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Fuego a bordo

“Hay dos escenas que  un nauta no podrá olvidar jamás, tal vez comparable  a la de perder un amigo o un compañero de infinitos viajes: ver el hundimiento de un barco o verlo en llamas. Esta última es una de las experiencias más duras  por la que nunca quisiera pasar. Las estadísticas demuestran que  no es causalidad ni fatalidad: en la inmensa mayoría de los casos, es negligencia. Hablemos del fuego a bordo.“

Por Gustavo Revel

Si hay algo que hoy nos impacta es el minuto a minuto de la vida online. Cualquier noticia es tendencia en cuestión de segundos y miles de personas se enteran del hecho casi en forma inmediata. A veces, sin saber siquiera donde ocurrió con exactitud, pero todo queda registrado.

Así fue que hace apenas unas semanas atrás vimos muchos videos de un siniestro ocurrido en las instalaciones del Yacht Club Argentino, sede San Fernando sobre dos yates a motor. Sin analizar el hecho, pues no es la intención de la nota, conviene hacer un repaso sobre puntos que permitirán tener una mayor seguridad activa y pasiva sobre nuestros barcos, cumpliendo normativas, invirtiendo un poco en ella, mejorando instalaciones y sobre todo, con mucha tarea preventiva en todos los órdenes técnicos.

Claro está que cuando un barco se incendia, muchas veces perjudica a los barcos vecinos de amarra; contra ello mucho no se puede hacer… o sí, si hay planes de evacuación, de contingencia, personal capacitado activo en guardias, botes hidrantes… saber qué hacer con la cabeza fría. Pero señores, eso es otro tema, importantísimo pero, nos abocaremos primero a la esencia del problema: el foco del incendio, o dicho de otra manera, la seguridad de nuestro barco.

PENSANDO EN NUESTRO BARCO

¿Qué es inflamable en su embarcación? ¿y cuál puede ser el detonante de un incendio a bordo?  Tanques con cientos de litros de gasoil o nafta (este último con más poder explosivo), aceites,  garrafas de gas envasado, metros de cañerías con empalmes, mangueras de combustible,  medidores y filtros de combustible, miles de metros en cables de diferentes secciones y tipo de empalmes que transportan 12, 24 y o 220 volts, dos motores que son la fuente de calor máxima en sala de máquinas, un grupo motor generador de corriente, escapes, mangueras de acople a la salida de los escapes, escapes, convertidores de corriente o cargadores de batería, grandes bancos de baterías, tableros, calefactores, etc. Todo este “arsenal” está dentro de un volumen de plástico reforzado con fibra de vidrio (totalmente combustible), combinado con maderas y telas, ideal para una combustión perfecta. O también, algún barco cuyo casco y carroza denotan inmaculada madera barnizada que sería para el caso, algo así como una antorcha flotante.

Lo que se quiere reflejar, sin que el lector entre en pánico, es que un barco tiene muchas posibilidades de siniestro si es que todo no está dentro de los estándares constructivos y con la máxima seguridad en las instalaciones, además de un uso racional y un correcto mantenimiento preventivo-correctivo.

Las cifras obtenidas dicen que más de un setenta por ciento de los incendios a bordo se producen por problemas eléctricos. En navegación o la amarra, la electricidad parece ser la culpable –por muchos motivos- del comienzo de los focos ígneos. Explosiones por combustible y fuentes de calor siguen en la tabla. Veamos algunos puntos a tener en cuenta para que las llamas no se apoderen de nuestro barco, bajo ningún concepto.

LOS PROBLEMAS MÁS COMUNES

Estando en navegación ó en la amarra, los olores del combustible (nafta puntualmente) dentro de sala de máquinas o en el sector de tanques denotan una pérdida en el sistema. Esos vapores son altamente explosivos, y cualquier chispazo produciría una explosión importante, siendo posible que el fuego no se pueda apagar a tiempo. Otro ejemplo es el gas envasado que se usa en  la cocina; a veces, dentro de la embarcación, se siente olor a gas. No es común sentirlo, ya que éste debería quemarse en la hornalla; alguna pérdida sería la  que genere una explosión peligrosa. Para estos problemas hay elementos de ayuda, guardianes como los  Detectores de gases (casi obligados para los barcos que funcionan con nafta), detectores de humo, blowers y extintores inteligentes son algunos aliados que toda sala de máquinas o cocina deberían poseer. La parte eléctrica es más compleja aún. Las instalaciones deben ser seguras: todo elemento eléctrico debe tener su ramal independiente y su protección (fusible ó térmica). Es común que se agreguen elementos eléctricos dentro del barco. Ese elemento tiene un consumo. Es vital saber desde que línea fue conectado y que protección tiene, ya que de no tenerla, sobrecargará la red y pueda generar un corto, y posterior incendio si no posee protección.

