A principios del Siglo XX, en 1906, la motonáutica despertaba en las competencias europeas.

En esas circunstancias, un argentino, Aarón de Anchorena, a bordo de una embarcación diseño del Astillero Italiano Baglieto, de 12.90 mts. de eslora, construida y motorizada por la automotriz Fiat con dos motores de 24 hp cada uno, se presentó a competir con esta lancha de nombre PAMPA en las regatas de mar, disputadas en la costa azul, con un excelente triunfo en Montecarlo, un segundo puesto en Niza y el segundo lugar en velocidad en la milla lanzada, a un promedio de 34,75 km/h, siendo estas regatas el antecedente más remoto de los campeonatos mundiales de off shore.

El copiloto del Sr. Anchorena era el Sr. Lancia, quien años después fundara la automotriz que lleva su nombre. A su regreso a la Argentina, en 1913, con esta lancha participó en la primera regata que organizó el Tigre Sailing Club sobre el río Luján, entre Tigre Hotel y San Isidro, clasificándose segundo detrás de la lancha Rochester III, construida en astillero Milberg, conducida por Arturo Robert, quien se adjudicó la cinta azul ese día. Este último resultado habla de la calidad de diseño y construcción de las lanchas Argentinas en los albores de la motonáutica internacional.

Unos años después, a comienzo de 1920, otro argentino comenzó a destacarse en Europa. Eugenio Echegoin, estaba radicado en Francia y fue un gran promotor de la motonáutica en ese país y en Europa. Diseñó y construyó sus propias embarcaciones a las que llamo Sadi, llegando a construir sucesivamente hasta la Sadi VIII, a las que impulsó con motores Hispano Suiza, Daimler o Echegoin-Causón, según la categoría en que compitiera.Fue ganador varios años del trofeo Duque de York, equivalente al campeonato mundial de lanchas de circuito, donde competían europeos y americanos y se adjudicó tres veces (1927/28/29) el trofeo John Ward, el más antiguo de la motonáutica mundial, que aún se disputa anualmente, siendo uno de los dos únicos pilotos argentinos que inscribieron su nombre en este importante trofeo challenger, cuyo original se encuentra actualmente en Montecarlo, sede de la Unión Internacional de Motonáutica. Fue el primer piloto en superar en un record de velocidad los 100 km/h en Francia, en 1926, cuando marcó con la Sadi VI 106,77 km/h.

Sus duelos deportivos con el conde Teo Rossi (que defendía los colores de Italia) fueron épicos y trascendieron la rivalidad motonáutica entre Francia e Italia para ser considerados los mejores pilotos de motonáutica de circuito de Europa de antes de la segunda guerra mundial.
En esa década fue el delegado del Yacht Club Argentino, en representación de nuestro país, ante la Unión Internacional de Motonáutica.