Guillermo Marconi (25/4/1874 – 20/7/1937) fue un ingeniero electrónico italiano, Premio Novel de Física, conocido como uno de los más destacados impulsores de la radiotransmisión a larga distancia por el establecimiento de la Ley Marconi, así como por el desarrollo de un sistema de telegrafía sin hilos o radiotelegrafía.
LA NAVE DEL MILAGRO
Así la conocen en Italia debido a que en ella Guglielmo Marconi hizo la primera transmisión radial. Este elegante yacht fue construido en Inglaterra, para el duque de Austria Francesco Ferdinando, que le dio el nombre de ROWENSKA. Le fue confiscada a Austria luego de la Primera Guerra Mundial y estaba en Inglaterra donde la encontró Marconi, la compró y bautizó ELETTRA. Le hizo varias modificaciones interiores para acomodar los aparatos de radio y acumuladores de electricidad, además de aumentar la altura de los palos para tener mejor rendimiento de las antenas adheridas a ellos. Se transformó en su propia casa y a la vez un laboratorio experimental flotante.
Tuvo un solo incidente, en el puerto de Civitavecchia en agosto de 1930, cuando se incendió, por un cortocircuito pero los obreros portuarios vieron el fuego y ayudaron a apagarlo, junto con un remolcador cercano.
Este barco había sido ordenado para el Archiduque de Austria por Carlo Stefano, oficial de la Reggia Marina, al astillero Ramage & Ferguson de Leith, Escocia, bajo un proyecto de Cox y King de Londres. Era elegante y de líneas afiladas, proa lanzada como un clipper y popa colgante y redonda, en cubierta una cabina larga central de teca y caoba, con una chimenea sobre ella ligeramente inclinada hacia popa, con dos palos sin velas, como era habitual en la época.
Fue bautizado el 27 de marzo de 1904 con el nombre de Rovenska, y fue inscripto en el registro de yates, llevando la bandera de la marina de guerra hasta 1909. Siempre con el mismo nombre, fue vendido a Sir Max Waechter, pasando a bandera inglesa y en 1914 pasó a manos de Gustavus H.F. Pratt. Al comenzar la Gran Guerra fue militarizada y transformada en una nave de patrulla y escolta. Al terminar la guerra Rovenska fue desarmada en Southampton y parada allí hasta que en 1919 Guglielmo Marconi lo compró por 21.000 sterling. Una vez reclasificada y puesta en buen estado, zarpó de Londres; a bordo ya estaban los sistemas de transmitir y recibir y los sistemas de antenas.
A los 18 años Marconi inició sus experimentos de transmisión de ondas hertzianas, intentando la posibilidad del envío a distancia de mensajes inteligibles sin el uso de hilo, como el telégrafo. Luego de algunas pruebas de laboratorio en Pontecchio, pudo enviar la letra S del alfabeto Morse a una distancia de 1.5 kms, se había iniciado la era de la radiofonía. Pero no hay profetas en su patria, por lo que al año siguiente Marconi se fue a Inglaterra, patria de su madre, donde logró el apoyo para seguir sus pruebas obteniendo distancias siempre mayores y donde obtuvo la primera patente de telegrafía sin hilos. En 1897 fundó la primera sociedad marconiana, la Marconi Wireles Telegraph Company, que fabricaba los aparatos receptores y emisores e instruía a los técnicos para las instalaciones radiotelegráficas, en tierra y a bordo de naves.
Desde ese momento hubo una increíble serie de éxitos. El 12 de diciembre de 1901 la señal cruzaba el Atlántico uniendo a St. John, en Terranova, con Poldhu en Cornovaglia, en 1909 Marconi recibe el premio Nobel por física, en 1912 el SOS del TITANIC logra salvar cientos de vidas, en 1930, a bordo del ELETTRA anclada en Génova, la señal enciende las luces del municipio de Sydney.
Marconi disponía entonces de un medio por el cual podía efectuar sus experimentos del mejor modo posible. Con la Elettra tenía una estación móvil, en el cual podía trabajar a cualquier hora del día o la noche, aislado del mundo, independiente de la curiosidad o distracciones, resolviendo así los problemas de efectos direccionales. Sus experiencias debían ser hechas a distancias diversas de modo de controlar la eficacia de las transmisiones según la distancia; para mayor comodidad el laboratorio estaba unido directamente a su cabina.
