Home / Entrevistas  / EDICIÓN IMPRESA – Persona detrás del personaje: Alejandro Kalfayan

EDICIÓN IMPRESA – Persona detrás del personaje: Alejandro Kalfayan

Alejandro Kalfayan es un personaje único que tiene el poder de hacer que un día tenga más de 24 horas. No sabemos si duerme…

Inquieto como pocos, su vida transcurre en tierra, que dice disfrutar como ninguno, pero básicamente su lugar en el mundo está tan ligado a la náutica tanto de trabajo como de placer, lo que hace imposible dejar de conectarlo como parte de nuestro entorno acuático.
Multifacético, hoy está en Nuñez con una batimetría, al día siguiente viaja a Uruguay y ya tiene previsto un viaje a Río Negro a atender una de las empresas de las cuales es asesor.
Se confiesa un apasionado del agua y, como tal, su carrera allí empezó como marino mercante, no sin antes haber corrido regatas en monotipos desde su infancia.
Pero mejor, veamos lo que nos dejó esta tan agradable charla que mantuviéramos en el Club Náutico San Isidro una tarde muy calurosa de enero bajo la sombra de los árboles y frente, por supuesto, al río.

Barcos: Si tuvieras que presentarte, ¿qué dirías de vos?
Alejandro Kalfayan: Soy un apasionado y un agradecido a la náutica, al río y al mar porque me dio muchísimo. Tuve la suerte de empezar a navegar muy chico en Optimist, gracias a mi padre que me metió en todo esto y ahí descubrí un mundo completamente nuevo. Los que navegan, saben a qué me refiero, no es sólo navegar, el deporte en sí sino todo el folklore que rodea la actividad en general. Hace muchísimos años que me apasioné con todo ello y esa pasión me acompaña al día de hoy. Esto es cuanto se refiere a la navegación de placer.

Barcos: ¿Me podes contar en qué consisten tus actividades?
AK: Vamos a dividirla en dos para que se entienda más fácil: por un lado, todo lo que es la navegación deportiva, por otro lado, todos los servicios para lo que es la navegación mercante.
En navegación deportiva, lo que hago es básicamente (cursos estoy dando muy pocos y los que di están subidos en forma gratuita a mi canal de YouTube) y hago cartografía electrónica y digital para GPS, chartplotters de las principales marcas del mundo que surgen de las batimetrías que hago que miden la profundidad del río. En mercante, me desempeño como asesor y consultor particular de muchas empresas navieras, de ferries, Buquebus, Colonia Express, para nombrarte las más conocidas, y barcos de carga. Me encargo de armarle los derroteros a los buques, asesorar a los capitanes, sobre todo a los que recién se inician, informando aspectos importantes relacionados con la actividad del buque. También cartografía electrónica digital para los buques de carga y ferries. Los bancos se van corriendo y hay que ir modificando las rutas de navegación, armar las cartas náuticas, capacitar a las tripulaciones nuevas que están incorporándose con los sistemas de seguridad que son muy especiales, sumado a los trámites frente a las autoridades uruguayas. El hecho de haber vivido allá durante tanto tiempo me hizo cosechar un montón de amigos de toda índole, gente espectacular a quienes me une un lazo. Yo siempre digo que soy rioplatense, mitad argentino, mitad uruguayo. De hecho, tengo residencia uruguaya, libreta de embarco porque trabajé allá. También salvamento, asistencia a buques varados, cuando se pierde cualquier objeto que cae al agua, hélices, timones, anclas, etc. tengo el equipamiento necesario para hacer la búsqueda para “ver bajo las aguas marrones” que nos permite con el trabajo de los buzos ver objetos perdidos. Colaboré con la Armada Argentina cuando se perdió el ARA San Juan, siento satisfacción de haber sido un granito de arena que colaboró en el área de búsqueda.


