Un 2018 brillante para la industria náutica americana, reflejado en la mega exposición náutica que, por 59 años ininterrumpidos, se desarrolla en la asombrosa ciudad de Fort Lauderdale, en Florida. Si bien los números reflejan índices de crecimiento, lo que no deja de asombrar es el constante avance tecnológico logrado en las embarcaciones expuestas, equipamiento y servicios de todo tipo. Y sin dudas, el poder organizativo, de convocatoria que los organizadores le imprimen cada año a esta fiesta del diseño y desarrollo.
Por Gustavo Revel
Cada año, la simpática “Venecia Americana” – así apodada a esta icónica ciudad del estado de Florida, situada en el distinguido condado de Broward, a unas cincuenta millas al norte de Miami – se prepara para su evento más importante –al menos, importante por su magnitud y desarrollo organizativo-.
La muestra, netamente volcada al mundo del motor en todas sus facetas, se realizó desde el 31 de octubre al 4 de noviembre pasado, reuniendo a más de 110.000 asistentes, superando en un 12.6% la cantidad de visitantes del año anterior.
En cuanto a expositores, 52 países promocionaron sus productos en la “Capital Mundial del Yatismo”. Cinco días para exponer los más fastuosos megayates de 100 a 126 pies (30.5 a 38.4 metros) que en esta muestra, aumentaron en cinco por ciento en presencia de nuevos diseños. Además de ello, se expusieron cientos de yates menores a 100 pies (30 metros) de todo tipo, poniendo de relieve siempre la eterna puja sobre el diseño europeo y el americano; tampoco faltaron las lanchas, motores internos, fuera de borda, semirrígidos y miles de productos de electrónica, equipamiento general y servicios náuticos. El show superó más de 1500 embarcaciones de todo tipo para que el público visite, con 1200 expositores en general, donde también se expusieron autos y helicópteros de lujo, juguetes para yates y accesorios de máxima jeraquía para un sector, y equipamientos standard para todo tipo de presupuesto. Es sin dudas, la muestra más grande del planeta que todos los años se retroalimenta de novedades a nivel diseño y tecnología.
Clima perfecto para las jornadas que duró Flibs. Como todos los años, hubo novedades en lo organizativo; nuevo diseño de la entrada principal (un bote de consola central de 53 pies (16 metros) y cuatro motores encima del arco de la entrada, además de un gran monitor LED general. También hubo sabrosas y convenientes opciones para comer y de catering, así como una experiencia VIP elevada y nuevas y excitantes activaciones como un concurso de chefs en yates y un premio a lo mejor del show en sociedad con NBC Sports como parte del acuerdo de tres años entre el show y la cadena televisiva. Se sumó una nueva tecnología implementada en las entradas a la muestra y boleterías, así como nuevos sistemas para mejorar la seguridad, una ruta mejorada de transporte en bus, con un flujo más rápido de tráfico para las personas asistentes que visitaban los distintos lugares donde se desarrolló la muestra, entre otras atracciones.
También, FLIBS ofreció a los asistentes, otras cosas más que embarcaciones, motores y equipamiento: en las diferentes salas del Convention Center de Fort Lauderdale, en el show también se realizaron las clínicas de pesca para niños “ Hook the Future”, la Escuela de Pesca Deportiva de la IGFA, la expo de buceo y arte marino de Blue Wild, además de demostraciones en vivo de juguetes acuáticos en el Aqua Zone presentado por NauticalVentures.
Las novedades de esta mega muestra serán presentadas en los próximos números. Lo importante, además del resultado positivo en cuanto a negocios logrados, es la demanda sostenida del mercado del motor en todos sus aspectos, los avances de la energía limpia y sustentable que va ganando terreno a pasos exponenciales en el rubro, y el placer de ver, en un solo lugar, todo lo que cualquier nauta, de cualquier condición económica, puede ver, tocar, elegir, y comprar. Y con créditos blandos, tema que para nosotros, los mortales nautas argentinos, es de imposible cumplimiento. El próximo año, allí estaremos.