Fue inscripta con el nuevo nombre de ELETTRA el 27-10-1921 en Génova, con la matrícula 956, y se unió al Real Yacht Club Italiano, pasando definitivamente a bandera italiana el 21 de diciembre.
Los experimentos prosiguieron, ahora con un fin concreto. La mente de Marconi era intuitiva y práctica, lo empujaba aquello que los académicos consideraban imposible: enviar por el espacio una señal a un punto no visible desde el emisor. El Elettra era un excelente lugar para estudiar mejor las aplicaciones de las sondas hertzianas cortas y ultracortas, continuando con el progreso de las radiocomunicaciones.
En 1922 el Elettra hizo una campaña de experimentación en Norteamérica, en 1923 sobre la costa occidental del Atlántico para experimentar la recepción a distancias siempre mayores, desde la nueva estación de onda corta en Poldhu. Marconi demostró así que una señal podía ser captada a más de 4.000 kms, con onda de 92 metros y una potencia de 6 Kw.
Por cuenta del gobierno inglés, el científico inició en 1924, en el Elettra, un experimento con onda corta de 36-60 m con una potencia de 12 kW, cubriendo la distancia de 4.130 kms. Realizó así la comunicación normal de radio entre Inglaterra y sus dominios: Canadá el 24.10.1926, Australia el 8.4.1927, Sudáfrica el 5.7.1927 y la India el 6.9.1927. Los importantes resultados conseguidos a bordo del Elettra le dieron un rico contrato entre el gobierno inglés y su compañía. El inventor de la sociedad multinacional, Marconi tenía un notable sentido comercial, revelándose como un capitán de la industria, decía: «El dinero es una unidad de medida. Si no se paga, no se medirá el producto del propio trabajo».
Uno de sus últimos experimentos a bordo del Elettra fue en julio de 1937, con la puesta a punto del radiofaro a micro ondas, pero el día 30 Gugliemo Marconi fallecía, dejando incompletos sus estudios, pero legando a la humanidad una ruta bien trazada para el progreso en las comunicaciones.
Marconi, receloso de sus precarias condiciones, temía por la conservación de «su» Elettra, pero en 1937 la nave-laboratorio fue adquirida por el Ministerio de Correos y Telecomunicaciones de Italia para garantizar su conservación.
En 1962 el Elettra fue remolcado hasta el astillero S. Rocco de Muggia, cerca de Trieste; todo estaba como para proceder a darle dignidad a esta nave… pero aún le esperaba un trágico fin ya que se llegó a la conclusión de que el estado de corrosión era tal, que no sería posible darle su aspecto anterior
El 18 de abril de 1977 los restos fueron enviados nuevamente a dique seco y bajo la dirección del Ing. Oddone del Ministerio y con la consulta del escultor Marcello Mascherini y de un arquitecto naval, se lo cortó en varias porciones, esparciendo la nave por varios puntos de Italia, pero esta ópera no se ha terminado aún.
La radio ha permitido un uso más amplio de las embarcaciones en el tráfico comercial. Hasta entonces, una nave que partía de su puerto no tenía comunicación hasta el final de su viaje y no siempre estaba actualizada. Con las primeras estaciones de radio fue posible redirigir los buques adonde hubiera carga, haciendo este tráfico más económico y redituable. Incluso la nave podía arribar al puerto guiándola en su entrada con los radiofaros aun en condiciones de baja visibilidad. Más tarde esto lo haría el radar.
Por este motivo y con justicia, el «Times» de Londres definió a Guglielmo Marconi, que recibió muchos lauros ad honorem y fue nominado senador y Presidente del Consejo Nacional de Investigaciones de la Academia de Italia el «hombre más significativo de nuestra época» y al Elettra era para todo el mundo el símbolo del progreso sobre el mar. Pero por una lamentable incapacidad de los hombres se perdió la oportunidad de que fuera un testimonio perpetuo.
Fuente: Histarmar
Comitato Gluglielmo Marconi
Nautica On Line – L’Elettra di Guglielmo Marconi, la nave dei miracoli
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