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EDICIÓN IMPRESA – LA PERSONA DETRÁS DEL PERSONAJE – Gonzalo Carreras

Conversar con él es un placer, sus relatos fluyen como pueden fluir las palabras en una persona con marcado encanto, calidez y humildad. Nacido en Baradero el 26 de octubre de 1989, desde su niñez se dedicó al deporte, futbol específicamente hasta que descubrió el kayak y nunca más lo dejó. Llegó a una edad en que se estaba quedando solo, sin competencia y comenzó a representar al Club Náutico San Pedro, donde dice sentirse “en su casa”.
Y esto es sólo el principio de su interesante historia.

Barcos: Antes que nada, muchísimas gracias por dedicarnos este tiempo en pleno entrenamiento. Contanos, por favor cómo nace en vos la vocación de competir en kayak
Gonzalo Carreras: Desde chico siempre practiqué deporte, desde futbol, hasta tenis y natación. Cuando tenía 12 ó 13 años, iba al colegio a la mañana y a la tarde íbamos al club y jugábamos al paddle, básquet, futbol, lo que viniera… Y uno de mis amigos había empezado canotaje, una actividad que recién arrancaba en el club y era el primer deporte náutico que apareció, más allá de ser un club náutico. Compraron dos kayaks, me invitaron a participar y fue como una bola de nieve, que se fue haciendo cada vez más grande, me fue absorbiendo cada vez más tiempo y desafíos. Hasta los 14 fue el futbol, después me dediqué de lleno a esto, ni me di cuenta porque no era mi objetivo en el principio. Y así, en juvenil ya entré por primera vez a un equipo nacional a los 16.
Barcos: ¿Cómo fue tu proceso, desde que te subiste al kayak hasta que empezaste la competencia?
GC: Arrancamos en una pileta gigante. A pesar de que en Baradero tenemos el río, es una ciudad en que no se navegaba, el río era para pescar y no había actividad náutica. Había como una especie de temor, a pesar de que había varios clubes náuticos. Fuimos entrando muy de a poco, primero en una pileta climatizada, después fuimos a probar en un balneario municipal donde hay playas pero están separadas del resto del río. Pero llegó el momento en el que sí o sí teníamos que hacerle frente por ser una disciplina en la que se necesita espacio. Para hacer kilómetros, debes estar en un lugar amplio. Pasaron muchos chicos por esta etapa, fueron abandonando hasta que quedamos dos, nos estábamos quedando solos y ese fue el momento en que fui a entrenar a San Pedro, que está a 30 km de Baradero. Lo bueno es que ya teníamos mucha relación con los chicos de ahí y entrenábamos juntos.
Barcos: ¿Y tu familia te acompañaba? ¿Son deportistas?
GC: Mi familia es del deporte, específicamente del futbol. Pero mis viejos siempre me acompañaban, era chico y empecé viajando en colectivo hasta que crecí un poco más y papá me prestaba el auto, ¡pero sólo para ir a entrenar! Esa era la consigna jajaja. Para pasear no, pero para entrenar, sí. En esa época yo ya tenía mi kayak que dejaba en San Pedro, con 5,20 m no es para llevarlo de un lado a otro. Tengo dos hermanos, Ramiro que tiene un año menos que yo, tiene su trabajo y vive en Capital y Rodrigo, 7 menos, es estudiante y actualmente vive en Baradero ya que cursa en forma virtual y jugó siempre al futbol y pasó por el tenis también. El último año que navegué en Baradero clasifiqué para un Mundial Juvenil en Francia y sobre el fin de ese año, entré al equipo nacional de velocidad, lo que hago actualmente, que es disciplina olímpica. Como senior en los años siguientes fui invitado al equipo y estoy fijo desde el año 2008. De juvenil pasabas a se-
nior, no había etapa intermedia como ahora que está el sub23 y naciendo la sub21. Era un choque grande porque de golpe competías con mayores con más experiencia y no era equitativo. Fue durísimo y formé parte de la última camada con las dos divisiones. Pero sirvió porque forjó a mi desarrollo profesional. Desde el 2008 estoy en el equipo nacional.
