“Construiré un barco fuerte de manera que pueda soportar la presión del hielo y viviendo en ese barco para flotar con el hielo. Será lo suficientemente grande para llevar provisiones para doce hombres para cinco o seis años” Fridtjof Nansen.
Seguimos con el resumen de esta historia magnífica, que merece la pena conocerse.
Texto: Gustavo Revel – Fuente: Museo Fram
Fotos: Museo Fram / Gustavo Revel
Primera Expedición FRAM (1893-1896)
En otoño de 1884, Nansen vio un artículo del profesor de meteorología Henrik Mohn sobre piezas encontradas del naufragado buque de expedición estadounidense “Jeannette”, las que tal vez, debían haber sido transportadas por una corriente a través del Océano Ártico. Nansen conectó esa teoría con otros hallazgos, como el bosque siberiano a la deriva y la tierra que había visto en el hielo frente a la costa este de Groenlandia en 1882.
Nansen basó su teoría basándose en que existía una corriente oceánica que fluía por debajo de las masas de hielo, corriendo de este a oeste. A partir de allí imagino alcanzar el Polo Norte a costa de la deriva del hielo. Llegó a la conclusión que un barco fuertemente construido podría probar su teoría a la deriva con el hielo que se movía de este a oeste. Nansen quería que varios científicos lo acompañaran, pero ninguno iría en ese peligroso experimento, cuya duración sería de tres a cinco años.
Pero Nansen siguió adelante, preparando la expedición extremadamente bien, consultando con científicos, expertos en nutrición, cazadores y pescadores que conocían sobre la navegación ártica, probando nuevos equipos de avanzada y creando los propios por su reconocida expertise.
La teoría de Nansen de una corriente a través del Océano Ártico fue presentada a la Royal Geographical Society el 14 de noviembre de 1892. La respuesta fue mixta: algunos expertos árticos lo apoyaron, mientras que otros lo llamaron suicida. Se dudaba especialmente que un barco pudiera sobrevivir a la presión del hielo. El plan de Nansen de dejar que el barco se congele en el temido hielo del Océano ártico fue revolucionario. Pero más revolucionario fue el diseño y la construcción del barco que hoy es mucho más que una leyenda.
Nace el FRAM
Haber conocido el Museo Fram y ver “in situ” esta construcción de más de 131 años intacta, no puede describirse con palabras simples. Y luego de conocer su historia, haciendo el ejercicio de ubicarme en tiempo y espacio, no deja de asombrarme de manera exponencial. La tecnología de hoy nos simplifica la vida: todo es fácil y predecible. Pero en esos años, donde todo estaba por descubrirse y los avances tecnológicos eran muy espaciados en el tiempo, me hace pensar que hombres como Nansen y los participantes de esta travesía, tenían, además del conocimiento propio en cada materia, ese rapto de “locura” necesaria para estos emprendimientos. Celebro la existencia de estos personajes a quienes Dios les dio el “don” para llevar a cabo parte de la historia de la civilización.
Hablar del FRAM es alucinante. Fram significa, en noruego “adelante”. Pero prefiero mostrarlo en imágenes y en un breve resumen.
Es un barco con casco redondeado, con sus bandas lisas para que el hielo no pudiera agarrarse para presionar el barco hacia abajo, sino que, por el contrario, lo presionaría hacia arriba, montándolo en la masa de hielo. De esta forma, el barco se movería sobre la masa de hielo a merced de las corrientes.
Los materiales de madera eran más fuertes, más gruesos y más espaciados que en cualquier barco de la época.
El timón y la hélice se podían izar dentro de un habitáculo en popa para protegerlos de los daños que causaría, indudablemente, la presión del hielo.
Las dimensiones del barco eran compactas, ideal para la maniobra en el hielo y muy reforzado, para soportar esas presiones adicionales.
El FRAM se construyó en el astillero Larvik, de Noruega, con las siguientes características generales: eslora: 39 mts, manga: 11 mts, puntal: 5.5 mts y un desplazamiento de 800 toneladas a máxima carga (¡!!!). Tanto la proa como la popa estaban completamente reforzadas: la proa, tenía madera de roble de 1.25 mts de espesor. Los costados tenían 70 a 80 centímetros de grosor y tenían tres capas: las dos interiores de roble y la exterior en “greenheart” (una especie de laurel resistente al hielo).
La clara entre cuadernas de roble es entre 30 y 40 cm, atornilladas en pares. Posee más de 400 escuadras de refuerzo que vinculan las distintas cubiertas con las cuadernas, las bulárcamas y los niveles de cubiertas.
Los espacios entre cuadernas se llenaban con una mezcla de brea, alquitrán y aserrín. El interior estaba totalmente soportado entre vigas de roble y pino unidas con hierro. FRAM fue diseñado como una goleta de tres mástiles, siendo el principal de pino de montaña de 34 metros de altura.
Tenía un motor de triple expansión de 220 CV (164 kW) que le otorgaba una velocidad de 6-7 nudos en mares tranquilas. Fue botado en 1892. También llevaba un molino de viento que hacía funcionar un gene-
rador que permitía el funcionamiento de las primeras lámparas de arco.
