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EDICIÓN IMPRESA – GABRIEL MARIANI: El legado de una tradición familiar que no se detiene

La familia Mariani goza de un prestigio inigualable, no sólo en nuestro país sino a nivel mundial. Guillermo padre, fundador de la empresa King que luego sería King Harken, y sus hijos Guillermo y Gabriel han sabido desarrollar la gran experiencia que el mundo de los negocios y empresas náuticas les ha presentado.

De visita en Valencia, España tuvimos el placer de visitar a Gabriel en la base de King Marine, quien nos contó un poco la situación de la náutica en su empresa y cómo se perfila este difícil momento de tensa relación en Europa.

Barcos: ¿Cómo se presentó esta veta de King Marine en Valencia?
Gaby Mariani: La historia de King Marine en España arranca en el 2005 cuando designan a Valencia como sede de la Copa América, Agustín Zulueta, quien fue el creador del equipo Desafío Español era cliente nuestro. En el período de post devaluación en Argentina 2001/2002, en Buenos Aires le habíamos construido dos barcos. En ese entonces los precios eran muy convenientes y él, que era constructor de barcos decidió discontinuarlos en España y hacerlos en Buenos Aires. Como los números cerraban bien y nosotros hicimos todo lo que había que hacer para cumplir con lo pactado, habíamos ganado su confianza.
Como hay un tema reglamentario en la Copa América que indica que el casco debe ser construido en el país que va a representar el barco, nos consultó si estábamos preparados para construirlos en España, a lo que dijimos que sí.
Barcos: ¿Y cómo fue esa decisión?
GM: En agosto del 2005 yo me venía para acá solo y en el astillero (Baires) me lo cruzo a Pablo Santarsiero en ese momento con 22 años, platense, y a quien le faltaban dos materias para recibirse de arquitecto naval pero ya se destacaba como un gran valor. Y surgió esta corta charla: Yo: “Me estoy yendo para España el viernes, ¿querés venir?” Pablo: “¿A hacer qué?”. Yo: “Vamos a hacer los Copa América”. Pablo: “Te contesto mañana”. En 48 horas estábamos los dos en viaje. Fue una decisión, que vista en retrospectiva cambió mucho nuestras vidas y de nuestras familias, que han sido un pilar fundamental de esta historia.
Barcos: Instalarse en otro país, desarrollar el proyecto y terminar con un producto tan especial, ¿cómo lo viviste?
GM: No fue fácil montar un astillero en España, agosto, cuando está todo cerrado y con tiempos muy apretados. Agustín se había reservado el derecho de ayudarnos y cuidarnos y nos puso como manager técnico para la construcción de los barcos a un grupo de neocelandeses que tenían mucha experiencia. Nosotros aportamos la fuerza laboral y el management. Así fue como empezó el proceso de aprendizaje, aprender de gente que sabía más y hoy, 17 años después, Pablo Santarsiero, este platense que muy poca gente conoce en Argentina porque se fue a los 22 años, está considerado como uno de los mejores constructores de barcos en el mundo. Es un tipo muy serio, de muy pocas palabras pero tremendo planificador y en este mundo en que van surgiendo cosas todos los días, planificar es muy importante y él es un destacado. Ha sabido crear un gran equipo de técnicos especializados.


Barcos: La idea de instalarse en Valencia, ¿era temporal?
GM: Este fue el arranque, con la idea de que veníamos a hacer algo temporal, específicamente para la Copa América. Pero, lógicamente con el astillero ya montado, el equipo que empezaba a formarse surgió la posibilidad de construir un nuevo desafío, La familia Roemmers a través de Guille Parada nos encarga el primer TP 52, el Matador y mientras lo estábamos construyendo, el rey de España nos encarga el Bribón. Eso fue una locura absoluta porque normalmente, el TP 52 lleva 7 meses de construcción de los cuales 2 los llevan los moldes. Quedando 5 meses por delante, ¡lo construimos en 71 días! trabajando las 24 horas del día de los 7 días de la semana.
Barcos: Y siguieron los encargos y el éxito…
GM: Luego Pedro Campos, para la Volvo Ocean Race, del Team Telefónica, quería que construyéramos los dos Volvos 70, pero le llevó más tiempo cerrar acuerdos con los sponsors, al momento de cerrar no había tiempo disponible para la construcción de los dos barcos. Entonces construimos uno nosotros y el otro se hizo en Australia. Había dos equipos: el A y el B. Y el A eligió el nuestro.