Cada vez que se pierde algo de valor en el agua, algo de real envergadura ya que movilizar nuestros equipos de alto costo justifique esta logística que se despliega.
Otras actividades que hago ad honorem, por el bien común de los navegantes, es ser miembro de la comisión directiva de UNEN, he conocido gente con una capacidad de trabajo y abnegación tremendas por lo que se hace al balizar el río. Rodolfo Rivademar fue un atleta medallista olímpico, ingeniero que fue el anterior presidente de UNEN hasta su muerte en el 2013. En el 2014, cuando terminé de descubrir el aguaje de las costas del San Isidro envié los documentos a las autoridades marítimas para que nos aprobaran su balizamiento, ya que su creación fue natural. En ese momento propuse que este aguaje llevara su nombre en homenaje.
Y en marzo asumo como miembro de la Liga Naval Argentina. Mi interés es hacerme cargo de la escuela náutica deportiva, cursos de Optimist, timonel, patrón, etc. Será un orgullo pertenecer a esta institución centenaria formada por tan prestigiosos miembros.
Mantengo relación directa con las autoridades marítimas por mi actividad, trabajo en la PNA como docente en el curso de pilotos de yate. Me encanta trasmitir conocimientos y tengo buena devolución. A pesar de ser personaje civil contratado, me reciben como uno más.

Barcos: ¿Y tu activa presencia en las redes sociales?
AK: Como hago mucho hincapié en todos los elementos que se relacionan con la seguridad en la navegación me propuse armar una comunidad náutica a través de las redes sociales que se llama @aguasseguras, tanto en Facebook, como Instagram y twitter. No sólo notificamos desde allí lo que ocurre en el río sino que está abierto a que toda la comunidad haga sus aportes. De ahí su éxito. Las noticias vuelan y nos envían fotos o videos de acontecimientos en el agua, en su afán de colaborar. Hay mucha camaradería, solidaridad y cofradía marinera, valores que no quiero que se pierdan y en lo que trabajo mucho.

Barcos: Toda esta experiencia tuya, toda esta actividad, ¿cómo surgió, cómo la adquiriste?


AK: Esto se estudia, como te contaba empecé a navegar en Optimist, después Cadet, Snipe, ragatas en veleros grandes hasta que un día dije que me gustaría estudiar para marino mercante. Luego de hacer 4 años de carrera y acá quiero aclarar que no se si fue suerte o mala suerte que en el momento en que empecé la carrera, existía la empresa ELMA que luego desapareció. Cuando me recibí no tenía dónde trabajar y así fue que me tuve que ir del país, primero a Uruguay, Brasil y otros destinos más porque ahí encontré el trabajo de marino mercante que aquí no había.

Barcos: Específicamente, ¿cuál es la función del marino mercante?
AK: Tienen distintos roles. Son dos los cuerpos: cuerpo de máquinas, maquinistas y cuerpo de cubierta, que tienen la función de conducción del buque. A este último cuerpo es que pertenezco. Depende del porte y del tamaño del buque, existen varios cargos que van desde tercer oficial, segundo y primer oficial hasta capitán. Al recibirte sos pilotín o piloto de ultramar y luego, conforme vas acumulando millas, rindiendo exámenes, vas ascendiendo. Llegué a capitán bastante joven, con 27 años creo que porque irme de mi país fue la decisión correcta en el momento correcto para lograrlo. Por las cosas de la vida, pude hacerlo en Uruguay. A partir de ese momento empecé a navegar en barcos grandes, en porta contenedores, petroleros, todo tipo de barcos. Mis travesías más largas duraban 15/20 días Sudamérica, Centro América y Norteamérica. Es una carrera civil, no militar.
En forma paralela tenía en Uruguay una empresa de lanchas de prácticos, que fue la actividad que me abrió muchísimas posibilidades y un campo increíble que derivó en mi actual actividad, que son las famosas batimetrías. Estaba trabajando contratado para una empresa que tenía a su cargo el dragado del Canal Martín García, el que pasa frente a Colonia y nuestra misión era subir y bajar los prácticos. Hasta que un día viene el gerente general holandés, que es gente que domina estas cosas al igual que los belgas y me dice “¿No quiere que pongamos una computadora a bordo de la lancha y hacemos una batimetría?” Quedé asombrado ya que era justo lo que me hubiese gustado mucho: estudiar la carrera de ingeniería electrónica. La realidad es que lo intenté y no aprobé el examen de ingreso, y me frustré. Y ahí vi la posibilidad de mezclar la electrónica con la náutica. Cuando me nombró la batimetría no entendía de qué me estaba hablando; para mí, en ese momento, 30 años atrás que me dijeran de poner una computadora arriba de una embarcación me parecía algo totalmente estrambótico. Esta gente fue tan generosa de enseñarme a hacer el trabajo y se fueron dando situaciones que me hicieron volver a Argentina, justo en la crisis del 2001. Todo el mundo se iba y yo volvía… Me pareció que podía estar resultando algo interesante y decidí dejar de navegar como marino mercante para especializarme en hidrografía, que es la ciencia que hace las batimetrías, además de muchas otras cosas. Hice una cantidad de cursos de capacitación que aún hoy sigo haciendo. La electrónica está actualmente a la orden del día lo que te obliga a una capacitación permanente, hay que hacer los cursos, viajar, algo que con la pandemia se complicó ya que se dictan en Centroamérica, Caribe, Norteamérica y, a pesar de que a los 54 años me siento grande para un montón de cosas, me mantengo aggiornado con la tecnología, tratando de brindar un servicio de calidad.