Barcos: ¿Cómo fue tu proceso de competencia hasta llegar a este punto?
GC: Mis primeras competencias fueron Campeonatos Sudamericanos en el equipo Senior, la primera fue en el 2008 K2 y K4, 2009 fui Campeón Panamericano de Canotaje en K4, los más relevantes porque fueron varios. Mi primer campeonato fue el Panamericano de Toronto, Canadá en 2015, en K2 (bronce) y K4 (plata). Como ese año no teníamos la clasificación olímpica, todo el entrenamiento fue para el K4.


Barcos: ¡En Lima sí que les fue bien!
GC: En Lima, K4 500m habían acortado la distancia y nos pudimos sacar la espina que teníamos clavada, fue un desahogo tremendo, pensar que en Toronto habíamos ido con el objetivo de ganar y quedamos terceros. Los cuatro éramos Ezequiel Di Giacomo, Juan Ignacio Cáceres, Manuel Lascano y yo. Habíamos compartido equipo pero no competíamos juntos.
Barcos: ¿Cómo se solventa esta campaña?
GC: Cuando empecé, papá bancaba todos los gastos. Ahora, siendo parte del equipo nacional y con determinados logros, hay becas del ENARD y la Secretaría de Deportes que más o menos te permiten vivir. Los últimos años se devaluó mucho y pesa mucho el título de campeón panamericano del 2019. No sobra, menos en un deporte en el que todos los insumos son a valor dólar, pero nos arreglamos. Hice alguna campaña fotográfica para la ropa deportiva Admit One o alguna que otra sesión de fotos. Eso es un ingreso extra y además me proveen de ropa.
Barcos: ¿El equipo está en Buenos Aires entrenando?
GC: Sí, estamos en Tigre en una casa grande que es alquilada por la Federación Argentina de Canoas, casi todo el año entrenando juntos. Cada tanto tenemos una semana en nuestras casas o nuestros clubes (por ejemplo, la semana del 1º entreno en San Pedro y Baradero), viajo mucho jajaja.
Barcos: ¿Cómo y quién determina la categoría en la que vas a competir?
GC: Eso lo determinan los entrenadores dependiendo del objetivo de ese año del equipo. Ese año se armó el K4 y con la misma gente se formó el K2. Ese año estaban muy pegados la clasificación olímpica y los Panamericanos y el gran objetivo era clasificar para los JJ.OO. de Río 2016, K4 100m. No priorizamos tanto la preparación para los Panamericanos, obviamente que fuimos a ganar pero la preparación no se priorizó tanto y entonces no llegamos tan bien. Los Panamericanos son cada cuatro años, siempre un año antes que los JJ.OO. Quedamos terceros en K4 y segundos en K2. Un mes después clasificamos a los Juegos, fue en Milán en el Mundial. Tuvimos un año para entrenar y salimos 12º en K4, podíamos haber estado un poco más adelante teníamos muy buen nivel, pero eran nuestros primeros juegos y éramos un poco inexpertos y en esas competencias tiene mucho valor la experiencia.
Barcos: El hecho de dedicarte al deporte exclusivamente, ¿te hace dejar actividades de lado como salidas con amigos, etc?
GC: No es que dejé de vivir cosas, es que las viví diferente. Si tomás el deporte como sacrificio, seguramente sufras por dejar algo de lado, depende cómo lo encares. En la vida siempre para hacer una cosa, dejas otra. Obviamente no hice mucho de lo que hubiera hecho si no hubiese elegido ese camino, pero no lo veo desde el lado del sacrificio. Tal vez siendo más adolescente hubiera sido distinto, ya que tu vida es muy diferente a los chicos que te rodean. No me arrepiento y viví un montón de cosas que me dio el deporte, viajar, conocer un montón de gente de otros países, otras culturas y el lado deportivo, de poder hacer todo lo que hago durante el día para mí, entrenar para mí, tener objetivos nuevos y trabajar por ellos. Eso no lo negocio, no me arrepiento para nada. Hay limitaciones como por ejemplo la vida nocturna, poder ir de vacaciones en verano con mi familia o amigos, pero estás dentro de un equipo, con una rutina determinada y reglas a cumplir. Tuve la suerte de poder elegir y elegí dedicarme al deporte.
