Texto: Gustavo Revel
Estando a bordo, todos podemos soportar ciertos ruidos algo superiores a los normales; sin embargo, pueden llegar a dañar nuestra salud. Veamos entonces algunos conceptos y consejos para mejorar la instalación acústica de nuestra sala de máquinas.
Quienes frecuentamos el delta, reconocemos en el ensordecedor silencio reinante que algún barco tradicional o conocido viene navegando hacia nosotros, simplemente por su ruidoso sistema de escape.
La legislación internacional hoy hace una muy clara referencia a este tema, ya que si el sonido que emite nuestro motor a través de los escapes supera límites permitidos, es considerado insalubre y por supuesto, un deteriorante del ecosistema.
La regulación nacional actual no solicita este alcance a las embarcaciones, por lo cual sería un buen ejercicio adelantarnos, conocer y cumplir con los límites tolerables.
¿QUÉ ES EL SONIDO?
Definimos sonido como una onda mecánica que se propaga en todas las direcciones y velocidades, variando en función del medio en que se desarrolla.
Estas vibraciones sonoras tienen dos características: frecuencia e intensidad. La primera es la cantidad de veces que la fuente sonora oscila por unidad de tiempo, siendo la unidad los hertz (Hz) ó ciclos por segundo (c/s).
Por otra parte, la intensidad corresponde a la presión de frente de onda. La medición de esa intensidad se mide en decibeles (dB), unidad que tiene una base logarítmica de base 10, por ende, para un aumento de intensidad de 80 a 90 decibeles corresponde un aumento del 100% y, por el contrario, una disminución de 100 a 90 decibeles, corresponde una disminución de la mitad del nivel de sonido.
Las estadísticas indican que una sala de máquinas tipo de una embarcación se encuentra a niveles promedio y aproximados de 85 a 100 dB, medidos en frecuencias de 125 a 250 hz, y un máximo entre 70 y 80 dB en el resto del barco, dependiendo claro está, del tipo de motor, cantidad, sistema de transmisión, espacio en sala de máquinas, insonorización, etc.
Es necesario saber que el aislamiento acústico de un motor no es un lujo, sino una imperiosa necesidad, ya que los ruidos por encima de los límites tolerables sólo perjudican gravemente la audición humana.
¿CÓMO “CAMINA” EL SONIDO?
Un sonido que se propaga desde un medio gaseoso provoca en un medio sólido dos fenómenos: reflexión y absorción.
La parte absorbida se propaga sobre el medio sólido con menor velocidad e intensidad, mientras, la parte refractada, retorna al medio gaseoso con otra intensidad, siempre menor que la inicial. Pero, cuando esta onda refractada se encuentra con la original, provoca el efecto llamado reverberación.
Expresado brevemente qué es el sonido, lo que debemos lograr en nuestra sala de máquinas es lo siguiente:
Aislar todo el interior para no dejar salir el sonido al exterior.
Disminuir el nivel de ruido surgido del motor y equipos de sala de máquinas; el ruido que emite el o los motores principales, generador etc, se propaga a través de barco mediante los componentes de su estructura, como ser bases de motores, mamparos, casco, tapas de acceso, etc. y también a través del aire, por sus aberturas de ventilación, descargas, etc.
Por ejemplo, la propagación del sonido a través de la estructura puede reducirse bastante mediante las patas de motor, las cuales son de goma vulcanizada. Estas también disminuyen las vibraciones, y deben ser controladas periódicamente.
SONIDOS DEL AIRE
En la propagación del sonido a través del aire debe considerarse en tres aspectos:
Aberturas de admisión y ventilación de la sala de máquinas
Sistema de escape
Mamparos, puertas y tapas de acceso.
Hablemos sobre estos ítems.
Las entradas y salidas de aire para ventilación y admisión del motor deben estar protegidas con material absorbente: de esta forma, las ondas sonoras emitidas tienen distintas reflexiones, disminuyendo ampliamente la intensidad del sonido al salir al exterior. Sólo se deberá tener en cuenta que las medidas del aislamiento no interfieran o reduzcan la abertura original de cálculo de aire para el correcto funcionamiento y aireación.
Respecto del sistema de escape, a los efectos de reducir la propagación de los ruidos ocasionados por el motor, se coloca un silenciador por motor. Este silenciador es acoplado al sistema de descarga de agua de refrigeración del motor; de esta manera, el agua disminuye en gran porcentaje el nivel de ruidos. Este tipo de silenciador se colocan en motores internos. En el caso de motores dentro fuera, el sistema de escape, incorporado a la pata, tiene salida directa por el cubo de la hélice, es decir, gases y agua de refrigeración amortiguan el sonido que sale al exterior bajo el agua del mar. Justamente estos últimos conjuntos de motor-transmisión cumplen hoy con los estándares de sonoridad exigidos por las normas ISO. También tendrá mucho que ver en los motores internos, el lugar del casco donde tendrá salida el escape, ya que éstos pueden ser bajo agua (subacuos) o por sobre la flotación. Por supuesto, los escapes bien diseñados con salida bajo flotación son más silenciosos, aunque deben ser bien resueltos ya que pueden interferir en la performance del motor.
