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EDICIÓN IMPRESA – IZARRA POR EL MUNDO

Cómo nos preparamos para zarpar

Nuestra estadía en la zona de Angra dos Reis está llegando a su fin. En abril pretendemos comenzar a remontar la costa brasileña rumbo al Caribe.
Cómo no podía ser de otra manera, el Izarra empezó a reclamar atención -debe haber escuchado algo sobre dejar atrás las aguas calmas y los vientos suaves de la bahía de Ilha Grande-. La semana pasada se rompió el diafragma de la bomba de pie para agua y “algo” le pasó al sistema de la heladera a compresor. Hoy, tras meterle más gas, reventó el reservorio y salía tanto gas blanco, que el barco parecía un recital de Michael Jackson. También empezaron a gotear dos ventanitas y se rompió una bisagra de un tambucho, que hubo que desarmar íntegro, acrílico y todo. ¡Estamos sin tambucho y llueve todas las noches!


Pero bueno, volvamos al tema central de esta nota. Cómo nos estamos preparando para la próxima etapa. Hay varios aspectos a tener en cuenta.

Itinerario
Primero que nada -y contrario al lema que dice “primero el deber y luego el disfrute”-, estudiamos el itinerario que es lo que nos llena de entusiasmo y coraje. Para planear el recorrido en general y la época del año en que navegaremos los distintos tramos, tenemos el libro “World Cruising Routes” de Jimmy Cornell. Explica los vientos y corrientes marinas en cada rincón del mundo en cada época del año, lo llamamos “La Biblia”.


Para planear las escalas, tenemos una guía náutica de Brasil, escrita por Pete Hill, titulada “Brazil: Cruising Guide”. Es bastante detallada y completa. También hemos encontrado información en portugués en la página web de la regata que va de Recife a Fernando de Noronha www.refeno.com.br
Los puntos que consideramos para que un fondeadero sea apto, son el calado y la protección de los vientos que provea el lugar, ya sea, isla, río, puerto natural o artificial, barra de arrecifes o bahía. Más al norte también entra en juego el factor ‘Seguridad’. Las singladuras hasta Salvador de Bahía pasando por Río de Janeiro, Cabo Frío, Abrolhos, entre varios otros menos conocidos, serán esperando frentes fríos provenientes de cuadrante SW. A partir de las recaladas en tierras bahianas, tendremos vientos francos regulares. Más al norte, luego de recalar en Recife, al viento favorable se le suma la corriente marina que nos arrastrará hasta las islas caribeñas.

Mantenimiento
El segundo gran tema a atender es el mantenimiento de los sistemas del barco.


Como vivimos a bordo, todo lo referente al barco como vivienda, está en uso permanentemente, lo cual es bueno y malo. Bueno, porque lo mantenemos a diario y malo porque se desgasta a diario. Pero, el motor y todos los mecanismos para navegar a vela merecen atención especial. El Capitán le hace los servicios correspondientes al Yanmar, respetando los intervalos que indica el manual y siempre tratando de usar repuestos originales ¡Gracias a Tritón hay una persona disciplinada en el Izarra! Llevamos repuestos de correas, filtros de gasoil, filtros de aceite, bomba de combustible, bomba de agua, rotor y hélice. También conseguimos cámara vieja de auto que siempre sirve para parchar cosas.
Próximamente tenemos que desarmar, limpiar y lubricar los molinetes, tarea que requiere desembarcar a los niños revoltosos todo el día para no perder piezas minúsculas, de esas que suelen esconderse en la sentina. Luego tenemos que limpiar todos los motones, patines, enrolladores, relingas y demás elementos móviles. La jarcia fue hecha a nueva hace 1 año antes de partir.
Tenemos un arsenal surtido de grilletes bulones, tuercas, tornillos, remaches pegamentos y demás material para hacer reparaciones desde eléctricas hasta costuras de velas.

Seguridad
Por último nos tenemos que ocupar del tema espinoso: los elementos de seguridad y emergencia. Llevamos 7 salvavidas tamaño Aquiles y Ulises, para que siempre tengan repuesto seco si se mojan con la salpicada. Ponemos líneas de vida y tenemos arneses para todos. Además, tenemos 2 salvavidas nuestros, más los que exige prefectura. Tenemos 1 salvavidas redondo para tirar suelto, uno tipo herradura atado a una boya con luz automática y un cabestrillo flotante de rescate atado a 30 metros de cabo flotante. Llevamos el bote inflado sobre la planchada, en popa, listo para poder tirar al agua si hiciera falta. A proa de la chubasquera tenemos una balsa salvavidas en su contenedor rígido y una baliza epirb. Tenemos 1 GPS y 1 VHF de mano de repuesto con sus pilas ¡muy importantes! También llevamos un módem satelital, el Iridium Go, que nos permite descargar pronósticos meteorológicos, enviar nuestra posición por email periódicamente, mandar mensajes de sms, hacer llamados y tiene el ominoso botón de SOS.
Además de los 400 litros de agua que hay en los tanques, llevamos 100 litros de agua en bidones.
Por último, tenemos pendiente armar el bolso de abandono que debe ser estanco. Hay que empacar VHF, GPS, botiquín, panel solar portátil para cargar celulares y pilas, aislamiento térmico, cortaplumas y algún alimento energético.
Cuando hacemos todos estos preparativos de seguridad, removemos miedos innombrables y a veces nos despertamos en medio de la noche pensando en el tema. Por suerte todos los días sale el sol y todo se ve mejor.
Cuando elegimos este barco, fue por su dureza, sus líneas marineras y su timón con skeg. Hoy día contamos con pronósticos meteorológicos extendidos muy confiables y hemos estudiado mucho la ruta que vamos a seguir. Estamos convencidos de que todas esas medidas de seguridad, son solo para no tentar al destino.
Para acompañarnos en este viaje sígannos por Instagram en @navegando_el _izarra.

barcos@barcosmagazine.com

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