Las bombas de achique eléctricas que quedan en protección pasiva (en automático), pueden empezar a funcionar, y al desagotar el agua de sentina, el brazo de accionamiento automático se queda trabado –a veces por un pequeño objeto que pulula en sentina- operando en vacío; sin protección  térmica es muy posible que se recaliente y pueda generar un corto. Las secciones correctas de los cables y las protecciones son cruciales para evitar cualquier recalentamiento de red y posterior incendio. Este tema depende directamente de la construcción del barco, de su cálculo de potencia  eléctrica y del mantenimiento adecuado en manos de personal idóneo.

El funcionamiento de los motores genera temperatura dentro de la sala de máquinas. Si por algún problema el motor eleva su temperatura, hay alarmas que detectan ese incremento. No obstante, una instalación precaria, algún cable que pase muy cerca de puntos calientes, podría generar un foco de incendio, a veces difícil de sofocar. Podríamos escribir infinitas posibilidades de accidentes conocidos, peritajes comprobados reales que rayan en lo absurdo (¿cómo pudo generarse este incendio por tan poca cosa?) pero que no escapan a la realidad y que son absolutamente factibles dentro de nuestros barcos.

¿POR DONDE EMPEZAR?

Un barco nuevo que sale de astillero debe cumplir con las normas constructivas correctas y de seguridad. Parte del problema está resuelto de antemano. Pero, por razones de costo y la no obligatoriedad de equipamiento, siempre se puede mejorar la perfomance de seguridad al salir del astillero, entendiendo que los felices poseedores conozcan e interpreten el concepto de prevención. Dura pregunta a Ud. que tiene un barco nuevo…. ¿cuántos pesos pagó por ese hermoso LCD y equipo de audio que es la envidia de sus compañeros de amarra? ¿sabe que un sistema de descarga automático para sala de máquinas sale mucho menos que eso?

Detector de gases y humo deberían ser obligatorios en motores nafteros, lo son por otros mares… O los sistemas de extintores automáticos y manuales que avisan y se activan cuando en sala de máquinas la temperatura pasa de la máxima admisible. O tal vez algo más simple como tener una buena dotación de matafuegos aptos y recargados a bordo; y lo que es más, saber operarlos e instruir a los suyos a saber de su utilización. ¿Cuánto cuesta tener a bordo cinco o seis matafuegos de un kilo, perfectamente estibados, señalizados  y siempre recargados? Su barco cuesta miles de dólares… ¿no lo merece?.

Las aseguradoras internacionales son por demás exigentes en este aspecto. En esencia, los barcos nuevos cumplen con muchos parámetros, aunque la normativa interna-

cional es mucho más inflexible en cuanto a equipamiento e instalaciones. La Prefectura Naval, en su nueva Ordenanza 03/19 para embarcaciones deportivas ha fijado nuevos criterios –algunos de difícil cumplimiento a mi entender- pero al menos ha puesto una vara más alta en el tema de incendios a bordo. 

En barcos nuevos es fácil verificar a simple vista algunos puntos de seguridad: instalaciones eléctricas bien plantadas, con cables normalizados, líneas de tensión separadas –12 y 220 volts no deben compartir los mismos ductos o pasacables-, alturas de cableados por encima de la flotación, cables bajo la línea de flotación con la los terminales correspondientes a prueba de agua, llaves térmicas, llaves de corte, disyuntores, blowers, sala de máquinas ventiladas, limpias, conexiones de combustible seguras con mangueras aprobadas, bandejas colectoras de combustible bajo filtros y bajo motores por pérdidas de aceite, prolijidad en las instalaciones, protecciones en mangueras y pasaje de cables en mamparos, techos etc… en fin, un sinnúmero de pequeños detalles que hacen de una instalación una verdadera obra de ingeniería, sea cual fuera el tamaño del barco.

El problema se agrava en embarcaciones usadas, donde no todos tienen una historia de buen mantenimiento, todo está para mejorar y en algunos casos, los costos son importantes. Nada de lo que se haga para prevenir incendios a bordo es mala inversión. Las tareas de reparación, cambios y mantenimientos deben ser programadas. No dude nunca que las mismas se realicen en astilleros, talleres o varaderos autorizados. Siempre, con personal idóneo. Nadie asegura que no ocurran problemas, pero las instalaciones a bordo son en esencia, muy distintas a la de los inmuebles. Materiales, herramientas, consumos, todo difiere dentro de espacios confinados que están siempre a flote y moviéndose, en lugares húmedos, con poco servicio y mantenimiento. Entonces, deje que quienes más experiencia tienen se hagan cargo de la situación.

TIPOS DE FUEGO Y SU EXTINCIÓN CORRECTA

Para que el fuego se active necesita tres condimentos: el combustible (sea cual sea), fuente de calor y oxígeno. Removiendo cualquiera de esos tres puntos, el fuego se extingue, por lo tanto, los extintores tendrán sin dudas activa participación en combatir alguno de los elementos descriptos, pero vamos a clasificar primero los distintos tipos de fuego  se clasifican de la siguiente manera:

 “A” – combustibles sólidos (madera, plástico, telas, papel, etc). El agua es la extintora ideal. Se requiere de enfriamiento. Se usan matafuegos A, ABC ó AB.

