Desalinización y reutilización: barreras institucionales y regulatorias
Hoy en día, más de 20.000 plantas desalinizadoras en más de 150 países suministran agua dulce a unos 300 millones de personas cada día.
A nivel mundial se desalan y se reutilizan actualmente más de 200 millones de m3/día de agua, una cifra que demuestra la importancia de estas tecnologías para garantizar recursos hídricos en muchos lugares del mundo. Inicialmente un producto de nicho para las ciudades ricas en energía y del agua, particularmente en Oriente Medio, la continua disminución de los costos y la viabilidad ambiental de la desalinización tiene el potencial de ampliar significativamente su uso como una opción viable para ciertos usos estratégicos; en particular, para las ciudades costeras escasas del agua que crecen rápidamente.
La desalinización, a su vez, puede verse como una fuente adicional estratégica y segura para reforzar la garantía de suministro, en particular si se combina con otros recursos hídricos (aguas superficiales tradicionales, fuentes de agua subterránea y reutilización de aguas residuales). A medida que las fuentes renovables de energía, como la eólica y la solar, se expanden, y a medida que los avances en las técnicas de gestión de concentrados hacen que las descargas de las plantas desalinizadoras sean mucho más baratas y seguras, la perspectiva de producir agua dulce a partir del mar sin aumentar los gases de efecto invernadero y sin daños significativos al medioambiente local se vuelve más prometedora.
Según los datos de la International Desalination Association, el mercado global de la desalación experimentará en los próximos años el crecimiento más activo desde finales de la pasada década, impulsado principalmente por los importantes planes de construcción de nuevas plantas en Oriente Medio, y por el crecimiento notable de la desalación para usos industriales (petróleo y gas, minería y electrónica). En cuanto a los aspectos tecnológicos, la tecnología de desalación de membranas continúa dominando el mercado global. El 90% de la capacidad de desalación contratada desde 2010 emplea dicha tecnología, siendo la ósmosis inversa la principal de ellas.
Por su parte, la reutilización de agua se ha incrementado significativamente en los últimos años. A su amplia utilización en EE. UU. (segundo mercado más grande en reutilización a nivel global, con el 10% de la capacidad total) y Sudáfrica, se viene sumando la reutilización en auge de aguas residuales industriales en países como China, que representa el 49% de la capacidad contratada entre 2010 y 2017, y su empelo creciente en India, Taiwán, México, Perú o Egipto. España, por su parte, lidera el uso de la reutilización de agua en Europa, y con la nueva legislación aprobada recientemente en el Parlamento Europeo que regula la reutilización de agua para uso agrario, este sector podría aumentar vertiginosamente en los próximos años: pasando de los 3 millones de m3/día actual a los 18 millones de m3/día, según las últimas estimaciones de la IDA.
Persisten, no obstante, importantes retos institucionales y regulatorios para la implantación y desarrollo de los recursos no convencionales. La ausencia o debilidad de las políticas de planificación de los recursos hídricos o la inseguridad asociada a marcos normativos pocos desarrollados, constituyen una barrera para la expansión de la desalación o la reutilización de las aguas residuales en determinados países y para su incorporación a los sistemas nacionales de agua. Retos y barreras que la IDA ha empezado a identificar a través de su Comité de Asesoramiento de Firmas legales, al que se ha unido recientemente Gómez-Acebo & Pombo Abogados, a través de su Departamento de Público, poniendo a disposición de esta organización su dilatada experiencia en el campo de la gestión de los recursos hídricos, tanto desde el punto de vista regulatorio, como del asesoramiento legal en la resolución de conflictos y de apoyo jurídico a la estructuración financiera de proyectos de infraestructuras hidráulicas.