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EDICIÓN IMPRESA – ROSARIO CON TODO

Las bajantes del río Paraná y un poco de historia

Ultimamente han aparecido cientos de especialistas y opinólogos sobre el tema de la pronunciada bajante del río Paraná en todo el litoral argentino.
Algunos han difundido comentarios muy osados aplicando vaya a saber que futurología o magia y otros aplicando ciertos conocimientos científicos pronosticando bajantes casi eternas o futuros muy negros.

Estado actual de la laguna El Embudo, prácticamente en seco debido a la pronunciada bajante del Paraná. ©Roli Rinesi.

En casi todas las versiones se habla de la deforestación, de las represas y de la mano del hombre como elementos excluyentes en la responsabilidad de la altura del río.
Como fuere y sin intentar quitarles veracidad a quienes han investigado verdaderamente este ciclo lo cierto en verdad es remitirnos un poco a la historia y aquí vamos.
A la fecha en que se redacta esta nota (mediados de agosto 2021) la altura mínima ha sido de – 0,29 mts. El registro histórico más bajo que se tiene del higrómetro de puerto Rosario data de 1944 con una medida de – 1.39 (un metro treinta y nueve por debajo del cero), luego le sigue la del año 1949 con – 0,95 (95 cm por debajo del cero) y la de 1969 con – 0,82 (82 cm por debajo del cero). Esto no tendría mayor importancia salvo si nos fijásemos en otros números tomados históricamente: resulta que otro lugar importante cronológicamente hablando en cuanto a río bajo es la del año 1945 con – 0,81 (un año después de la mayor bajante registrada), luego en 1948 se registró – 0,43 mts y en 1951 – 0,69 mts, – 0,58 en 1953 y – 0,60 mts en 1955 o sea el río bajó por debajo del cero en media docena de oportunidades en el término de diez años (entre 1944 y 1955), si bien esto sucedió por períodos cortos.

Al desnudo las quillas y las hélices de los veleros en las distintas caletas de la mayoría de los clubes náuticos rosarinos.

Luego ya en la década del 60, en 1962 – 0,20 mts, 1963 – 0,24 mts, 1968 – 0,60 mts y en 1969 (como se menciona ut supra) – 0,82 mts. Como se puede apreciar en este ciclo de menos de diez años, el río midió por debajo del cero en 4 oportunidades anuales.
Para rematar podemos citar que en 1970 (año siguiente a la gran bajante del 69) el puerto Rosario marcó una altura mínima de – 0,53 y al año siguiente (1971) se tomó un guarismo de – 0,24 mts.
¿Adónde se pretende llegar con lo enunciado hasta ahora? pues bien: durante la mayoría de los registros mencionados, sobre todo los de los años 50, no existían las represas ni la deforestación era tan intensa ni tampoco la mano del hombre tan interactiva y destructiva con la naturaleza como lo es ahora y ni se sabía lo que era el ciclo de La Niña y del Niño.
También conviene mencionar por supuesto, que los factores que sostienen muchos no colaboran en lo más mínimo a los cambios climáticos negativos (tanto sequías como inundaciones) pero queda bien en claro que los datos históricos ayudan a abrir los ojos o al menos a tener otros puntos de vista.
Vale aclarar lo siguiente y es que hasta ahora es cierto que esta bajante ha sido la más pronunciada en cuanto a su prolongación en el tiempo porque salvo con algunas ventanas que duraron escasos meses de verano (fines del 2019 y principios del 2021) que fueron un respiro, este fenómeno viene afectando la aguas litoraleñas desde 2019 o sea ya durante 3 años consecutivos.
Con estos argumentos no se intenta desacreditar a quienes aseguran que todo esto es y será la mayor bajante de la historia. Simplemente aportando estos datos se trata de clarificar un cambio evidente en el clima y al cual deberemos acostumbrarnos.
Habrá que ver si se cumplen los pronósticos que anuncian que el Paraná en Rosario llegará a – 1,50 metros para batir el record histórico.

El escenario desolador con muchos barcos que se encuentran varados en las distintas caletas aunque algunos clubes con esforzado trabajo se encuentran operativos.

Hoy el tema que nos toca es la bajante del Paraná y ocupa centímetros de prensa gráfica y minutos de multimedia por todas partes y lamentablemente muchas veces a cargo de personas que no tienen mucha idea del comportamiento del río.
Habrá que esperar sí o sí hasta que llegue bien entrada la primavera o las puertas del verano y lleguen (ojalá así sea) las lluvias en los estados de Brasil donde nace el Paraná que son Goias, Matto Grosso do Sul, Sao Paulo y Paraná para nombrar los más destacados. Esta sí que es una verdad irrefutable.

Texto: Álvaro Casals |Fotos: Roli Rinesi y Álvaro Casals

barcos@barcosmagazine.com

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