El Infiniti 52,  Tulikettu,  que se  cree que se hundió en el Atlántico Norte en abril ha sido encontrado y devuelto sano y salvo a la costa

El velero navegaba desde Cascais, Portugal, de regreso a la base del equipo en Gosport, Reino Unido, cuando chocó con un objeto flotante no identificado  que provocó una fuga incontrolada. Aunque la tripulación hizo esfuerzos para detener la entrada de agua, cuando llegó el barco de rescate no estaba claro si las reparaciones realizadas funcionarían y, con el empeoramiento de las condiciones climáticas, se tomó la decisión de abandonar el barco. Los cuatro miembros de la tripulación resultaron ilesos durante el incidente.

Se envió un remolcador de alta potencia y un avión de observación para buscar el barco, pero la búsqueda se suspendió después de una semana.

Sin embargo, el 23 de mayo, Tulikettu  fue visto por un barco que pasaba y la tripulación se puso en contacto con las  redes sociales de Tulikettu a través de un mensaje privado. Cuando el aviso demostró ser confiable, la operación de búsqueda y rescate se reinició de inmediato. Después de docenas de horas de vuelo, innumerables cálculos de deriva y cientos de millas náuticas de búsqueda por botes de salvamento,  Tulikettu  fue encontrado el 4 de junio, aproximadamente a 100 millas náuticas al oeste del Cabo San Vicente y fue remolcado al puerto de Portimão el 5 de junio.

“Fue una sensación increíble cuando encontramos el barco seis semanas y media después de que desapareciera”, dice Arto Linnervuo, patrón y propietario del Tulikettu Racing Team. “Aquí estoy, de pie en la cubierta del barco. Después de todo, la historia tuvo un final feliz. El sábado fue uno de los días más felices de mi vida. Hubo una increíble operación de rescate apoyando este esfuerzo, que involucró a más de una docena de los mejores profesionales de Finlandia, Inglaterra, Portugal, España y los Estados Unidos. Estoy especialmente orgulloso de que la operación de rescate haya sido dirigida por mi propio equipo Tulikettu Racing que llegó para ayudar en el lugar”.

Linnervuo, que estaba en el avión de observación, hizo el último avistamiento que condujo al último rescate del barco. Transmitió la posición del avión al remolcador en el mar mediante una radio VHF. El barco de rescate tenía que estar cerca del último avistamiento para garantizar una recuperación segura, porque  Tulikettu  estaba a la deriva de manera muy impredecible mientras estaba desatendido.

“Externamente, el bote no mostró daños y el mástil estaba erguido. Muestra lo bien que están diseñados y construidos estos barcos. El alcance del daño se aclarará con el tiempo”, añade Linnervuo.

Después de la remodelación y reparación,  se espera que Tulikettu, que  debía participar en las competiciones de vela en alta mar más grandes del mundo, reanude su ambicioso programa de regatas.