Juan Manuel Ballestero estaba en Portugal cuando comenzó la pandemia del Covid-19 y sintió la necesidad de ver y abrazar a sus padres, ambos mayores que viven en Mar del Plata, ciudad de la que es oriundo. La pandemia se estaba convirtiendo en una amenaza mundial, se llevaba vidas todos los días y en todo país y temió por sus afectos.
No existía medio de transporte que pudiera acercarlo pero nada impidió que este osado y experimentado navegante, que ya había realizado el cruce del Atlántico en el año 2011 y en solitario, tomara la determinación de hacerlo nuevamente en un velero de 8,8 m de eslora, el Skua.
La partida fue el 24 de marzo haciendo su primera escala en Porto Belo, Brasil, travesía que le llevó un mes sorteando varias dificultades. Desde allí partió hacia Mar del Plata, haciendo escala en La Paloma, Uruguay, otro mes más y con la meta de arribar a destino ayer, 17 de junio.
Amarrado en el Club Náutico Mar del Plata y cumpliendo la cuarentena obligatoria, ya no tiene nada pendiente: no hay obstáculos cuando la determinación se convierte en una hazaña. ¡Bienvenido!