Ceremonia recordatoria del 37º aniversario del hundimiento del Crucero General Belgrano. El tres de mayo se realizó en la Escuela de Suboficiales de la Armada, en Puerto Belgano, una ceremonia recordatoria del hundimiento del Crucero General Belgrano.
El hecho: El dos de mayo de 1982 el Crucero y sus dos destructores de escolta, Bouchard y Piedrabuena, se encontraban navegando con rumbo Oeste en complimiento de órdenes recibidas de la superioridad de alejarse de la zona de exclusión de 200 millas para permanecer a la espera de instrucciones. El tiempo era malo, la mar estaba arbolada, y el oeste estaba oscuro.
A las 15:59, hora local, se escuchó una tremenda explosión a la altura de la mi-
tad de la eslora y dos segundos después una segunda en la zona de proa.
Cuando desde el puente de mando recuperaron la visión por disiparse el agua, fuego y humo vieron que habían perdido unos 15 metros de la proa.
El primer torpedo produjo 270 víctimas, perforó cuatro cubiertas y dejó al buque sin energía eléctrica. El Belgrano era un crucero de construcción norteamericana, de 185 metros de eslora, siendo su principal armamento 5 torres triples de cañones de 6 pulgadas. Tenía una dotación de 1093 hombres compuesta por 56 oficiales, 572 Suboficiales, 463 Marineros y Conscriptos y dos civiles.
Fue atacado por el submarino de propulsión nuclear inglés Conqueror, de una eslora de 87 metros, que contaba con una dotación de 323 hombres, 3 Oficiales, 188 Suboficiales, 130 Marineros, 2 civiles y disponía de un armamento compuesto por 32 torpedos MK8 y MK24 Tigerfish. El ataque lo efectuó lanzando tres torpedos Tigerfish, dos de ellos dieron en el blanco y el tercero impactó en el casco del Destructor Bouchard, sin explotar. El Belgrano perdió 323 hombres y descansa en el fondo del mar a 4200 metros de profundidad.
La ceremonia: Fue presidida por el Director de la Escuela de Suboficiales de la Armada, Capitán de Navío Gabriel Carlos Adad, que encabezó la formación para honrar la memoria de nuestros héroes. Asistieron la plana mayor, el cuerpo de profesores, personal civil y contó con la presencia de ex tripulantes de la nave.
El Suboficial Primero Oscar Andrés Godoy leyó una alocución de donde rescatamos: “La sobrevivencia de 770 tripulantes en el marco de fuertes temporales y temperaturas extremas y su posterior rescate por unidades de la Armada, fueron un claro ejemplo de profesionalidad y espíritu de sacrificio. La acción hizo honor al lema grabado en su puente de comando, ese que respondía a la proclama del Almirante Guillermo Brown antes del combate de Quilmes: ‘Irse a pique antes que rendir el pabellón’”.
El capellán de la escuela, presbítero Diego Kessler, realizó una invocación religiosa y el oficial de ceremonia ordenó el toque de silencio. Finalmente, la ceremonia culminó con la Marcha de Malvinas.