El proyecto surgió hace 11 años cuando estábamos de novios y salíamos en un Bordiga 18 en el que Ezequiel aprendió a navegar. En el primer cruce a Riachuelo tardamos 18 horas y ¡en el segundo mejoramos el tiempo con 17!
Luego de un año de enmantecar el río tirando bordes de 80grados, siendo Ezequiel Veterinario, yo Ingeniera Agrónoma y con mucho en común decidimos ir a Nueva Zelandia a trabajar con vacas para ahorrar plata y volver navegando en velero. Después de 2 años entre bovinos cambiamos el plan y nos fuimos 3 meses a Indonesia, West Papua, Camboya, Laos y Tailandia para terminar 6 meses más en el medio de la selva Camerunesa, sin agua corriente, electricidad, ni señal de celular, cuidando chimpancés rescatados de la caza y el cautiverio ilegal.
Volvimos a Argentina y paso a paso hicimos todo con el único fin de comprar el barco e ir a recorrer el mundo. En el medio nos casamos, adoptamos a nuestra perra Nyanga y nacieron Aquiles y Ulises que hoy tienen 4 y 5 años.
¡¡Pasaron 7 años!! Y no hubo día en que no soñáramos con ¡EL BARCO!
En 2020 se dio y compramos un Victory 42 (12,7m), con aparejo cutter, construido en fibra de vidrio en 1980, ¡el IZARRA! Nos tomó 1 año prepararlo, la mitad del tiempo viviendo a bordo rodeados de herramientas mezcladas con juguetes. Lo pintamos íntegramente, le cambiamos la hélice, le instalamos un arco con un enorme panel solar de 400W, una planchada en popa, una chubasquera rígida para protegernos de las olas, se le sacó el mástil para cambiar toda la jarcia, y le instalamos un enrollador de trinquetilla, reforzamos las velas viejas, rearmamos el circuito eléctrico y electrónico, le instalamos heladera eléctrica, re aislamos todo el interior y ¡mil cosas más!
Finalmente y con las emociones a flor de piel tras tanto soñar y proyectar, soltamos amarras en el Club Náutico Sudeste. Hubo lágrimas de emoción, se empezó a liberar un torrente de ansiedad acumulada durante mucho tiempo y toda esa perseverancia tuvo sentido.
Debido a los 2,15m de calado, no pudimos salir por el canal costanero y tuvimos que hacer noche en El Sueco para salir a la mañana siguiente por el canal Mitre – entre los Buques – rumbo a Colonia. Era nuestra primera navegada en este barco ya que , debido a lo bajo que estuvo el río ese año nunca podíamos salir.
Luego navegamos a Puerto Sauce y a Piriápolis, desde dónde acompañados por 3 amigos hicimos el tramo directo a Ilha Grande en 7 días. La navegación fue espectacular con vientos entre 15 y 30 nudos de través y aleta con ¡una velocidad de entre 5 y 8 nudos!
Nos quedamos unos meses recorriendo la Bahía de Ilha Grande, desde Parati hasta Angra dos Reis con sus cientos de islas. Generalmente hay muy poco viento y el mar está planchado. Los morros verdes son imponentes, playas rodeadas de cocoteros, árboles de papaya, bananos desde donde te observan los monitos, un paraíso para los navegantes ¡tan cerca de Buenos Aires!
Con Ezequiel nos gusta bucear en apnea, él caza peces con su arpón para comer y yo saco fotos y videos.
Todas las mañanas después del desayuno nos tomamos el compromiso de darle clase a los chicos, siguiendo el programa del SEADEA. Ellos ya están muy acostumbrados al barco donde vivimos desde hace 1 año y se adaptaron enseguida ¡a la vida de playa!
Ahora estamos en Río de Janeiro y vamos a empezar a subir por la costa brasileña.
Los tramos hasta Salvador de Bahía serán esperando los frentes fríos del SW ya que sopla eternamente del NE y la corriente sigue la costa hacia el sur.
Estén atentos a la publicación de la siguiente etapa ¡rumbo al Caribe!!
Por: Virginia Britos