Las mangueras tienen una vida útil corta en un entorno hostil de calor, humedad y sustancias químicas, por lo que siempre es mejor cambiarlas y reemplazarlas antes de que fallen. Evitará un sinnúmero de malos momentos.
Texto y fotos: Gustavo Revel
Jornada ideal para salir a navegar; el día es soñado, la embarcación luce perfecta, todo bien estibado, el equipo de seguridad en condiciones, y los chequeos de rigor realizados: es hora de iniciar la marcha.
De repente, mi motor comenzó a toser y amenazó con detenerse. Sin dudarlo, me arrimé a un muelle, retrocediendo a toda prisa y el fueraborda se calmó, volviendo a regular en perfecta armonía sonora; pero la salida tendría que esperar hasta que diagnosticara la causa del problema y lo solucionara correctamente.
Volví regulando a bajas vueltas, cuidando el acelerador, y buscando el menor oleaje posible manejable como para llegar a casa. Mi primera impresión fue un problema con el combustible, pero también sabía que el combustible y los filtros estaban limpios, la tapa del tanque estaba ventilada y las bujías eran prácticamente nuevas. Esperaba una solución simple, pero no estaba preparado para lo que descubrí cuando me amarré en el muelle de la guardería.
La manguera de combustible se encontraba totalmente plegada, succionada en vacío, a uno centímetros del filtro adicional de combustible, obviamente – y como debe ser – en el lugar más incómodo y poco accesible de la embarcación. Por primera vez vi algo así y la pregunta fue ¿cómo ocurrió eso?. En verdad, no estaba seguro, pero cada día que uno sale a navegar es una oportunidad de aprender algo nuevo y ese día, lo hice.
Una inspección adicional reveló que el revestimiento interno se había desprendido del sustrato de la manguera y se estaba colapsando internamente; con tanque lleno, y al acelerar a pleno gas, el motor solicitó una buena carga de combustible para su funcionamiento y allí, el material interno de la manguera se decapó, y la manguera se “chupó” completa, obstruyendo el paso del líquido elemento y produciendo la falla. A bajas vueltas, la manguera permitía el paso mínimo de combustible para seguir. El desplazamiento del material es lo que causó el retorcimiento de la manguera, con la suerte de que no hubo arrastre de partículas de goma hacia el filtro.
La línea de suministro de combustible era una manguera resistente al alcohol USCG Tipo B1-15, con todas las aprobaciones posible logradas con cada letra del alfabeto (ABYC, SAE, ISO, CE, EPA y NMMA) que indica su conformidad y adecuación para la gasolina, mezclas de alcohol, diesel y biodiesel. Aun así, la manguera vieja fue removida en su totalidad y la reemplacé con una manguera A1 (P365) ignífuga.
Con suerte, el revestimiento de la barrera en esta manguera de grado premium tratará el etanol de los surtidores del río de manera segura y eficiente.
A rigor de verdad, la manguera iba en su sexta temporada de uso. En la hora que tardé en medir, cortar y ajustar la manguera a mi motor y tanques, sentía el rumor constante de una bomba achicando agua. Al volver por la tarde noté una amarra parcialmente vacía, ya que la lancha que allí estaba amarrada se encontraba parcialmente hundida, en tarea de rescate por parte del personal de guardería, evitando el hundimiento total de la misma.
Los culpables fueron una toma de mar mal instalada, una manguera del sistema de achique con numerosas fugas internas, una bomba de achique con exceso de trabajo y un banco de baterías agotado. Si la manguera no hubiera colapsado, tal vez hubiera habido más tiempo para detectar la falla, pues el propietario había botado la embarcación el día anterior y zarparía un par de horas después de mi segunda zarpada.
Las mangueras son los héroes desconocidos a bordo de los barcos; están en servicio 24 horas, siete días a la semana, los 365 días del año. Cada barco tiene un enmarañado sistema de mangueras y cañerías, que varía de acuerdo al tipo y tamaño de embarcación.
Las mangueras trasladan agua dulce, fría y caliente, combustible, lubricantes y fluidos hidráulicos, aguas grises, aguas negras, agua de mar, desagotes, achique, aceites, agua de refrigeración de motores, y si bien en muchos casos son cañerías, los acoples flexibles que unen partes rígidas entre sí son mangueras. Hay cañerías y manguera que van de proa a popa y desde sentina a lo más alto de un fly. Los fluidos que se desplazan nunca se ven; el suministro de agua, la respuesta del bow thruster o los flaps de accionamiento hidraulico, la combustión del motor y tantas otras tareas necesarias, están contenidos de manera segura en estas mangueras críticas no destacadas, generalmente colocadas fuera de la vista.
Por eso, la próxima vez que vaya a bordo de su embarcación, recorra estos componentes críticos desde la proa hasta la popa. Cuando una manguera vital decida soltarse o romperse, su jornada puede cambiar instantáneamente y no siempre para mejor. Esté alerta a los rociones y fugas, manchas de agua u óxido, rozaduras, decoloración y abrazaderas de manguera deterioradas. Especial atención a las de combustible, en especial en espacios confinados y motores internos o dentro fuera. Consulte siempre servicio profesional, y no dude nunca en colocar mangueras certificadas, esas que tienen en su costado todo el “abecedario completo”… Que significa que cumplen con la rigurosidad de las normas de fabricación.
Su barco se lo agradecerá, y sus tripulantes, también.