Parte del secreto en esta industria, por supuesto además del número uno que es la calidad, es poder cumplir las fechas. Son equipos donde hay muchos profesionales involucrados, programa de navegación, de testeos de velas y demás. Cuando te fijan una fecha en la que viene el equipo a hacer un entrenamiento donde se mueven 30 o 40 personas de todo el mundo, con lo que implica tener reservas en hoteles, aviones, etc. es vital que el barco esté listo para poder navegar. Y en una industria tan imprevisible cumplir te hace destacar. Y King Marine siempre cumplió. Ningún armador que va lanzar un proyecto que involucran tanto dinero va a hacerlo porque ve un aviso o una nota, sino por las recomendaciones de su diseñador, de algún project manager destacado o de navegantes profesionales.
Barcos: Dada la situación por la que atraviesa principalmente Europa, en cuanto al desafío ruso, ¿en qué forma se ve afectada la industria naval?
GM: Y hoy estamos en una situación en la que King Marine está muy bien valorados y aunque el mercado es cada vez más chico, más complejo, King Marine sigue teniendo proyectos.
En estos momentos estamos haciendo el commissioning de un barco que es pionero, el “Flying Nikka” ayer mismo ya “voló” en el towing test y esperamos la semana próxima verlo foilear por sus propios medios, es el primer mono casco foileador, con quilla y bulbo, diseñado para hacer regatas Offshore, del tipo de la 151 Mille, la Giraglia o la Middle Sea Race.
Tenemos otros proyectos similares que por motivos de la guerra hemos tenido que detener a la espera de mejores condiciones
Barcos: ¿Y cómo timoneaste esta nueva “normalidad”?
GM: Desde que tenemos la base, empezamos a dar servicios. O sea que no sólo construimos, sino que hacemos otro tipo de trabajos. Estos días se superponen en la base muchos de los proyectos más importantes del momento, como el Botin 85´Deep Blue que viene a instalar un nuevo timón, el Flying Nikka, que involucra a 30 personas, a toda la tripulación del Cannonball, que luego de unas modificaciones que estamos terminando, hará un entrenamiento, es decir que caminar por la base estos días es como hacerlo por el Paddock de la F1, te cruzas con muchos navegantes destacados en un ambiente muy relajado,
Barcos: El ejemplo de Guillermo padre fue fundamental para encarar nuevos desafíos…
GM: Si seguramente. los “Chicos de Harken” como todo el mundo nos conocía, nos hicimos mayores, y repasando nuestra historia familiar, me doy cuenta de que el espíritu emprendedor viene de familia, hemos hecho muchas cosas para adaptarnos, para sobrevivir en un país tan cambiante. La experiencia fue que de cada crisis, de cada cambio, salimos fortalecidos. Hoy a la misma edad en la que mi papá dejó nuestra pequeña empresa para ir a navegar por el mundo con mi madre y Roberto Baylac, valoro mucho su capacidad para lanzarse a un nuevo desafío sin tener ninguna garantía, pero así lo hizo y ha sido siempre un ejemplo para nosotros.
Hemos creado King Harken, Optimist Lange, Compañía de Barcos, King Composites, King Marine, en Argentina y España, King Agro en ambos países. Siempre empujados por la necesidad y la pasión por hacer cosas.
Barcos: ¿Se puede proyectar en este marco de incertidumbre?
GM: Proyectos del astillero surgen todos los días. Tenemos un proyecto tipo Copa América para Owners’ Drivers de 80’, que son manejados por el mismo dueño con control de vuelo en software automático, que ya existía en la Copa América pasada, pero por reglamento estaban obligados a poner 2” de delay entre la información que te daban los controles y lo que ponías en piloto automático. 2” a 50 nudos es una eternidad, entonces lo tenían que llevar a mano pero el software de control de vuelo ya existía. Y en estos barcos, timoneados por sus propios dueños, más allá de tener sus propios tripulantes, que van a ser menos y es una ventaja para el propietario que no va a necesitar tanta gente para poder navegar, tan sólo 4 o 5 . Este proyecto lleva hidrogeneradores y baterías por lo que no requiere de un motor funcio-
nando permanentemente para generar la potencia hidráulica necesaria.
También estamos haciendo el Flying Nikka de 65’ para un italiano Roberto Lacorte. Y lo loco de este barco es que es un Copa América pero para correr regatas offshore. La regla para medir le obligó a poner una quilla que estamos haciendo de fibra de carbono para ganar más estabilidad en caso que el barco se tumbe. Él quiere correr las 151 Millas que es una regata famosa en Italia y se tienen que dar las condiciones de viento como para que pueda ir a 45 nudos y dar la vuelta en 4 o 5 horas, cuando normalmente era en 18.
Barcos: ¿Y los proyectos personales?
GM: Hoy, junto a Fabi, mi esposa y socia de toda la vida estamos largando amarras para que, en alguna pequeña medida continuar con la tradición de navegar por el mundo que inauguraron mis padres en la familia, el astillero queda en las mejores manos, de nuestro socio y amigo Pablo Santarsiero. Sigo de cerca todo lo que pasa en King Marine porque me apasiona y hay muchos proyectos aplicando las nuevas tecnologías, que espero podamos trasferir a otras industrias como lo hicimos en King Agro. Hoy King Marine procesa unas 3 toneladas de carbono al año, (Ejemplo 3 TPs 52 ) en el mismo periodo King Agro, ya en manos de John Deere procesa 300 toneladas, y nos llena de orgullo ver que nuestra visión era correcta.
Barcos: Gracias Gaby por recibirnos y deseamos que se resuelvan pronto los inconvenientes.
GM: Gracias Tere por tan agradable visita.

barcos@barcosmagazine.com

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