El patrón de una lancha rápida fue absuelto de los cargos de homicidio involuntario, luego de la muerte de una niña de 15 años durante un «paseo emocionante»

La pasajera Emily Lewis murió después del accidente fatal a bordo de un RIB, que ocurrió el 22 de agosto de 2020. El barco, operado por Seadogz, golpeó una boya de 5 toneladas en Southampton Water. Se registró que el Stormforce 950 RIB viajaba a velocidades de 47,8 nudos, lo que supera el límite de velocidad vencido de 40 nudos.

Un informe de la Rama de Investigación de Accidentes Marítimos (MAIB) publicado en mayo encontró que dos pasajeros fueron arrojados por la borda después de la colisión, mientras que nueve pasajeros y el patrón sufrieron «diferentes grados de lesiones», incluidas extremidades rotas y un pulmón perforado. Doce personas fueron trasladadas al hospital tras el accidente.

El RIB se desplazó directamente hacia la boya a una velocidad de 36,6 nudos durante 14 segundos antes de chocar contra ella. Lewis sufrió heridas internas catastróficas y murió más tarde en el hospital.

El informe concluyó que el capitán Michael Lawrence estaba concentrado en realizar maniobras de alta velocidad en las proximidades de otra embarcación y no notó el obstáculo. El informe agrega que los operadores del barco observaron «pocas prácticas de seguridad» ya que el barco realizó acrobacias con una sola mano a alta velocidad, moviéndose en giros rápidos en forma de ocho y esquivando por poco una serie de boyas.

El jurado encontró a Lawrence, de 55 años, culpable de no mantener una vigilancia adecuada y de no mantener una velocidad segura, pero lo absolvió de homicidio involuntario.

Aún no se ha llegado a un veredicto para el propietario de Seadogz, Michael Howley, de 52 años, quien también está siendo juzgado en relación con la muerte de Lewis.