Final de “Ascendiendo Sudamérica 2018 en Semirrígidos” Texto: Gustavo Revel
Buenos Aires-Manaus (Brasil) – 6872 km en 72 días
Texto: Gustavo Revel
Finalmente, Andy Leeman logró otra aventura más de su vasta historia de travesías por los ríos más importantes del planeta. En nuestro último número, los encontrábamos en la ciudad de Cáceres, en Brasil, a 3360 km de Buenos Aires. Andy, tuvo la gentileza de enviarnos un pequeño reporte del resto de la travesía, el cual compartimos con ustedes:
… “A 3360 km de Buenos Aires llegamos a Cáceres (Brasil); el cambio de los sistemas fluviales nos obligó a esterilizar los barcos y asegurarnos de no llevar ningún mejillón dorado al nuevo afluente. Estos moluscos importados de China, residentes en la cuenca del Paraná inferior, son una especie invasora que se instaló en América del Sur y comenzó a perjudicar a los ecosistemas nativos y a la industria.
Para remontar el Rio Guaporé, tuvimos que transportar los barcos por tierra unos 320 km desde Cáceres a Vila Bela da Santísima Trindade, poblado que se encuentra en la parte alta del río Guaporé, cerca de la frontera con Bolivia. Hoy en día, debido a que la mayoría de los habitantes descienden de los antiguos esclavos africanos, la ciudad crea la impresión de una ciudad en la selva africana en lugar de en la selva amazónica.
El Guaporé se eleva en la Serra dos Parecis, estado de Mato Grosso, Brasil, y se desplaza hacia el sur, hacia el oeste, y luego hacia el noroeste, pasando por la ciudad de Mato Grosso. Preparados para un viaje duro rumbo a lo desconocido por este río de aguas cristalinas, la navegación se hizo más difícil, pues nos encontramos con algunas rocas y traicioneros bancos de arena. Después de recibir el Río Verde, continuamos hacia el noroeste, a lo largo de la frontera entre Bolivia y Brasil, y llegamos al río Mamoré sobre la ciudad de Guajará-Mirim. Estos hermosos ríos fluyen a través de una región de selva tropical, visitamos asentamientos de indios y mestizos a lo largo de las orillas, todos realmente amables y serviciales. Destaco como punto importante el Forte Príncipe da Beira, construido cerca de la confluencia del Guaporé y el Mamoré a finales del siglo XVIII, un recordatorio de esta época de colonización de esos lares.
Debido al poco volumen de agua, varias millas en las que navegamos se volvieron muy difíciles, con lechos muy bajos y rocosos. Nuestros barcos y motores son el único y más preciado medio de transporte. Lo hicimos bien y cumplimos con estas secciones sin mayor daño. El río consiguió de nosotros sólo un par de hélices.
En el Guajará-Mirim, tuvimos un cambio de tripulación y comenzamos con la cuarta y última sección de la expedición; desde alli no pudimos navegar los 200 km hasta Porto Velho debido al agua extremadamente baja y a unas rocas afiladas como cuchillos que podían dañar severamente la embarcación. El transporte fue arreglado rápidamente.
Los últimos 1490 km hasta Manaus nos sorprendieron a todos ya que esperábamos un río grande y fuerte con muchos árboles flotantes pero nos sorprendimos con algunos hermosos canales que se encuentran lejos de la civilización. Nos hospedamos en hermosos pueblos rurales y disfrutamos de la amabilidad de la gente que vive en este lindo río. Llegar al río Amazonas y luego a Manaus fue una experiencia increíble. Todos terminamos agotados pero sanos y felices. El equipo trabajó con mucha precisión; barcos y motores hicieron un excelente trabajo.
A lo largo de la expedición, navegamos a través de cuatro países: Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil. El equipo recorrido en total 6870 km en 72 días por 8 ríos diferentes desde el Delta del río Paraná, en Buenos Aires, Argentina hasta Manaus, el corazón del río Amazonas, Brasil.
AB Inflatables, en asociación con el distribuidor de HardCraft en Argentina donó las tres embarcaciones semirrígidas con carenas de aluminio de 14` para la Expedición, con motores Yamaha 40 hp cuatro tiempos.
Los tres botes AB soportaron todo tipo de condición de río, las corrientes, los rápidos, las piedras salientes del lecho del río y los bancos de arena. Durante casi tres meses, cada “rib” cargó más de 700 kg entre equipo y suministros, así como una tripulación de hasta 4 personas.
Mi equipo de Expedición y yo queremos decir, muchas gracias por estas embarcaciones estándar que superan cualquier uso profesional. Nunca nos han decepcionado… ”Andy Leeman – Expedition Leader.”