Barcos: Pensar que en 27 años hiciste un carrerón, es tan poco tiempo…
AK: Dejé de navegar fijo porque me aburría, como todo lo monótono y rutinario. Me di cuenta de que no me estaba gustando, con muchos años menos y otra visión de la vida y me la jugué. Mis compañeros de promoción están navegando en cualquier parte del mundo y les está yendo muy bien. De hecho, el marino mercante argentino es muy buscado y muy bien visto. Me encantan los desafíos, que me llamen para decirme que se quedó varado un buque en el río Paraná. Entonces hay que hacer un plan de salvataje, presentarlo en Prefectura para que lo aprueben, llamar a los remolcadores, hacer la batimetría, todo un desafío que difiere totalmente de la monotonía anterior.

Barcos: Entrando en el terreno más personal, me intriga saber si tenés familia, ya que acompañar tus movimientos debe de ser muy difícil…
AK: La realidad es que es difícil “bancar”, seguirme. Soy divorciado y no tengo hijos, lo que me permite que me mueva con total libertad porque mi trabajo así lo exige. Me muevo por todos lados dentro y fuera del país. No sólo es que me muevo, sino que los viajes surgen casi en forma instantánea. Atiendo todo tipo de situaciones incluyendo salvamento, como atender un buque varado o un ancla perdida de un buque. Esas son situaciones imprevistas, que se dan de la nada, de golpe. En este momento puede sonar el celular y hay que ir. Es por eso que tengo bolsos listos y la mochila también preparada para viajar. Eso es siempre porque aprendí que no puedo armar un bolso en una urgencia sin olvidarme algo importante, porque me ha pasado. Entonces, volviendo a la pregunta, sí, estar solo me permite esa libertad que quizá otros no tengan. De todas formas te digo que admiro a mis amigos que tienen la suerte de tener una mujer que los acompaña en “sus locuras” o, mejor dicho, que los comprenden. Y eso que en nuestro ambiente cada vez se incorporan más mujeres, por lo menos en la marina mercante, las hay capitanas y me encanta que así sea. Hay de todos los escalafones, desde una capitana hasta marineras. Lo mismo pasa en las fuerzas armadas, como la Prefectura y la Armada. Así que no sería tan loco que una mujer pudiera acompañarme o entender mi actividad.