La tripulación era de 16 personas, siendo todos asignados a las diferentes comodidades que ofrecía el buque. Tenía mucho espacio de bodega para llevar las velas, provisiones para tres inviernos, combustible, trineos, equipos de laboratorio y demás.
Todo estaba perfectamente estudiado para esta travesía tan especial, la cual tenía un cincuenta por ciento de posibilidades de terminar en tragedia, con el barco destruido por los hielos del ártico.
La partida
Nansen parte con el Fram desde el puerto de Vardo, el 21 de julio de 1893.
Luego de dos meses de travesía con rumbo noreste buscando espacios entre los témpanos flotante, el Fram quedó suspendido sobre la masa polar ártica, justamente el 22 de septiembre de 1893.
Se levantaron el timón y la hélice, se guardaron las velas y se erigió un molino de viento para generar luz eléctrica. Las casetas para perros se hicieron primero en cubierta y luego en el hielo. Se establecieron rutinas para la vida diaria y para todas las observaciones o mediciones científicas. La deriva hacia el noroeste fue muy lenta debido al viento norte, lo que causó gran frustración para Nansen.
En un momento parecía que la expedición llevaría ocho años. Nansen se preguntó si su teoría era errónea. Solo una vez el barco fue amenazado duramente: 5 de enero de 1895: la presión del hielo aumentó y empujó enormes bloques de hielo por el costado del Fram y hacia la cubierta.
Después de una breve evacuación a esa alarma, los hombres regresaron al barco. El Fram quedó atrapado y Nansen, al darse cuenta que no llegaría al Polo Norte por la fuerza de la corriente, lo abandonó junto a Hjalmar Johansen: fue el 14 de marzo de 1895, para intentar llegar al polo en esquíes.
Nansen y Johansen llegaron al punto más lejos conquistado en esa época por un humano, exactamente a los 86º 14´, un 8 de abril de 1895. Pero, la ferocidad del clima los obligó a dar la vuelta y pasar el invierno en una de las islas del archipiélago llamado la Tierra de Francisco José (traducción de Franz Joseph Land), perteneciente a Rusia, localizado en el océano Glacial Ártico, al noreste del archipiélago noruego de las islas Svalbard.
Franz Joseph Land comprende 191 islas cubiertas de hielo. Ambos exploradores subsistieron comiendo carne de morsa y de osos polares.
Otto Sverdrup capitaneó el Fram después de que Nansen se fuera a la conquista del eje norte del planeta, en marzo de 1895.
El Fram pudo zafar del hielo cerca de Svalbard el 13 de agosto de 1896, llegando al puerto de Skjervoy el 20 de agosto de 1896, sólo una semana después de que Nansen y Johansen llegaran a Noruega por sus propios medios.
En su camino hacia Noruega se encontraron con la expedición británica Jackson-Hamsworth, llegando junto a ellos.
La teoría de Nansen fue acertada aunque no pudo llegar al punto límite con el barco sobre la masa polar aunque, basándose en su teoría, el barco pudo llegar al récord de 85º 57´N a entre el 14 a 16 de noviembre de 1895.
Nansen junto a Johansen lograron, con esquíes y raquetas de nieve, apenas unas millas más al norte respecto del Fram.
La vida a bordo
Nansen planeó cuidadosamente la vida a bordo para tres a cinco años, con alimentos, actividades placenteras que dejaban de lado a los trabajos e instrumentos científicos llevados a bordo. Consultó a un profesor de fisiología respecto a una correcta nutrición, planificando una variada alimentación. Todos ganaron peso sin excesos.
El barco tenía una biblioteca con 600 libros, prominentes artistas noruegos dieron pinturas para los salones y camarotes, además de llevar a bordo un órgano semi automático con cien melodías además de otros instrumentos musicales y juegos de cartas.
Henril Blessing, el doctor a bordo, escribia un periódico de a bordo, el FRAMSJAA. El tiempo libre transcurría con juegos, competencias, apuestas, discusiones, y escribiendo cartas, diarios personales o memorias – por si acaso…- a los familiares. Ocho de los tripulantes eran casados y tenían 27 hijos en total.
El Fram realizó tres campañas: entre 1893-1896 en el Ártico, liderada por Fridtjof Nansen; entre 1898-1902 al Archipiélago ártico canadiense liderada por Otto Sverdrup y la expedición Amundsen al Polo Sur (1910-1912) al Polo Sur (sí, al polo sur) dirigida justamente por Roald Amundsen, otro emblemático personaje que, al igual que Nansen, se disputaban las proezas y descubrimientos de los mares y tierras más inhóspitas del planeta.
El regreso de Nansen y el Fram después de tres años de expedición fue un evento nacional, con multitudes ondeando banderas y celebraciones. Luego de su cruce de Groenlandia en 1888 y luego la expedición de Fram, Nansen se convirtió en un científico reconocido internacionalmente y su fama ayudó a Noruega a emerger con éxito en 1905 de la unión con Suecia.