Barcos: ¿Cómo es un día en la vida de Gonzalo Carreras?
GC: Entreno todos los días, menos los domingos en los que descanso. Nos levantamos, desayunamos, vamos a entrenar, por lo menos dos turnos de agua a la mañana hasta el mediodía. Tres veces por semana repetimos esto por la tarde, puede ser agua, gimnasio, correr, depende del plan y va cambiando. Entrenamos en el Club Nordelta, que nos abrió las puertas hace unos años, el gimnasio está en la Pista Nacional en el Camino de los Remeros y corremos por Tigre.
Barcos: La cuarentena afectó todo este esquema. ¿Cómo lo viviste?
GC: Una semana antes de que se decretara la cuarentena, el entrenador vio venir la situación y, como vivíamos juntos nos hizo aislar. Teníamos todos los elementos para entrenar en la casa que compartimos, pero al no tener la posibilidad de circular, cada uno se fue a su casa. Nos tuvimos que arreglar como podíamos. Yo pude contar con un ergómetro, que es un simulador de kayak. Pude entrenar así, sin agua y conseguí los elementos para poder armar un especie de gimnasio en casa. No se compara la calidad de entrenamiento en el agua pero seguí haciéndolo. No dejé nunca. Fueron cerca de dos meses porque en un momento se autorizó a los deportistas olímpicos a ir al agua, tanto los que estaban clasificados como los que teníamos el preolímpico pendiente y pude remar. Fue un especie de bajón anímico, había días que no tenía ganas de entrenar, vivir la incertidumbre y que se te nublan los objetivos, que te marcan adonde ir, de un día para otro queda todo en el aire y fue raro. Pero bueno, fue algo inesperado, muy duro, costaba mantener la motivación y con el tiempo lo fuimos asimilando, acomodando y, al posponerse los JJ.OO. un año y confirmarse el preolímpico para este año, las cosas se fueron acomodando.
Barcos: ¿Siguen alguna dieta de comida, tienen una rutina?
GC: El equipo entero trabaja con dos nutricionistas que manejan el menú. Mientras estamos en Tigre nos traen todos los días las viandas de comida y se hace muy llevadero. Mientras estamos en nuestras casas, seguimos sus indicaciones. Como estudiante de nutrición, sé que la alimentación es fundamental. Empecé hace dos años, después del CBC empecé la carrera de bioquímica pero me quedaba muy lejos para cursar, terminaba de entrenar y debía ir a Capital, 2 horas de viaje porque no tenía movilidad propia; realmente no me daba el tiempo para hacer todo. En ese entonces, la Secretaría de Deportes hizo un convenio con la Fundación Barceló que tiene la carrera de nutrición a distancia y se rinde libre o presencial. Eso me favorecía porque podía cursar en cualquier lugar en el que estuviese entrenando y manejar mejor los horarios. Son 4 años y los curso como puedo, voy a tardar más pero me da la posibilidad de acomodar. Además de ser algo que me gusta, es una actividad que me ayuda a despejar un poco de lo que es entrenar todo el día y me brinda otra perspectiva para el futuro.


Barcos: ¿Cuáles son las categorías del canotaje?
