de alto rendimiento, pero con objetivos claros y buen trabajo se puede disfrutar de todo y al máximo. 

SG: Agradecimientos.  

JJ: Atrás de todo deportista de alto rendimiento hay un gran equipo y sin él resulta imposible llegar lejos. Están ocultos, pero son de máxima importancia. Desde el día 1 hasta el día de hoy, por supuesto a mis padres y mi hermano. A mi Señora y mis hijos que estuvieron y están siempre al lado mío incondicionalmente. A Edgardo Martín, quién me brindó su lugar para que yo pudiera entrenar desde los 15 años hasta los 32 (toda una vida), si no hubiese sido por el CEABA, no hubiese llegado hasta acá. También a la gente del Club Náutico de Escobar, donde estoy hoy en día y donde entrené en mis últimos años de carrera. A mis personajes de amigos, entrenadores y demás (Alvaro Casals, Tino, Juan y Cutun Martin, el Negro Lopez, Agustin Patricio entre otros). A mi psicóloga (Patricia Whigtman), a mi Doc (Enrique Prada) y a todo su cuerpo médico y kinesiólogos. A Deportest y su equipo (Ricardo, Ezequiel, Agustín y Gabriel) que en su momento hicieron magia para que mi cuerpo aguante la máxima exigencia. A mi entrenador Cory Pickos y toda su familia por haberme abierto las puertas de su casa y por ayudarme a ser quien soy hoy en día. A la agencia de deportes y al ENARD que marcó un antes y un después en el deporte de alto rendimiento desde su surgimiento en el 2009. A Paula Gergo, y Pilar por estos 4 años de trabajo fuera del agua. Y por último a mis amigos del colegio y de la vida. Y si me olvidé de mencionar a alguno, pido mil disculpas, fueron muchos los que estuvieron a mi lado a lo largo de toda mi carrera. Totalmente agradecido con todos ellos. 

barcos@barcosmagazine.com

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