Los agujeros en mamparos para el pasaje de tuberías, ductos pasacables y otros deben ser aislados con goma, fieltro, poliuretano expandido, etc.
Es de destacar que para el correcto aislamiento de la sala de máquinas debe recordarse que este sector es un habitáculo perfectamente separado del resto de la embarcación. Las entradas de aire, sean para abastecimiento o de ventilación, deben adecuarse en los laterales del casco ó cubierta, en zona de máquinas y lo más alto posible de la flotación.
LOS MATERIALES
La idea básica es realizar una “caja acústica especial” en torno a los motores. Para ello hay gran diversidad de materiales aislantes. El PVC rechaza la resonancia, pero no absorbe los ruidos; la espuma poliuretánica especial rechaza la resonancia y absorbe ruidos.
El sistema constructivo del barco puede favorecer la no resonancia. La construcción con materiales de baja densidad (interiores tipo sándwich) utilizados como núcleos en costado de cascos, mamparos o pisos de cubiertas contribuye a absorber las fuentes sonoras.
Sobre las paredes y techo de sala de máquinas, es común “forrar” con recubrimientos especiales que puede ser goma, PVC, espuma ignífuga, planchas de aluminio con base poliuretánica y goma, o placas de plomo y goma, etc. Estas placas, comercializadas en medidas varias, se ajustan a medida en la totalidad de los laterales y techos de sala de máquinas; bien instalados puede llegar a absorber hasta el 50% promedio de la sonoridad total emitida por los propulsores.
Estos materiales deben cumplir inexorablemente ser resistentes a la humedad, al fuego y al combustible. Existe una cinta especial tipo “type” americano que es indispensable para sellar las uniones de los paneles y los laterales libres, dejando una buena terminación y evitando el ingreso de humedad y despegado de las planchas adheridas a las paredes de sala de máquinas. Para embarcaciones deportivas de 15 m de eslora en adelante, hay otras variables de paneles antison, ignífugos y con forrado exterior en chapa microperforada, dejando abierta la posibilidad de dejar el sector aislado y con terminación superior. Estos paneles son importados y valen unos cuantos dólares, pero, en algunas embarcaciones, ameritan la inversión.
Pero el secreto del sonido está, literalmente, en la emisión sonora que sale por el escape.
La normativa abajo detallada da parámetros muy claros de los máximos tolerables permitidos, la forma de medirlos, y el cálculo de lo que debe dar. La magnitud de estos controles en Europa y Estados Unidos es rigurosa. Su certificación la realizan Sociedades de Clasificación bajo las normas abajo indicadas. Si no cumplen… no se navega. Y deben pasar la prueba.
En nuestro estuario, los sonidos de los motores definitivamente se escuchan desde lejos. Si tenemos en cuenta que el máximo soportable de sonido para un humano es de 40 decibeles y nos pasa un barco que emite sonidos superiores a 100… obviamente, es menester hacer un estudio y mejorar esa medición. Los escapes ofrecen cientos de posibilidades para ser corregidos. Escuche desde fuera su barco al pasar y comprenderá de que se trata. Piénselo, sería bueno bajar esos decibeles… y también la música de los vecinos cuando fondeamos, ¿verdad?
La normativa ISO Internacional 14509-1:2008 (versión oficial en español de la norma Europea EN ISO 14509-1:2018) es la que refiere a la medición de los sonidos emitidos por la motorización de embarcaciones de recreo hasta 24 metros. Titulada “Pequeñas embarcaciones. Ruido aéreo emitido por las embarcaciones de recreo a motor. Parte 1: Procedimientos de medición mediante pasadas
La ISO Internacional 14509-2:2006 (versión oficial en español de la norma Europea EN ISO 14509-2:2006) aplica a las mismas embarcaciones aunque la parte 2 habla de la evaluación del ruido utilizando embarcaciones de referencia, es decir, especifica los métodos de cálculo para evaluar la emisión máxima de los ruidos emitidos por las embarcaciones de recreo monocasco propulsadas a motor.
Siguiendo con el concepto, la ISO Internacional 14509-3:2009 (versión oficial en español de la norma europea EN ISO 14509-3:2018) especifica los parámetros de la medición del ruido, desarrollando el método el método de cálculo y medición.