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EDICIÓN IMPRESA – Historias marinas del beber (a bordo)

Uno de los aspectos más atrapantes y seductores de nuestra cultura náutica son las tradiciones marinas, que se esparcieron por el planeta con singular atractivo y misteriosos secretos, que las hacen más atractivas. Hoy redescubrimos las que se relacionan al buen beber a bordo.

Dejemos algo en claro. Esta nota excluye los ejemplos actuales de un contexto de jóvenes (y no tan jóvenes), nuevos nautas experimentales que antes de embarcar y durante toda la jornada a bordo llevan litros de cerveza u otras bebidas más espirituosas en sus estómagos al ritmo de música y bailando; eso es modernidad, una moda, una forma de alcoholizarse o un nuevo formato de comunicación: no lo sé ciertamente.
Lejos está eso de este pequeño resumen histórico de la cultura alcohólica a bordo, que refleja la necesidad de la existencia de bebidas espirituosas en los buques para vencer el frío, dar valor, las situaciones difíciles, lidiar con el miedo, desinfectar heridas de guerra o simplemente para beber en soledad o en la alegría de llegar a puerto.
Un galón de cerveza por día y por cabeza: eso es lo que recibían por día los marinos ingleses del siglo XVII, cuyo imperio estaba en su apogeo y a medida que se agrandaban las conquistas terrestres se incrementaba la flota de navíos propios y hacía muy difícil llevar tanto líquido a bordo. Fue entonces que en 1655 se cambió la cerveza por el ron y se estandarizó la ración de “tot” en media pinta (aproximadamente medio litro (568 ml o 20 onzas líquidas sistema inglés).


A las 11 AM en punto el contramaestre (boatswain o bosun) repartía el tot, anunciando con seis campanadas al grito de “up spirits!” (¡Arriba los ánimos!).
Esta costumbre siguió hasta que los problemas que provocaba el alcoholismo a bordo fueron imposibles de contener; en 1740, el almirante Edward Vernon dispuso que ron se diluyera en cuatro partes de agua y que la ración se dividiera en dos entregas diarias. Vernon comenzó a ser muy mal visto por la marinería. Tal vez, haber perdido su flota –la más grande flota inglesa jamás reunida- al intentar tomar Cartagena de Indias haya sido el precio de “bautizar” el preciado néctar de los marinos.
Volviendo al ron, esta bebida diluida con agua comenzó a llamarse “grog”, y fue en recuerdo a su inventor, Vernon, a quien apodaban “Old Gron” en alusión a los abrigos que usaba, confeccionados en “grogam”, tejido de mezcla de lana y seda, muy rústico y barato de la época y que se usaba mucho a bordo. Respecto de apodos, después de la batalla de Trafalgar (1805), el ron se pasó a llamar “la sangre de Nelson” (Nelson´s blood). Muerto en batalla, el cuerpo de Horacio Nelson volvió a Inglaterra dentro de un barril de ron, aunque investigaciones histográficas determinaron que era un barril de cognac. Según los rumores de los marinos, el cadáver había llegado intacto a su querida patria, aunque todo el líquido del tonel había desaparecido. Obviamente habría sido bebido previamente por la leal tripulación del “HSM Victory”. Pero el alcoholismo siguió haciendo estragos a bordo. En 1824 se volvió a rebajar. En 1850 se creó el “Comité de Grog” para terminar con esa costumbre marina, que ya era mal vista. Pero sólo se logró volver a rebajar la medida hasta un octavo de pinta y suprimir la entrega de la tarde. En 1881 se eliminó completamente la ración para los oficiales y en 1918 para los suboficiales. En 1970, a pedido del Almirantazgo y para dar seguridad y eficiencia a los complejos medios navales (la electrónica ingresa a la navegación de lleno) logró que la Cámara de los Comunes derogara definitivamente la dosis diaria de ron para los marineros, aunque transitoriamente lo sustituyó por una lata de cerveza. El 31 de julio de 1970, a las 11 hs en punto se sirvió el último tot a bordo con las seis campanadas de costumbre. Es de imaginar el descontento de los tripulantes, las parodias de funeral de los barriles, solemnes lanzamientos de jarros de tot al mar; la fecha quedó marcada en la memoria colectiva como el “Black Tot Day” y hasta hoy se conmemora con borracheras, tanto a bordo como en tierra.


Pero la presencia del ron a bordo va más allá de la ración diaria: una poderosa influencia es la orden “Splice the Mainbrace”, que es reparar la braza de la verga principal del palo mayor. Este cabo es vital en la maniobra de la vela grande, siendo el blanco preferido de la artillería en época de los grandes veleros. Además de grueso y pesado, pasaba entre motes y aparejos, difícil de reparar y sólo podía repararse con una costura o falceteado, trabajo difícil y riesgoso a bordo de los barcos de la marina real. El precio por realizarlo era un tot extra para todos los que intervenían en la tarea; y el contramaestre, por su parte, se cobraba un sorbo de cada taza… así entonces, la frase “Splice the mainbrace”se volvió común para ordenar una ronda de bebida o tomar de más. Hoy esa orden se da en los barcos de la marina británica para celebrar un nacimiento en la realeza, la visita de un monarca a uno de los barcos, una victoria o antes de una batalla.
El Royal Naval Tot Club tiene delegaciones en todo el mundo. En Antigua y Bermuda, los miembros se reúnen cada día a las 6 PM para presentar y departir con invitados, leer las efemérides navales de la jornada (hechos navales históricos correspondientes a esa fecha) y luego se brinda cada día por algo diferente, cerrando el brindis con las palabras “…and the Queen, God Bless Her” (y la reina, Dios la bendiga).

Algunos brindis marineros diarios famosos son:
Lunes: Our ship at sea – por nuestro buque en el mar
Martes: Our men – por nuestra gente, nuestra dotación
Miércoles: Ourselves (as no one is likely to concern themselves with our welfare) – por nosotros (ya que nadie se preocupará demasiado por nuestro bienestar)
Jueves: A bloody war (and quick promotion) – Por una guerra sangrienta y un rápido ascenso.
Viernes: A willing foe and sea room – Por un enemigo bien dispuesto y espacio de maniobra en el mar.
Sábado: Sweethearts and wives, may the never meet – Por nuestras amantes y esposas, ojalá nunca se encuentren.
Domingo: Absent friends and those at sea – Por los amigos ausentes y los que están en el mar.
Otros clásicos: “Fair winds, following seas and always a foot of water below the keel” – Buenos vientos, marea a popa y siempre un pie de agua bajo la quilla.
Pero el brindis más apreciado es: “ The wind that blows, the ship that goes and the lass that loved a sailor” – Por el viento que sopla, el barco en el que vamos, y la joven que amó al marino.
Para ser miembro del Tot Club hay que ser presentado formalmente, pasar un test de historia de la Royal Navy – en especial sobre la vida de Nelson, y tomarse siente tots en un período de catorce días.

Por: Gustavo Revel

Parte 1. Fuente: A.G. Otamendi

barcos@barcosmagazine.com

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