Barcos: Al tener tanta actividad en el agua, ¿qué es lo que más te preocupa del navegante? ¿Qué es lo que quisieras cambiar y cómo?
AK: En los últimos 10/15 años la náutica deportiva creció en forma descomunal, que es muy bueno en todos los aspectos. Es muy bueno que la gente a la que le gusta el agua pueda acceder a ella a través de una lancha, bote, velero, lo que sea. Pero lo importante es cómo se forma esa gente. Porque al iniciarte en una actividad nueva, lo que hacemos es tomar clases y capacitarnos. Y, según quién nos de las clases vamos a salir buenos navegantes o… lo que fuere. Eso es lo que me preocupa y mucho, no la gente sino la capacitación que reciben. Y me refiero tanto a la vela como al motor, no estoy en contra de nadie. Cada deporte tiene un instructor, pero resulta que en la náutica deportiva no existe un “instructorado”, no existe un curso para ser profesor. No lo veo mal, pero implica que aquel que se va a dedicar a dar clases tenga sentido de responsabibilidad, que le inculque al alumno el sentido de responsabilidad. No tengo duda que todos los cursos son buenos porque todos se rigen bajo el mismo programa de prefectura. El asunto está en el enfoque responsable que se le da a la persona que se está iniciando. Cuando le toma el examen y le da la credencial, le diga “tomá, a partir de ahora, recién a partir de ahora vas a aprender a navegar. Porque todo lo demás fue práctica, un ensayo hasta el momento en que estás habilitado para conducir una embarcación”. Yo hago hincapié, lo ruego desde la más absoluta humildad que se concientice a la gente que cuando uno capacita a alguien para navegar, le está dando una habilitación para salir al río a hacer qué, con él mismo, con su familia y los semejantes. Hoy en el río vemos cosas que no veíamos antes, no vemos la camaradería de antes, ni la solidaridad. Vemos imprudencias. Por supuesto que todo obedece a una cuestión social que se vive en todo el mundo. También calculo que la pandemia trajo aparejado psicológicamente por el encierro de la cuarentena, el enfoque de las personas y me incluyo, a pesar de no haber estado encerrado por esencial. Otro punto que no quiero olvidar es la ecología, el medioambiente. Cuidar el río que tenemos, único en el mundo ya que cualquiera sea el punto de partida, dispones de tantos lugares para ir y recorrer, pasar el fin de semana… Hay que cuidarlo de la basura, la contaminación, los hidrocarburos, el combustible, infinidad de elementos que muchas veces, sin querer, no tomamos en cuenta.

Barcos: Algo pendiente…
AK: Si bien conozco mucho el río, ya que lo he navegado prácticamente todo, me gustaría conocer exactamente todos los rincones de mi querido Río de la Plata que representan un misterio para mí. Tiene mística que me transporta a la época de la conquista, su colonización, cuando vino Juan Díaz de Solís… Es el día de hoy que me pregunto cómo hicieron para navegar todo este río y dentro de mi cabeza se genera todo un folklore, una mezcla muy rara que hace que piense que si esas personas pudieron hacerlo con todos los elementos tan rudimentarios de la época, hoy, con lo que tengo, puedo hacer mucho más en beneficio de todos y del río mismo.

Barcos: Un personaje que te haya marcado…
AK: Sin duda, el tío Dinghy, Amílcar Franchi, un tremendo personaje, un viejo lobo de río del Club Náutico Azopardo, un club del que fui socio durante muchos años. Fue quien me enseñó a navegar en Optimist y quien me decía: “Pibe, vas a tener que mojarte el culo, sino no vas a aprender a navegar nunca”, con un modo y un tono especial: no hablaba, ladraba. Muy conocido por muchos, me enseñó no sólo de náutica sino de la vida. La cultura del esfuerzo, el sacrificio, estar preparado para todo tipo de situaciones. Así como se da en el agua, se da en la vida. “Tenés que estar preparado de tal forma en la vida que no sea cosa que cuando sirvan sopa, vos, en vez de tener una cuchara, tengas un tenedor”. En nuestro grupo de adolescentes del club, el tío era nuestro líder deportivo y espiritual, nos enseñaba ir a la Barra de San Juan guiados por las estrellas, nos contaba miles de anécdotas… Cuando me encuentro con su hijo Hernán, siempre lo recordamos con mucho cariño. Por eso, creo en la importancia de empezar a navegar en Optimist, porque un chico que timonea su barco es una forma de encaminarlo en la vida. Todos los deportes son lindos, pero éste tiene algo de especial.

Barcos: Como cierre, ¿cuál sería tu mensaje para la gente?
AK: No me canso de repetir que todo lo que hago lo hago con y por pasión. La posibilidad que mi actividad me deja de ir a distintos puertos de mi país y países limítrofes y encontrarme con amigos o exalumnos y que me reconozcan, que reconozcan lo que aprendieron conmigo y ver adónde llegaron me da muchísima satisfacción. Me auto califico como promotor de la náutica deportiva. Mi mensaje es que todos vengan al río, que no le tengan miedo, sí respeto, que se animen a disfrutar porque a mí me cambió la vida. Y a todos les pasó, en mayor o menor medida, lo mismo. Realmente no tiene precio.

Canal de YouTube: Alejandro Kalfayan
@alejandrokalfayan
www.alejandrokalfayan.com
@aguasseguras para notificar información

barcos@barcosmagazine.com

Review overview