Y hablando de industria náutica de la Argentina grande, Pampa Marin es un buen ejemplo de astillero que, desde hace diez años, produce embarcaciones desde la hermosa y querida provincia de Entre Ríos, con calidad y esfuerzo reconocido por los nautas que consumen embarcaciones de un rubro totalmente competitivo en calidad y precio: los trackers.
Por: Gustavo Revel
Viví en Entre Ríos, allá por los inicios de los ‘80. Provincia cautivante, hermosa en sus cuatro puntos cardinales. Explota de belleza y de posibilidades, y hasta de una vida mejor, en cada una de sus ciudades y pueblos. Me puso contento saber que desde hace algo más de diez años, el astillero Pampa Marin abrió sus instalaciones en los pagos de Chajarí, en la ribereña Santa Ana, sobre el río Uruguay. La planta modelo se encuentra situada sobre la ruta de acceso a la ciudad, perfectamente dimensionada y con una veintena de operarios que fabrican en forma seriada dos modelos de trackers, en sus cuatro versiones. Guillermo Geuna, su propietario, junto con la asistencia de sus hijas, trabajan en forma ordenada en la construcción de estos dos modelos, Pampa Marin 520 y Pampa Marin 490, dos versiones de trackers. Hoy haremos una recorrida por su versión 520.
Los trackers, o también denominados pangas, hicieron su ingreso al país a finales de los ‘80. Rápidamente, algunos astilleros se iniciaron en la construcción de unidades de distinta eslora y manga, con las consecuentes modificaciones que nuestro mercado sugería. Los trackers son hoy las embarcaciones más utilitarias del delta, las elegidas por quienes navegan con asiduidad pues mantienen un sinfín de virtudes que suman a la hora de elegir. Pampa Marin 520 resume hoy con simplicidad lo que todos buscan: buena terminación, excelente navegación, un equipo intermedio ideal para pesca y/o paseo, (o ambos en la mayoría de los casos), precio y asistencia especializada desde la primera charla.
Este modelo tiene 5.20 metros de eslora, 2 metros de manga y 0.80 metros de puntal. Su fondo conserva la originalidad de los primeros conjuntos, complementado con una buena proa modificada y la característica cantonera de buena superficie, generando un casco de buena sustentación y planeo, sólo con 40 hp. Esa es la buena ecuación inicial, siendo la máxima admisible de 70 hp. El 520 admite seis personas a bordo, carga 800 kg de máxima y cala apenas quince centímetros en condición liviana. Puede salir en dos versiones, para pesca o como lancha open. Justamente, el sector de proa está perfectamente logrado con un asiento transversal enorme y dos asientos individuales generados a proa de sendas consolas. El triángulo de proa es sobrado en superficie, siendo además tapa para guarda de elementos de fondeo y otros enseres. Los Pampa Marin son construidos en PRFV íntegramente, con pisos matrizados. Las consolas son generosas y admiten un buen parabrisas perimetral, curvo, como nos gusta a todos. Tiene en el cockpit butacas giratorias y dos asientos en popa, uno a cada lado del balde portamotor. Tiene generadas amplias guanteras laterales. Las butacas giratorias son ideales tanto para compartir una charla con los otros tripulantes o para esperar el pique mirando un atardecer. Debajo del balde portamotor, espacio asignado para batería, tanque de combustible y sentina, con la bomba de achique. Los Pampa tienen el aprobado de Prefectura, como debe ser. La navegación es limpia y eficaz, tanto con 40 o con 70 hp. En condición de prueba de estas dos potencias, se llega a los 29 y 38 nudos respectivamente, siempre con consumos acotados.
Este modelo multipropósito se encuentra surcando las aguas de todo el país. Su performance y terminaciones lo aventajan del gran pelotón de modelos similares. Tanto en esta versión como en la 490, Pampa Marin mantiene un éxito en ventas y elección de los aficionados. Es bueno descubrirlo, tiene un ADN de alta jerarquía. Y van por más.
Consultas: astilleropampamarin@gmail.com