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EDICIÓN IMPRESA – Riva Aquarama: El Rolls Royce del mar

Sólo pronunciar su nombre significa que quien lo hace sabe de lo que está hablando. Este modelo de lancha de velocidad fue y continúa siendo el must de la náutica a motor en cuanto a glamour, distinción y suntuosidad.

Poseer una Aquarama hoy es un símbolo de status muy alto no sólo por su precio, el cual puede oscilar alrededor de los 500.000 euros por una usada de 40 años de antigüedad, sino porque trasunta que su dueño es un sibarita, alguien que conoce del tema un escalón por encima del resto de los mortales.


La Aquarama nace en 1962 de la mano de Carlo Riva, un exponente de la cuarta generación de una familia de carpinteros artesanos navales que comenzó su labor con Pietro Riva a la cabeza allá por 1842.
Fue la continuación de otro modelo de la fábrica Riva, el Tritone. No obstante esta nueva versión causó furor entre el ambiente del jet set de ese momento y fue adoptada además por los más altos exponentes del realeza del viejo continente y por los magnates norteamericanos que veraneaban en Europa.
El epicentro de la Riva Aquarama es sin duda el sector de la costa del Mediterráneo que abarca desde Montecarlo hasta Portofino. Aquarama para los entendidos trae a la memoria épicos años de los 60 con Brigitte Bardot o Sofia Loren timoneando alguna luciendo su innegable encanto. Año tras año se realiza en Italia un concurso de Riva para distinguir a quienes presentan el mejor bote en su estado original.


Popularizada hasta el cansancio en el cine en películas de antaño y especialmente por varios filmes clásicos, la Aquarama fue uno de los primeros diseños de lancha que incorporó un deck acolchado sobre la cubierta del motor como solarium y un detalle único: una capota plegable al estilo auto convertible norteamericano que cubría generosamente el cockpit transformándola así en un verdadero day-crusier. La potencia fue una característica sobresaliente en la Aquarama ya que fue equipada inicialmente por dos motores de 185 HP (luego se fabricaron hasta con dos motores de 400 HP) lo que la transformó en la embarcación ideal para los amantes del esquí náutico, deporte de moda hace medio siglo y asimismo para viajes cortos entre los distintos puertos de la Riviera o la Costa Azul ya que desarrollaba una velocidad de hasta 45 nudos (80 kilómetros por hora aproximadamente). Las esloras de este modelo oscilaron entre 8 y 8,70 metros y fueron construidas íntegramente en maderas de primera calidad. Las plantas motrices eran por lo general Chrysler o Cadillac o GM tuneados por Riva para extraer la máxima potencia. Existe una jugosa anécdota sobre una Aquarama encargada por Don Ferruchio Lamborghini pero eso da material para otra nota.
En el año de su lanzamiento había que desembolsar algo así como casi 20.000 dólares para adquirir una, cifra que por ese entonces era significativamente muy alta. En 1996, año en que se dejó de producir, una Riva Aquarama cero kilómetro costaba alrededor de 300.000 euros.


Los distintos modelos que fabricó Riva en madera fueron el Corsaro (1946-1955), Tritone (1950-1955), Ariston (1950-1974), Scoiattolo (1950-1957), Sebino (1952-1957), Florida (1952-1969), Aquarama (1962-1996), Junior (1967-1972) y Olympic (1969-1983). Luego el renombrado astillero italiano continuó diseñando y produciendo embarcaciones en materiales más modernos.
Aquarama (1962–1972)
Total construidas 281
Aquarama Lungo (1972)
Total construidas 7
Super Aquarama (1963–1971)
Total construidas 203
Aquarama Special (1972–1996)
Total construidas 277
La Riva Aquarama fue, es y será un ícono en sí misma… la máxima expresión de un exitoso diseño que trasciende al tiempo y que nunca pasará de moda.

Por: Álvaro Casals 

barcos@barcosmagazine.com

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