GC: Equipo de velocidad, que es la disciplina olímpica y más desarrollada, maratón, 1000m y 500m, K1 (individual), K2 (2 tripulantes)y K4 (4 tripulantes), y en 500m, individual y de a dos. Se fueron modificando y actualmente se compite con 1000m, de a uno y de a dos, y 500m que se corre de a cuatro. Está 200m que se corre de a uno y es muy corta. Actualmente estoy remando de a dos, con Manuel Lascano K2 1000m con objetivo de clasificar a Tokio. Todavía no se hizo el preolímpico, el Preolímpico Continental se pospuso por la pandemia y se hace en abril en Curitiva, Brasil. El primero que califique de América es el seleccionado. Estamos con esa incertidumbre pero el objetivo es Tokio y son los últimos dos meses. Clasificado está Agustín Vernice, del Mundial pasado en el que competí en K4 no clasificamos. Para los JJ.OO. de Río fue diferente porque habíamos clasificado en K4 en el Mundial del año anterior. Fueron 1000m y una preparación totalmente diferente.
Barcos: ¿Cómo se sincroniza y se determina el puesto en el bote al remar de a dos?
GC: En el kayak hay timón trasero que se conecta con un palo que está entre los dos pies, pero como corremos en pista derecho, el timón hace pequeñas correcciones. Se usa más que todo en días de viento para mantener la línea recta. Generalmente voy atrás en el K2, hay cualidades físicas que determinan en qué lugar se rinde mejor, depende de la versatilidad poder ir adelante o atrás. En el K4 se marca más. Por mi forma de remar y mi físico, voy atrás. Y para coordinar, es un trabajo bastante arduo y ceder, ya que el que va adelante es el que guía y hay que llegar a muchos acuerdos para lograr que el bote vaya tanto desde la planificación de una competencia, cómo vas a correr, hasta las cuestiones técnicas. No remamos todos igual, cada uno tiene su estilo y detalles técnicos. Para que los botes de equipo funcionen cada uno tiene que ceder algo y acomodarse a la forma en que el bote vaya mejor para rendir al máximo. Para llegar al mejor nivel hay que tener estas cosas en cuenta, lleva tiempo de trabajo, entrenamiento, ver videos, sentir el bote mientras remas, experiencia y conocimiento del otro.
Barcos: ¿El entrenamiento es siempre de a dos o de a cuatro?
GC: Muchos entrenamientos son individuales, cuando son lejos de la fecha. El ritmo que trabaja cada uno es muy personal y cuando se van acercando las competencias se trabaja más sobre el bote que se va a utilizar.
Barcos: ¿Cuál es la diferencia entre remo y pala?
GC: El remo va fijo en el bote, se calza en el tolete. Nosotros tenemos una pala con dos cucharas y está separada del bote. Vamos hacia adelante y el remo va hacia atrás. Es difícil la sincronización, en un K4 y en 500m, son 160 paladas por minuto, más o menos, en la partida son más de 2 paladas por segundo. La coordinación con velocidad es más difícil aun, lleva mucho tiempo de trabajo. Por eso los logros se disfrutan mucho más porque lleva mucho tiempo y esfuerzo invertidos.
Barcos: ¿Siendo tu físico tu elemento de entrenamiento, consideras su cuidado?
GC: Sí, siempre cuido que no me pase nada. Con los años fui aprendiendo que soy deportista las 24 horas del día. No se puede entrenar y salir de tu vida deportiva porque tanto la alimentación como el descanso y cómo cuidar tu cuerpo son fundamentales. No juego un picadito de futbol con mis amigos hace años, porque podes tener una lesión innecesaria que frene el entrenamiento. Obviamente algún permitido hay, pero la idea es que para estar en un primer nivel todo lo que haga tiene que estar enfocado en mejorar tu rendimiento y mantener tu físico en óptimas condiciones.
Barcos: ¿Tuviste alguna lesión que te inhabilitara para correr?
GC: Sí, en 2019, cuando venían los Panamericanos que eran un objetivo muy grande para el equipo, estábamos dentro de los mejores países del continente, entrenando en K4 en el que nunca un argentino había ganado una medalla de oro y había posibilidades reales de ganar por el rendimiento que veníamos teniendo hace años. Se iban a seleccionar a los 4 que iban a estar en el bote, y faltando menos de dos meses para el selectivo, un día que estaba entrenando se define una hernia inguinal ¡y me tuvieron que operar de urgencia! No se sabía la recuperación que podía tener. Fue un médico buenísimo que hizo un muy buen trabajo y fue mucho más corta de lo que se esperaba. Pude volver a entrenar y hacer el selectivo y entré. Ya cuatro meses después estaba corriendo los Panamericanos.