 “B” –  combustibles inflamables (aceites, naftas, solventes, etc). Se apagan eliminando el oxígeno ó interrumpiendo la acción en cadena que se produce durante la combustión. Usar matafuegos BC, ABC, AFFF (espuma).

 “C” – Fuegos eléctricos bajo tensión. El agente extintor no debe ser conductor eléctrico, eliminando soluciones acuosas. Primero utilizar extintores BC ó ABC, luego de cortada la corriente se puede usar agua de extintores A ó espuma clase AFFF.

“D”  – metales inflamables como aluminio, magnesio o potasio, los que pueden entrar en ignición cuando se reducen a pequeñas cantidades de limadura fina. Ideal es el extintor clase D.

“K” Fuego de aceites vegetales o grasas animales (generalmente en cocinas). Se utilizan extintores clase K, que contienen una solución acuosa de acetato de potasio que en contacto con el fuego produce un efecto que saponifica (transforma en jabón una sustancia grasa), aislando y enfriando el combustible del oxígeno.

DECLARADO EL FUEGO A BORDO

En caso de  un incendio a bordo, debe ponerse en uso el plan de evacuación (no se ría, ¿Ud. tiene previsto el suyo? Como Capitán debe saber que eso puede ocurrir, debe estudiarlo siempre como alternativa desde el mismo momento en que compra el barco y debe ser la voz de mando a la hora de actuar. Calmar los ánimos de la tripulación es parte de la tarea, ya que ver humo saliendo de algún lado –ni hablar de llamas- pone en crisis a los más inexpertos a bordo.

Debe chequearse en forma inmediata de donde proviene el incendio. De ser posible y de acuerdo a la magnitud del foco, podrá sofocarse mediante un extintor portátil. No obstante, no deje de realizar el plan de evacuación y si es posible, asigne responsabilidades a otra personas a bordo para poder realizar una evacuación segura. Dentro de la contingencia y pudiendo evaluar de donde procede el fuego, si es seguro, corte por ejemplo, la corriente mediante las llaves correspondientes para no colapsar el sistema. O corte las llaves de gas, o de combustible, siempre que NO ponga en riesgo su vida. De esta forma podrá prevenir que el fuego se expanda con más rapidez.

Qué hacer sobre un incendio localizado 

• Declarado un incendio a bordo,  detenga el  motor inmediatamente.

• Evite exponer el sector incendiado al viento; resguarde este sector lo más que pueda.

• Todas las persona a bordo deberán tener puesto sus respectivos chalecos salvavidas, y acomodarse lejos del foco de incendio localizado.

• Utilice el extintor orientando la boquilla al centro de las llamas. Paralelamente al intento del control del foco, y ante la imposibilidad de detenerlo, delegue a un tercero que  haga señales de auxilio, y llame por radio VHF Canal 16 a la Prefectura Naval Argentina o Autoridad Marítima guardacostas de su país.

• Trate de mantenerse a bordo de la embarcación lo más que pueda. Si decide abandonarla, todas las personas deberán saltar al agua ó abordar la balsa/auxiliar por la banda y retirase a una distancia segura de la embarcación incendiada.  

RECOMENDACIONES GENÉRICAS PARA PREVENIR EL FUEGO 

• Terminantemente Prohibido fumar ó hablar por celular mientras carga combustible. Los gases emanados de las naftas son altamente explosivos.

• Use únicamente los sistemas de cocción y calentamiento aprobados para la seguridad en el mar.

• Las llamas expuestas (ej: cocinas a gas envasado) requieren atención constante.

• Huela (Sniff test) para ver si hay vapores en la sentina o en el compartimiento del motor o en cocina (gas).

• Guarde los materiales inflamables en recipientes de seguridad probada. Pinturas y otras sustancias no utilizables a menudo deben quedar en tierra.

• Compruebe que la  ventilación de sectores confinados no se encuentren obstruidos.

• Destape  su embarcación  de lonas y/o cobertores antes de la puesta en marcha. Abra la tapa o accesos a sectores de tanques  para venteo y observación.

• Inspecciones: regularmente todo el sistema de combustible, (mangueras, cone-xiones, abrazaderas etc).

• Apague cuidadosamente todo material que produzca humo.

• Observe que los productos de limpieza no sean inflamables.

• Ventile mientras limpia o pinta.

• No utilice naftas ó solventes para limpieza de partes, motores ó manchas importantes.

• Desconecte los sistemas eléctricos antes de realizar el mantenimiento.

• Reemplace los disyuntores o los fusibles con otros de igual amperaje.

• Los artículos eléctricos deben estar dentro de la gama del amperaje de los circuitos de la embarcación.

• Siempre que termina la jornada de navegación, antes de su guarda, corte el sistema de baterías.

• Solamente un técnico capacitado en instalación y sistemas marinos puede reparar el sistema eléctrico de la embarcación. No confíe esta tarea a gente inexperta. 

barcos@barcosmagazine.com

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