Sergio Marinelli reconoció el incremento en los caudales del río Mendoza que fue del 16%. Adelantó que se realizan análisis técnicos para determinar la variabilidad de años con más agua y otros de escasez.

La ola de calor que atraviesa Mendoza, una de las más largas de las que se tenga registro histórico, alteró los cálculos del pronóstico de los caudales de los ríos de Mendoza que elabora el Departamento General de Irrigación,por un aumento en el derretimiento de las precipitaciones níveas, que fueron más abundantes en el 2023 y continuaron hasta noviembre.

El superintendente general de Irrigación, Sergio Marinelli, admitió en una conferencia de prensa que «estos 16 o 17 días de temperatura extrema no los habíamos vivido nunca. La fusión de la nieve y el comportamiento de los caudales tienen que ver con eso. Esta investigación preliminar que se hizo en el Aconcagua por la presencia de dos lagunas responde a que la isoterma cero, que estaba en 4.000 metros ahora llegó a los 5.000 metros y más. Entonces imagínense cómo se produce la fusión de la nieve».

El funcionario tomó como parámetro el cierre de la Quebrada de Vacas en el pico más alto de América afectado por temperaturas inusuales que representan peligros de aludes. Lo mismo ocurrió con el aumento de agua en el río Mendoza y el río Tunuyán.Respecto al primero, tiene el 16% más de agua que lo que se había estimado, de acuerdo con la explicación que dio Marinelli.

El agua llegó a Las Catitas después de 13 años.

El gobernador del agua de Mendoza indicó que estas situaciones climatológicas nuevas, implican la necesidad de seguir indagando «qué va a pasar con las nevadas en función de la climatología a nivel mundial, también tiene que ver con la fusión de los glaciares, y eso está en función de las temperaturas. Entonces, bueno, estamos teniendo la previsión y tratando de construir una planificación de largo plazo que jamás tuvo Mendoza. Lo estamos haciendo de manera coordinada y constante entre la ilegalización, el gobierno provincial y todos aquellos organismos científicos que tenemos a mano».

La incidencia de las temperaturas elevadas que trepan a los 40º afectaron directamente a un mayor aporte de agua al río Mendoza, por lo cual se tuvo que erogar hasta 200 metros cúbicos por segundo el líquido que ingresa al embalse Potrerillos el pasado fin de semana.

La entrega de mayor cantidad de recurso para riego, como la que retornó al río provocó una serie de consecuencias, algunas positivas como la llegada del agua al secano después de 15 años de sequía o a Costa Araujo, lo que fue una verdadera fiesta y la otra cara, decenas de familias afectadas por las inundaciones en San Roque, Maipú.

Más caudal en los ríos de Mendoza

• El Departamento General de Irrigación mostró cómo el río Mendoza aumentó el caudal medio en un 130% , pasando de 97 metros cúbicos por segundo a 126 metros cúbicos por segundo. El embalse Potrerillos llegó a su capacidad máxima este mes, siendo lo normal que se llene en el mes de marzo.
• Con respecto al río Tunuyán, también se acrecentó su caudal medio, pasando de 68 m3/s a 92 m3/s. Gracias a un incremento en la cota, el agua llegó después de 13 años a Las Catitas y a La Dormida, entre otras localidades del Este.
• Mientras que el río Diamante bajó su caudal medio, para esta época del año, de 62 m3/s a 56 metros cúbicos por segundo. Es el único río en donde el volumen acumulado octubre/enero es menor al pronosticado, en un 4%.
• El Atuel, se mantiene el caudal de 62 m3/s y en el caso del río Grande hay una variación de 152 m3/s a 252 m3/s.
• En el río Grande el caudal medio de enero 2024 ha sido más del 60% mayor al medio histórico de enero.
• En las cuencas del Norte (Mendoza y Tunuyán) los caudales medios de enero 2024 han sido un 30% mayores a los medios históricos del mes de enero.
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  El fin de semana, el dique Potrerillos erogó 200 metros cúbicos por segundo, al estar al máximo de su capacidad

No son caudales desmedidos

Marinelli aclaró que los caudales de los ríos de Mendoza no son caudales desmedidos, tomando como referencia enero del 2007, hace 17 años, el año en el que se produjeron 162 m3 en el río Mendoza, frente a los 126 m3/s de enero del 2024.

En el caso delrío Tunuyán erogó 95m3/s en 2007, mientras que actualmente es de 92 m3/s.

El Diamante hace 17 años erogó 67m3/s, mientras que el mes pasado fueron 56m3/s.

En el caso del Atuel, en aquella época fueron 103 m3/s frente a los 62m3 de este año.

Por último, los datos muestran que hace 17 años el caudal más importante llegó a los 298 m3/s y este año registró 252 m3/s.

Crecida del río Mendoza en La Asunción, Lavalle.

Tendencia a la baja en la cantidad de agua

Marinelli anticipó que de acuerdo a un estudio que se está realizando con científicos del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla) y con la empresa Mekorot, de Israel, «se manifiesta una variabilidad muy importante». «Esto significa que en un año podemos tener muchísima agua, quizás por encima de la media y otro año tener un año muy malo con muy poca agua y pocas nevadas. Esto nos va a obligar que tengamos una conducta de uso del agua muy estricta y tratar de guardar en los acuíferos», analizó.

Por tal razón, el funcionario aseguró que hoy hay un mayor desafío en los estudios técnicos con estos fenómenos nuevos que hay que determinar «cuál es la magnitud cuenca por cuenca». E incluso, «agregar estos fenómenos con 16 días de temperaturas extremas».

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