Barcos: Cuando viajas, ¿llevas tu bote o te proveen de uno en destino?
GC: La marca de botes que usamos es internacional y tiene un convenio con la Federación para tener uno en destino, son los mismos modelos. Es portuguesa, se llama Nelo y es líder en canotaje. Yo tengo dos K1, uno en casa para cuando voy, pero estando acá en Tigre entreno con el bote del equipo. Llegando a la fecha de la competencia ya querés entrenar con el bote con el que vas a correr. Además yo soy pesado y no hay muchos botes de mi talle XXL.
Barcos: Vos decis que tienen entrenadores y todo un equipo armado, ¿cómo funciona? ¿Quién decide?
GC: Hay un jefe de entrenadores, después el de 1000m que están todos los días con nosotros. Además tenemos un entrenador de gimnasio y preparador físico. Cada grupo tiene su equipo. Personalmente tengo un psicólogo deportivo aparte y tenemos también kinesiólogo. Toda esta estructura está armada por la Federación Argentina de Canoas. La Federación, a su vez depende del ENARD. En deportes como el nuestro es muy difícil conseguir sponsors, no son tan difundidos a pesar de estar hace tantos años. En deporte amateur en Argentina es difícil conseguir fondos particulares.
Barcos: ¿Consideras que el canotaje es un deporte caro? ¿Se puede practicar con un kayak común o tiene que ser específico?
GC: Para alguien que quiera arrancar en el deporte, los clubes tienen los elementos para empezar. Ya estar en un alto nivel, eso sí es caro, un bote nuevo sale U$S 4.000 y traerlo, un tanto más, Hay botes nacionales pero los de primer nivel son los importados, de fibra de carbono. Una pala está en U$S 500. A nosotros, por ser del equipo nacional obtenemos en algunas marcas ventaja en los precios. Nuestros kayaks son olímpicos, de competencia, el K1 mide 5.20m, el K2 6m y el K4 mide 11m, son botes grandes, angostos e inestables (hay que tener mucho equilibrio)
Barcos: ¿Cómo es la cancha de regatas?
GC: En una pista internacional cada 12,5m hay una boya, durante 1000m. Vos ves, de la largada hasta la llegada como un andarivel, son 9 carriles bien marcados, sobre eso se hacen las competencias, en mangas, en series de 9 competidores. Hay series, semifinal y final en una competencia en la que se van eliminando. La largada es un largador automático, un cepo donde se calzan las proas de los botes. En cada largador hay parlantes, se da la voz de largada por micrófono, se baja el cepo y salen los botes. La llegada es una línea imaginaria con una boya y los jueces que están verificando. Está todo encuadrado, es una pileta de natación gigante. En Argentina no tenemos ninguna todavía.
Barcos: Vamos cerrando esta lindísima charla con quien haya influido en tu carrera
GC: Viajar a ver a mi familia implica tener que testearme cada vez. Ahora que ya pasé por la enfermedad, no tengo tanta exigencia. Pero era volver y estar aislados 14 días y entrenar solamente. Tener auto da esa ventaja de poder viajar estos 150 km. Ir a visitar a mi familia me da un respiro, pensar que estoy todos los días con la misma gente, hacemos todo en grupo, es lindo salir de esa rutina y ver a tus seres queridos, me despeja la cabeza.
Mi familia es mi pilar, en deportes como estos en que tenés que entrenar afuera, cuando sos chico te tienen que llevar a todos lados, te tienen que comprar el bote, la pala, muchas cosas… si no tenés el apoyo de tu familia es muy complicado. Para mí, el apoyo de mis viejos hizo que pudiera llegar hasta acá y mucho más.

 

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