PRUEBA PERFECTA DE HABILIDAD
El TP52 Celestial del armador australiano Sam Haynes se proclamó vencedor absoluto de la Rolex Sydney Hobart 2022, edición marcada por una meteorología que propulsó a los barcos más grandes a ritmo de récord y puso a prueba los límites de navegación de los más pequeños en la aproximación final a Hobart. Un año más, la regata oceánica del Hemisferio Sur fue una dura prueba de marinería, resistencia, concentración y trabajo en equipo.
La 77ª edición de la Rolex Sydney Hobart contó con todos los ingredientes de la gran regata oceánica que es. Una impresionante flota de 109 barcos afrontó unas condiciones de navegación que resultaron bien diferentes en función de la eslora: los más grandes navegaron a un ritmo que les permitió rozar el récord histórico de la prueba en la llegada a Hobart, mientras los de menor eslora afrontaban un severo cóctel de viento en contra y olas que puso a prueba a sus tripulaciones en la siempre impredecible aproximación a la isla de Tasmania.
Como es tradición, la Rolex Sydney Hobart comenzó el 26 de diciembre, una fecha destacada en el calendario mundial de grandes eventos deportivos. La flota partió bajo un sol radiante y viento del nordeste de 10 a 15 nudos. Tras un emocionante sprint de salida de la bahía, los barcos izaban sus espís para comenzar casi 48 horas de rápida navegación ininterrumpida con viento a favor antes de un radical cambio de condiciones que marcaría el devenir de la regata.
Triunfar en la conocida como “Gran Regata” depende de muchos factores. Paul Cayard, legendario regatista y embajador Rolex, tiene claras las cualidades necesarias: “El éxito en las regatas oceánicas requiere una preparación rigurosa, habilidad táctica y una determinación inquebrantable para llegar hasta el final”.
Andoo Comanche, el más rápido
La batalla por el primer trofeo en juego, la J.H. Illingworth Challenge Cup que premia al barco más rápido en tiempo real, estuvo protagonizada por cuatro maxis de 100 pies (30,5 metros). La salida resultó dramática, con un rápido intercambio de viradas que costó al Andoo Comanche rozar una baliza del recorrido y realizar dos giros de 360 grados en rápida sucesión para purgar la infracción. El favorito ponía rumbo al sur a popa de sus rivales, una posición que no tardaría en cambiar.
John Winning Jr, armador y timonel del coloso rojinegro, ya había avisado de sus intenciones antes de salir al agua:
“El segundo puesto no vale. Es ganar o nada”.
En una regata como ésta, ese “nada” está a un error de distancia. En especial cuando te persiguen barcos como Black Jack (el más rápido en 2021), Hamilton Island Wild Oats (ganador en nueve ocasiones) o Law Connect (segundo en las dos últimas ediciones diseño de Juan K Yacht Design).
Una vez en el Mar de Tasmania, la tripulación del Andoo Comanche logró controlar a sus rivales y establecer una pequeña pero vital ventaja. Completó el recorrido en 1 día, 11 horas, 56 minutos y 48 segundos, apenas dos horas por detrás del récord establecido en 2017 y poco más de 26 minutos por delante de su inmediato perseguidor.
Celestial, el mejor
La Tattersall Cup es el trofeo al que aspiran todos los participantes, el que premia al mejor barco en tiempo compensado. En esta ocasión correspondió a una de las 13 unidades TP52 participantes: Celestial del armador australiano y vicecomodoro del CYCA, Sam Haynes. Veterano de 11 campañas anteriores, Haynes afrontó esta edición marcado por lo que le ocurrió en 2021, cuando una infracción del reglamento desbancó a su equipo del primer puesto.
«Después del año pasado, estaba dispuesto a abandonar este deporte. Hablando con mi familia y con gente clave del equipo, me di cuenta de que no era el camino correcto. Quería volver a intentarlo, afrontar el reto”.
A medida que se desarrollaba la regata, quedaba claro que ninguna tripulación lo tendría fácil. La empopada inicial fue brutal y agotadora. Los de menor eslora sufrieron un cruel punto de inflexión cuando el viento cambió de dirección el tercer día, obligándoles a ceñir hasta el punto más meridional del recorrido, en la isla de Tasmania, lo que ralentizó su avance y eliminó cualquier posibilidad de victoria en la general por tiempo compensado. Pero incluso para los barcos rápidos como Celeste, la aproximación no estuvo exenta de peligros.
Tras un esfuerzo sobrehumano, el Celestial cruzó la línea de meta a última hora de la mañana del 28 de diciembre estableciendo un tiempo en compensado que ya no podría superar ningún rival. Haynes reconoció la importancia de esta victoria que le garantiza un lugar en los libros de historia de la vela:
“Ganar una regata como ésta es un gran logro que te cambia la vida. Es un trofeo muy difícil de conseguir. Por muy bueno que seas, hay muchas razones que pueden hacer que no lo consigas. Tener por fin la Copa Tattersall lo significa todo”
Celebrada por primera vez en 1945, la Rolex Sydney Hobart Yacht Race es toda una institución entre las regatas oceánicas. Está organizada por el Cruising Yacht Club of Australia en colaboración con el Royal Yacht Club of Tasmania, y forma parte del dosier de eventos patrocinados por Rolex desde 2002 junto a otros referentes oceánicos del club de las 600 millas como la Rolex Fastnet Race o la Rolex Middle Sea Race.
ROLEX Y EL MUNDO DE LA VELA
Rolex siempre se ha asociado con actividades motivadas por la pasión, la excelencia, la precisión y el espíritu de equipo. De manera natural, Rolex ha gravitado hacia la élite de la navegación a vela, formando una alianza que se remonta a la década de 1950 con los más prestigiosos clubes, eventos, regatas y destacadas figuras del deporte como el pionero oceánico Sir Francis Chichester o el regatista olímpico más laureado de la historia, Sir Ben Ainslie. Hoy, Rolex es patrocinador principal de 15 de los más importantes eventos internacionales de vela: Desde emblemáticas regatas oceánicas como la Rolex Sydney Hobart (Australia) o la bienal Rolex Fastnet Race (Reino Unido y Francia), pasando por competición grand prix del más alto nivel como el Rolex TP52 World Championship o magníficas reuniones como la Maxi Yacht Rolex Cup (Italia) o la Rolex Swan Cup (Italia y Caribe). También apoya el espectacular circuito SailGP, en el que equipos nacionales compiten a bordo de catamaranes voladores F50 en algunos de los puertos más impresionantes del mundo. La estrecha relación de la relojera suiza con clubes como el Cruising Yacht Club of Australia, el Royal Ocean Racing Club, el Yacht Club Costa Smeralda, el New York Yacht Club o el Royal Yacht Squadron constituye la base de la perdurable relación de Rolex con este apasionante deporte.
Por: Javier Sobrino – Quinag Communication