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Álvares Cabral y la Segunda Armada Portuguesa de la India

PRIMERA PARTE – Por Guillermo Rodríguez

“En este día, a hora de vísperas, avistamos tierra. Primero de un gran cerro, muy alto y redondo; y de otras sierras más bajas al sur y de tierra llana con grandes arboledas: al cerro el capitán le puso el nombre de Monte Pascual, y a la tierra, Tierra de Vera Cruz”.

Pêro Vaz de Caminha “Carta al rey D. Manuel” (1500)

La mayoría de los historiadores están más o menos de acuerdo en considerar a la batalla de Aljubarrota de 1385 como el punto de partida de la expansión de ultramar de Portugal. En ese combate se enfrentaron tropas portuguesas (e inglesas) al mando del rey João I de Portugal y fuerzas de Castilla, cuyo monarca aspiraba al trono lusitano. El triunfo de los portugueses aseguró la corona de Portugal para la dinastía de Avís. Treinta años más tarde, tropas lusitanas derrotaron al ejército del sultán de Marruecos y conquistaron Ceuta, en el norte de África. Le seguiría el reconocimiento de la costa occidental africana durante el siglo XV hasta que en 1488 Bartolomeu Dias dobló el cabo de Buena Esperanza y alcanzó el océano Índico. Diez años después, Vasco da Gama descubrió la ruta marítima a la India y en 1500 Álvares Cabral llegó a Brasil. Los avances en la construcción naval, la cartografía y las técnicas de navegación contribuyeron para lograr estas hazañas. Sin dejar de considerar la influencia del infante Henrique en la Corte de Lisboa como patrocinador de expediciones, para entender el interés de los portugueses en organizar viajes de exploración hay que tener en cuenta los costos crecientes en el tráfico con Oriente, el declive de las economías de Oriente Medio, el desplazamiento de la producción de azúcar hacia el Mediterráneo occidental (y su consecuente aumento en la demanda de tierras para cultivo y mano de obra esclava) y la ampliación del imperio mercantil genovés hacia el norte y el oeste de Europa. Antes de que todo eso sucediera, a finales del siglo XIV, el comercio transatlántico de Portugal comenzaba a expandirse y era frecuente que barcos lusitanos zarparan de Lisboa hacia puertos de Francia, Inglaterra y los Países Bajos. También era habitual encontrar naves portuguesas en los muelles del Me-

diterráneo occidental y en el norte de África. Sin embargo, el tráfico de Portugal no podía compararse con el volumen de las actividades de los mercaderes de Barcelona, Marsella y Génova. Los lusitanos tenían poco para exportar: pescado, sal, vino, frutas y corcho.

Una centuria más tarde partió la Primera Armada Portuguesa de la India (1497-1499) a las órdenes de Vasco da Gama con la misión de acordar relaciones con los estados de la India que participaban del lucrativo comercio de pimienta. Esta especia crece en las laderas de las montañas de la región sudoccidental del subcontinente indio. El principal puerto relacionado con el tráfico de pimienta era Calicut desde donde era embarcada hacia la zona del golfo Pérsico y el mar Rojo. Armadores yemeníes y mercaderes indios musulmanes controlaban su transporte a través del océano Índico. Una vez descargada, la pimienta con destino a Europa era acarreada en caravanas hasta el mar Mediterráneo. Allí, negociantes de Oriente Medio vendían la especia a comerciantes venecianos que la ofrecían en ferias y mercados europeos.

Vasco da Gama regresó a Portugal en septiembre de 1499 y sólo seis meses después, en marzo de 1500, zarpó de Lisboa la Segunda Armada Portuguesa de la India capitaneada por Pedro Álvares Cabral. Se trataba de una flota de trece embarcaciones –diez naos y tres carabelas– y 1.500 tripulantes. Las instrucciones de Álvares Cabral eran las de establecer una “feitoria” (puesto comercial) en Calicut, la primera de los lusitanos en Asia. Álvares Cabral era miembro de la Corte y caballero de la Orden de Cristo. Sin experiencia en el comando de expediciones, su nombramiento obedeció a cuestiones de política interna: con su designación el monarca Manuel I buscó equilibrar los intereses de las facciones rivales de la nobleza local. Para suplir la falta de pericia marinera de Álvares Cabral, la escuadra contaba con navegantes expertos como Nicolau Coelho –que había integrado la Armada de Vasco da Gama—y Bartolomeu y Diogo Dias. Los pilotos siguieron la misma ruta utilizada por Vasco da Gana: una vez que sobrepasaran las islas de Cabo Verde, los navíos debían continuar hacia el sur hasta llegar, tras cruzar la línea del ecuador, a la región del “viento escaso”, en el Atlántico Central. Entonces la flota debía dirigirse hacia el oeste y aplicar la “volta do mar”, la maniobra náutica que consiste en adentrarse en el océano en busca de los vientos y corrientes favorables que, en el hemisferio sur, circulan en sentido antihorario. 

El cronista de la misión, Pêro Vaz de Caminha, escribió: “Y así seguimos nuestro camino por este gran mar hasta el martes (…) de Pascua, que era 21 de abril, en que encontramos algunas señales de tierra…”. Al parecer, Álvares Cabral se excedió en el giro hacia el oeste hasta alcanzar el litoral noreste del actual Brasil. El 22 de abril de 1500 el explorador divisó la costa del Nuevo Mundo en cercanías de la desembocadura del río dos Frades.

Los portugueses detectaron la presencia de habitantes en la orilla y el comandante de la expedición ordenó a Nicolau Coelho desembarcar y hacer contacto. Al día siguiente Coelho bajó a tierra e intercambió obsequios con los indígenas (de la etnia tupiniquim). El día 24 la escuadra marchó hacia el norte hasta avistar un puerto natural donde las embarcaciones fondearon. El capitán de la flota llamó al lugar Porto Seguro y allí los extranjeros se abastecieron de agua y alimentos. Álvares Cabral reclamó los nuevos territorios para Portugal y despachó una nave hacia Lisboa para informar al rey del hallazgo con una carta escrita por Vaz de Caminha. En la misiva puede leerse: “Hasta ahora no pudimos saber si hay oro o plata, u otra cosa de metal, o hie-rro; no la vimos. Sin embargo, la tierra es de muy buenos aires, frescos y templados como los de Entre Douro y 

Minho (…). Aguas son muchas; infinitas”. 

(Continuará)

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