Te fuiste como querías Roberto. Sin sufrimientos y dejando detrás cientos de enseñanzas y anécdotas de tu intensa vida.
Con tu partida se va el último DON de la náutica rosarina. Es el fin de un ciclo. Ya no habrá quien nos indique el uso debido de banderas, gallardetes y costumbres navales ya que eras sabedor por excelencia de los protocolos que había que respetar siempre para ser –tal como eras vos- un verdadero yachtman.
Puedo decir orgullosamente que compartimos mucho más que una amistad ya que además de conocerte de toda mi vida trabajamos juntos en tu proyecto BITACORA, la revista del Yacht Club Rosario. Cuántas cosas aprendí de vos querido Roberto, cuánta sabiduría tenías y supiste transmitir a quienes se te acercaron y cuántas historias que me contaste no podré revelar por temor a ser censurado, sobre todo las vivencias de Europa.
Un DANDY, creo que sería la palabra exacta para definirte: siempre vestido impecable y acorde a la ocasión sea cual fuere el evento y representando a tu querido Yacht Club Rosario tanto en Argentina como en el exterior. En tus buenos momentos económicos fuiste propietario de uno de los barcos más bellos del país: el MAYBE, un Finisterre de Sparkmann & Stephens que hoy todavía luce su esbeltez en el YCA de San Fernando. También el SEÑORITA marcó una época de los clásicos rosarinos. Unos pocos sabemos de tu sueño para hacerte construir un barco muchísimo más grande que nunca pudiste consolidar, pero del cual tenías los planos. Referente hace más de 50 años de la clase STAR en Rosario junto a Pepe Zambruni, otro gran personaje del yachting.
Luego la vida te dio un revés pero nunca jamás perdiste la dignidad que te caracterizó siempre.
Seductor hasta la médula, podías recitar de memoria desde el Martín Fierro hasta poemas de Rubén Darío cuando había féminas cerca o charlar durante horas de las epopeyas que hicieron grande a nuestro país. Gran conocedor de la buena música y de los placeres de la vida mundana. Un sibarita.
El año pasado cuando fuimos con un amigo a comer a tu casa en Baigorria nos recibiste como un gran anfitrión que eras y cuando nos íbamos a sentar a la mesa me dijiste: “Gordo un momento: antes de comer hay que tomar unos negronis que preparé como aperitivos!” Que genio! Te voy a extrañar mucho Roberto, ya no tendré a quien consultar para intercambiar conocimientos sobre barcos clásicos y otros temas náuticos. A menudo le rendías homenaje al recuerdo de mi viejo pero hoy me toca a mí inclinarme reverenciando tu extraordinaria trayectoria de vida.
Por muchas conversaciones que tuvimos al respecto creo que partiste en el momento justo pero lo más significativo, lo más importante es que falleciste siendo joven aún, a tus 93 años !
Hasta pronto …
Por Alvaro Casals